36) Lord Voldemort

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Desde que Tom se alejó de Lixabeth, hace exactamente cinco meses.
Se volvió una persona totalmente sombría, ¿Para que ser bueno si nadie lo apreciaría?
¿Para que dar buenos tratos si nadie los notaría?
¿Para que ver las necesidades de otros si nadie vería las tuyas?
Esa y mil dudas en la mente del joven rondaban, a las cuales solo respondía con un simple "nadie merece nada bueno de mí".
La única persona que él quiso, fue ella.
La única persona por la que intentó ser mejor, dar todo de él, fue su hijo o hija. Pero ya no tenía nada, ni a ella, ni al bebé.

Se encontraba solo, como nunca antes.
Porque no hay nada más feo que perder lo poco que tenías, perder el único amor que recibiste en tu vida.
El amor de ella.

Perdido en su dolor, su soledad y su angustia secreta, Tom comenzó a pensar como antes.

Hacer daño.
Devolver todo el mal que me hicieron.
Que paguen por todo.
Venganza.
Poder.
Inmortalidad.
Grandeza.

Abraxas fue testigo de como Tom se fue convirtiendo en lo que siempre temieron.
Una persona sin corazón, sin temblor en la mano para quitar una vida.

Hyperion fue cómplice y aprendiz de como matar a un ser vivo, primero fueron hechizos de tortura a animales, luego fueron las maldiciones imperdonables.
Las cuales Hyperion aprendió a la perfección.
Cómo fiel seguidor de su mayor.

Tom decidió que su nombre de muggle jamás sería recordado, lo borraría de su presente y futuro.
Nadie recordaría que por sus venas corría sangre sucia, sangre impura e insignificante.

Tom Riddle marcaría la historia de la magia, siendo conocido como el mago tenebroso, el innombrable, el señor, un Lord.
Con un nombre que diera miedo el solo pronunciarlo.

— ¿Que te parece señor del mal? — propuso Hyperion, Tom no le prestó atención y siguió escribiendo.

— Ya lo tengo. — dijo orgulloso de su trabajo, los nombres que Hyperion le proponía eran muy feos o tontos.

— ¿Cómo será? ¿Puedo ver? — el rubio intentó mirar las hojas del mayor pero Tom negó con la cabeza.

— No, será una sorpresa. — dijo el castaño ocultando sus hojas.

— pero muero de curiosidad — exageró el menor, se tiró de espaldas sobre la cama y Tom sonrió.

— no por mucho, lo revelaré está noche — Hyperion sonrió ampliamente y se sentó de nuevo.

— ¡Genial! — exclamó y se puso de pie — iré a preparar mí mejor traje — con una sonrisa brillante se fue, dejando a Tom solo.

El castaño dejó sus cosas de lado y se sentó sobre su cama, los recuerdos de la rubia vinieron a su mente y sonrió tenuemente.

— fuiste la única persona que me amó — susurró y borró su sonrisa.

Se distrajo así mismo mirando para algunos rincones, queriendo quitar esa sensación horrible del medio de su pecho.

Dolía, y dolía mucho perderlo todo.



(...)

La casa Malfoy ofrecía una cena muy importante, todo estaba preparado para celebrar algo que ningún invitado sabía aún.

Todas las familias más ricas e importantes fueron invitadas, la invitación no decía motivo aparente, simplemente que debían asistir para recibir una noticia muy importante.

Tom se preparaba en su cuarto, sin que nadie sepa sobre su presencia en esa casa.

Se enfundó en el traje negro, de solapas negras y brillantes.
Su corbata perfectamente arreglada, y su cabello caía sobre sus ojos sin cuidado.
Se cansó de reglas, de fingir ser tan correcto.
Era hora de romper reglas.

Suspiró mirándose al espejo y pensó en ser frío con ella.
Si, Lixabeth también vendría a la cena, porque no sabía sobre Tom hace mucho tiempo.

La rubia había llegado sola, Vladimir no asistió y Anette tampoco.
Algo extraño pero solo ellos sabían porque se ausentaron.

