Amortentia (Tom Riddle)

7) Confusión

Lixabeth ya tenía la autorización de sus padres para visitar Hogsmeade.
Al igual que casi todo el colegio Hogwarts.

Suspiró profundamente y se miró al espejo, traía puesta ropa casual.
Nada formal pero tampoco informal, considerando que tenía una cita con su prometido.

- ¡Todos los alumnos presentense con autorización en mano para poder salir! - oyó el altoparlante que resonó en cada cuarto y suspiró una vez más.

No quería ir, no tenía ánimos para nada en realidad.
Su situación emocional estaba acáparando toda su energía.
Hasta en las clases estaba distraída, dejando así que otras casas ganen sus puntos extras.

Salió de su cuarto y bajó hacia la sala común de Slytherin, casi todo el alumnado se encontraba entregando sus permisos para irse.
Lixabeth caminó sin prisa por la sala y de pronto la hoja del permiso voló de sus manos.

- oh no - susurró y la quiso atrapar, pero la hoja voló aún más y más. Lixabeth la seguía sin entender de dónde venía el viento que la hacía volar.

La hoja volaba por la sala haciéndola perder la paciencia, su cabello se tornaba rojizo.
Cuando la hoja por fin parecía detenerse, volvió a volar pero está vez fue directo a la chimenea con fuego.

- ¡No! - gritó con los cabellos rojos fuego y la hoja se consumió por completo.

Lixabeth se quedó mirando fijamente las llamas y su cabello se tornó azul, ¿Que más me puedo pasar? Se preguntó y la tristeza la invadió.

- ¿La hoja era tuya? Debí confundirme, creí que era mía - ella giró lentamente y vió a Tom parado en las escaleras, con una sonrisa maliciosa en su rostro.

- ¿Fuiste tu? - preguntó apretando los puños con fuerza y su cabello se fue haciendo rojizo.

- si, fui yo - admitió él azabache con aires de grandeza.
Lixabeth tenía su cabello totalmente rojo cuando él habló.

- ¡Maldito! - gritó furiosa y Tom sonrió con arrogancia - ¡Expelliarmus! - la varita de Tom voló de su mano - ¡Accio! - Lixabeth tomó la varita y apuntó a Tom.

- ¿Que crees que haces? - soltó el mayor con molestia notoria en su tono de voz.

- ¡Desmaius! - Lixabeth lanzó a Tom lejos y este cayó de espaldas lejos de las escaleras.

- Aah... - se quejaba adolorido en el suelo y Lixabeth corrió hacia él.
Se subió sobre él y lo apuntó con su varita, sus ojos no mostraban esa dulce inocencia que habitualmente tenía. Ahora irradiaban furia, odio y frustración.

- ¡¿Que crees que haces tu?! ¡Esa era mí única forma de salir de aquí al menos por unas horas! - gritó la joven con un nudo en su garganta.

- ¿Porque querías salir de aquí? - preguntó él manteniendo su semblante serio, los cabellos de Lixabeth se pusieron azules y sus ojos se llenaron de lágrimas.

- porque quiero olvidar mis estúpidos sentimientos - susurró cerrando sus ojos y Tom se sorprendió.
La sinceridad de ella era única, él creyó que le diría alguna cosa estúpido, sin embargo acababa de sorprenderlo.

- los sentimientos no se olvidan así como así, ¿No sabías eso? Igualmente te salve porque Abraxas fue a esa excursión y sería feo para ti verlo - Tom creyendo que era por Abraxas que lloraba se sintió tranquilo.

- ¿Crees que es por Abraxas? Él es mí prometido, el problema es que no lo amo - Tom frunció su ceño totalmente confundido y Lixabeth guardó su varita.

- ¿por quién lloras entonces? - quiso saber el mayor y Lixabeth guardó silencio.

- no es tu asunto Riddle - dijo secamente y se puso de pie.
Tom frunció su ceño y también se levantó.

- no lo es pero tengo curiosidad - Lixabeth lo miró y Tom sonrió ampliamente - la pequeña Rosier le es infiel a su prometido, ¿Quien sería capaz de traicionar a Malfoy? Tu amante es hombre muerto, díselo - él reía con diversión mientras que Lixabeth subía las escaleras con molestia.

- eres hombre muerto Tom Riddle - soltó la ahora rubia que terminó de subir las escaleras, dejando a Tom con expresión sería y en su interior confundido.

La joven se quitó sus zapatos y suspiró con molestía.
Ahora solo le quedaba dormir el resto del día.

- explícame ya mismo que quisiste decir - Tom ingresó a su cuarto sin permiso y cerró la puerta detrás suyo.

- ¿Que haces aquí? - espetó ella con miedo y Tom se acercó mirándola fijamente.

- ¿Porque dijiste eso? ¡Habla de una buena vez! - gritó perdiendo los estribos y Lixabeth tragó saliva con miedo.

- déjame en paz - susurró sintiendo un miedo enorme, Tom la miró fijamente y sonrió.

- ¿Por quién llorabas? ¿Con quien engañas a Abraxas? - Lixabeth mordió su labio inferior nerviosa y Tom mantuvo su mirada - Legerements - Lixabeth abrió sus ojos enormemente y Tom leyó su mente.

Cuando dejó la mente de Lixabeth está se encontraba con sus ojos llenos de lágrimas.
Sabía lo que hizo, ella intentó bloquearlo pero no pudo.

- soy yo... - susurró sin creerlo y se alejó un poco de ella.
Lixabeth negó con la cabeza y sus lágrimas brotaron.

- n-no es lo que crees - susurró con el corazón en la garganta.
Quería desaparecer en ese preciso momento.

- ¿Estás enamorada de mí? - Tom la miró fijamente y Lixabeth negó con la cabeza, dió otro paso hacia atrás pero Tom avanzó.

- vete - logró susurrar y Tom frunció el ceño molesto.
Ella intentó alejarse pero él jaló su brazo haciéndo que choque contra su duro pecho.

- ¿Me vas a negar que no soy yo él que aparece en tus pensamientos? - Lixabeth evadió su mirada y su cabello se torno verde.

- Tom debes irte - susurró aterrada por el mayor, las manos de Tom bajaron por su espalda y se acercó más a ella.

- niegamelo ahora, dime que no te causo nada Lixabeth - levantó el mentón de la menor con una mano y la besó bruscamente.

La chica se inmovilizó por completo, Tom aprovechó eso y la pegó más a él.
Bajando sus manos a sus glúteos y metiendo su lengua dentro de la boca contaría.

Eso provocó que Lixabeth soltara un gemido, Tom caminó con ella pegada a sus labios y ambos cayeron sobre la cama de la menor.

- Tom...espera - jadeó sin oxígeno y Tom bajó su boca a su cuello.
Sus manos se paseaban por sus pechos y su abdomen.

- dime cuáles son tus fantasias más profundas y las haremos realidad - susurró con la voz ronca y Lixabeth tragó saliva duramente.

Era increíble que esto esté pasando.
Sin necesidad de la poción, Tom quiso besarla y así lo hizo.