25) No estoy hechizada.

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La noche había caído, todos se dirigían hacia sus cuartos.

Lixabeth y Tom dirigían a los más chicos a sus respectivas habitaciones.
Siendo el ejemplo a seguir para la casa Slytherin se comportaban bien frente a todos.

— adiós niñas, descansen. – dijo Lixabeth despidiendo a las niñas, cuando las pequeñas ingresaron a las habitaciones, Tom tomó la mano de Lixabeth y la arrastró con él hacía un pasillo oscuro.

— ¿Vendrás a mí cuarto esta noche? – susurró sobre los labios de ella, Lixabeth sonrió pérdida en la mirada del castaño pero recordó que había prometido algo antes.

— lo siento, tengo algo importante que hacer – contestó la rubia sin mirar directamente los ojos de Tom.

— ¿Que es más importante que estar conmigo? – preguntó Tom con el ceño fruncido.
Claro que le molestaba que su niña se vaya sin decirle a dónde.

— Tom no te comportes como mí hermano mayor, no son mí padre ninguno de ustedes dos – se soltó del agarre de él y se fue dejando a Tom con el ceño fruncido.

— pero...está niña – susurró entre dientes, resopló y se fue hacia su cuarto.

Haría como si no le importará, aunque por dentro moría de celos por saber que iba a hacer Lixabeth.

La rubia fue directo a la sala común de su casa, ahi la estaba esperando Abraxas con algunos pergaminos mal escritos y las pociones mal anotadas.

— ¿Cómo vas hasta ahora? – preguntó tomando asiento junto a él, el rubio resopló y negó con la cabeza.

— no entiendo nada, esta materia es horrible – dijo haciendo inconcientemente un puchero.

Lixabeth soltó una risita y sacó el pergamino de la clase del día.
Comparó un poco pero se dió cuenta de que no tenían nada en común.

— ¿Porque anotaste esto? – dijo señalando los ingredientes extraños.

— no lo sé, estaba aburrido así que inventé una nueva poción – ambos rieron y Lixabeth le enseñó la verdadera poción.

Los dos jóvenes estudiaban tranquilos, con algunas explicaciones entre risas.
Abraxas era muy lento para entender y eso le daba gracia a Lixabeth.

— así que eso era más importante – susurró Tom apretando sus puños con furia.

Él estaba parado en las escaleras, observando a los dos jóvenes que reían alegres.

— ¿Ahora vez lo que te advertí? Están comprometidos y no le importas a ella – Tom giró su rostro hacia la derecha y vió a Vladimir.

— ¿Que haces aquí? Deberías estar durmiendo – Vladimir soltó una risa limpia y meneó la cabeza aguantando la risa.

— iba a tomar agua, además no quiero dormir – se hundió de hombros y se fue escaleras abajo.

Tom frunció su ceño, sentía su pecho arder.
Quería irse lejos, romper algo o romper la cara de Abraxas.

— estúpido Malfoy, estúpido Dumbledore que me vigila, estúpido Rosier que me dice la verdad – murmuraba mientras iba hacía su cuarto, tomó su túnica y su varita para irse.

Lixabeth terminó de explicarle a Abraxas algunas cosas más, luego se despidieron y cada uno se fue hacia su cuarto.

La rubia sonrió al recordar que Tom le hizo una escena de celos.
¿Tom de verdad estaba enamorado de ella?

— ¿Porque es tan complicado el amor? – susurró para si misma, se tiró sobre su cama y cerró sus ojos relajando su cuerpo.

Por otro lado estaba la joven de la casa Ravenclaw que caminaba haciendo patrullaje por los pasillos. Hoy le tocaba a ella y a su compañero también prefecto hacer la revisión.

Caminó cerca de las mazmorras mirando para todos lados y apuntó su varita con luz hacia ahí.

— ¿Que haces aquí, Riddle? – preguntó con curiosidad y Tom la miró mal.

— ¿Que te importa, Warren? – espetó con molestia y ella sonrió amplíamente.

— que conveniente sería decirle al director que un Slytherin anda rondando los pasillos de noche sin permiso, ¿No crees? – él caminó hacia ella con su varita en mano y la arrinconó contra la pared.

— di una sola palabra Warren y te mato – amenazó presionando su varita en el cuello de ella.

— uhmm... Tom – gimió fingidamente y él rodó los ojos fastidiado.

— me das asco – susurró antes de alejarse, ella sonrió amplíamente y soltó una risa burlista.

— tu princesita se fue llorando – dijo volviendo a reír y Tom frunció el ceño confundido.

Los pasos de alguien alejandose en sentido contrario del corredor hicieron que Tom mirará hacia ahí.

— adiós Tom – susurró Myrtle yendose lejos para vigilar otros pasillos.

Tom corrió rápidamente detrás de quien sabía ya que era, para alcanzarla.

Lixabeth había ido a ver a Tom para darle al menos un beso de buenas noches, pero grande fue su sorpresa cuando no lo encontró en su cuarto.
Vladimir le dijo que lo vió irse hacia los pasillos, con rumbo desconocido.

Ahora la rubia se encontraba llorando y corriendo por los pasillos, con el corazón roto en mil pedazos. Vió a Tom con esa chica que tan mal le caía, porque todos sabían bien que Myrtle Warren estaba enamorada de Tom desde que ingresaron al colegio.

— ¡Lix, espera! – gritó Tom y Lixabeth lo ignoró, corrió hacia el baño de mujeres y Tom no tuvo otra opción que tirar un hechizo – ¡Arresto momentun! – Lixabeth se detuvo y Tom la tomó en brazos para que no huya.

— ¡Déjame! – gritó sollozando y él revirtió el hechizo.

— no sé que viste pero no es lo que crees – susurró Tom en su oído, ella siguió llorando sin importarle la estúpida excusa de él.

— te odio Tom Riddle, eres un asco – escupió ella con tanto odio que sorprendió a Tom.

— no sabes lo que dices – susurró Tom y ella se liberó de su encierro, lo enfrentó y él pudo ver todas las lágrimas que cubrían su hermoso rostro.

— te odio, sé bien lo que digo Tom Riddle – Lixabeth limpió sus lágrimas y sorbió su nariz – eres la persona más malvada que he conocido, solo me utilizaste y ahora te vas con otra – Tom se tragó su orgullo y dejó salir lo que tanto guardaba dentro hace semanas.

— pues tú me odias pero yo te amo, así que si esa estúpida poción no funciona me importa una mierda – ella abrió sus ojos con sorpresa porque está vez él hablaba en serio.

— no estoy hechizada – soltó ella y él dió un paso hacia atrás.







Todo quedó en silencio, ambos habían confesado algo que lo delataba en absoluto.






Ambos habían confirmado que su amor no era producto de un hechizo o poción estúpida.

Amortentia (Tom Riddle)Where stories live. Discover now