Todos estaban sorprendidos al verla, llevaba el mismo tiempo que Tom de desaparecido.

Hyperion golpeó dos veces la puerta y esperó.
Tom suspiró por última vez y abrió la puerta.

— Ya están todos, solo faltaron Rosier y Burke — Tom asintió y salió del cuarto.

Ambos vestidos muy similares, caminaron con suma tranquilidad hacia las escaleras.

— estoy nervioso — susurró Hyperion.

— tranquilo, no es algo de otro mundo — dijo Tom con fingida tranquilidad.

Estaba más que nervioso, iba a verla después de tanto tiempo.
Después de las cosas malas que pasaron juntos.

Todos giraron su cabeza hacia las escaleras, abrieron sus ojos con sorpresa cuando vieron a Tom junto a Hyperion.

— ¿Tom? — dijeron algunos con sorpresa.

— No — dijo Hyperion serio y todos fruncieron su ceño — olviden ese nombre, Tom Riddle ya no existe — todos seguían sin entender porque Hyperion hablaba.

— ¿Porque mierda habla este estúpido niño? — espetó Mulciber con molestia.

— ten cuidado de como le hablas a mí mano derecha, no me temblará el pulso para quitarte la vida — amenazó Tom y todos guardaron silencio.

— ¿Que pasa? — quiso saber Avery.

Todos esperaron a que conteste, Tom miró a cada uno de ellos y evitó mirar a la chica de cabellera rubia.

— he decidido dar un giro en mí vida, me he estado preparando para esto durante meses largos, yo seré quien cambié la historia de la magia — todos seguían en silencio e Hyperion sonrió ampliamente — mataré a todos los impuros, para que está tierra no vuelva a padecer de su presencia. Todo muggle que quiera aprender magia será asesinado, torturado y hasta desaparecido — algunos miraban horrorizados y algunos sonreían ampliamente.

— tu eres impuro — el silencio se hizo presente, Tom escuchó esa dulce voz que tanto amó, pero está vez fue odio el que sintió.

Lixabeth fue la única que se atrevió a hablarle, diciendo algo tan cruel.

— no más — sentenció Tom sin mirarla — desde hoy seré Lord Voldemort, el innombrable, el señor tenebroso, nadie podrá decir mí nombre sin temblar antes, él que quiera estar de mí lado será bien recibido, los que no, suerte porque los mataré uno por uno — todos se sorprendieron y empezaron a hablar entre si.

— eso fue todo — dijo Hyperion y se levantó para irse junto a Tom escaleras arriba.

El castaño llegó al segundo piso y miró a Hyperion, él cual estaba con la mirada gacha.

— deberías hablar con ella — sugirió y Tom frunció su ceño.

— no tengo nada que hablar con ella — Tom quiso seguir su camino pero Hyperion tomó su brazo.

— ni si quiera la viste, por favor solo mírala al menos, luego vuelve a ser Lord Voldemort — el más pequeño se fue a su cuarto mientras Tom dudaba sobre lo antes dicho.

Tragó su orgullo por última vez por ella, por el único amor que tuvo en su vida.
Bajó las escaleras y vió se iban todos, la cabellera rubia se destacaba entre las castañas y negras.
Además de su relajado caminar.

— Lix — susurró y fue hasta ella, la rubia quiso alejarse pero fue sujetada por él.

— déjame — susurró con temblor en su voz.

— solo quiero verte por última vez, luego cuando sea un asesino serial no querrás verme más — Lixabeth dió media vuelta y lo miró con lástima.

— si piensas asesinar a todos los impuros, deberás matarme primero porque no pienso dejar que mates a mí hijo — Tom la miró sin entender y su vista captó algo extraño.

La enorme barriga que tenía la rubia, la boca de Tom se abrió con sorpresa y ambos quedaron en silencio.







La menor de los Rosier estaba notablemente embarazada.

Amortentia (Tom Riddle)Where stories live. Discover now