El camino a Gusu

Segunda Noche: Primera Parte

El trineo de unas aves muy a lo lejos finalmente le despertó, cubrió sus ojos y giró en la cama, seguía en aquella habitación cálida perfectamente cubierto con las mantas, el aroma dulce de algún postre llegaba a su alcance, de seguro la casera estaba haciéndolo para el almuerzo, en cuanto se sentó, notó que afuera la tormenta de nieve no daba tregua pero había la luz suficiente para que sus ojos ardieran.

Se sentía agradecido de tener un despertar tan cálido y cómodo pero tenía dolor de cabeza. Traía ropa limpia, el cabello trenzado y notó que esas sabanas no eran las de la noche anterior.

Le dolía el cuerpo también, en especial las piernas, se sonrojó al recordar exactamente qué había pasado. Entonces sonriendo como una adolescente enamorada pudo oír unos pasos por el pasillo acercarse de a poco hasta que lo vio entrar, aquel hombre imponente y magnifico traía una bandeja con comida para ambos.

Wei Wuxian no lo sabía, pero eran casi las una de la tarde, Lan Wangji intentó despertarlo muchas veces pero parecía caso perdido, finalmente lo dejó dormir un poco más y había estado leyendo hasta la hora del almuerzo.

Luego de comer fue solo a tomar un baño rápido, Hanguang-Jun le había comentado que tenía deberes para él, de seguro tendría que leer algún manual de buenas costumbres o alguna cosa así. Wei Wuxian realmente tenía un poco de miedo de llegar a "casa", ellos se habían reverenciado pero ¿Y si no lo querían? Es decir, es evidente que no lo querían, pero ¿Lo dejarían quedar? No quería que su amado dejara sus deberes y su posición, aunque la idea de vivir solos y en paz parecía muy buena no quería separar a Lan Wangji de su hermano ni de su tío por más tiempo.

Notó los hematomas en su piel mientras tomaba el baño, mordidas y marcas de dedos adoraban su cintura, le dolía esa sensible zona entre sus muslos y la espalda. Tenía sueño todavía, de las tareas que debía hacer no entendería ni una sola letra estando así de agotado, pero se sentía feliz, en el fondo de su corazón sentía que la noche anterior había sido una de las mejores, si tan solo pudiera resistir un poco mejor, ya que solía quedar tan cansado que no notaba siquiera que era meticulosamente aseado.

La tarde fue lenta, estuvo leyendo aquellas normas de aquel clan como cuando fue joven, no podía hacer casi nada –o al menos no podía ser descubierto– si no quería que miraran feo a Lan Wangji por su culpa. Más de cuatro mil reglas ¡cuatro mil santas reglas! Cuando había muerto eran poco más de tres mil y creía que ya ningún simple hombre podría ser capaz de inventarse nuevas.

Su hombre vivía bajo todas esas restricciones aburridas y por él, viviría así también, aunque fueran seis mil o diez mil reglas que intentar memorizar. Cerró los ojos un momento recostado hacia atrás, era solo un momento, le dolían un poco los ojos de sueño.

-Wei Ying, despierta-

Una mano tibia le acariciaba el rostro, Lan Wangji había vuelto de buscar la cena y él se había dormido como un niño pequeño con el pulgar en su boca. Las noches en que estuvo más tranquilo siempre se llevó el dedo a los labios como cuando era muy pequeño, los pocos recuerdos que tenía de sus padres eran que le despertaban entre risas ya que su dedito de bebé estaba blanco debido a la saliva.

Rió un poco avergonzado de este dejo de comportamiento infante en él, pero Hanguang-Jun no le dijo nada, debido a que lo había visto así muchas veces y era casi una señal de bienestar y sinceramente le parecía adorable.

Al rato de terminar sus alimentos, Wei Wuxian ya sentía esa tensión extraña que ambos compendian perfectamente pero Lan Wangji era un maestro estricto, así que mientras bebían un poco de té continuaron con sus respectivas lecturas, no tenía vino, y no había donde comprar así que debía conformarse con aquel té aburrido... debía acostumbrarse a beberlo más seguido si quería agradar en Cloud Recesses o quizás no agradar pero al menos no molestar.