•21•

810 114 9
                                    

Divisé a Kio en una esquina sentado mientras bebía de su vaso y miraba a su alrededor viendo como todos bailaban a la música que sonaba de fondo. Así que, sintiendo los nervios recorrerme todo mi cuerpo empecé a caminar hacia él pensando las palabras correctas que podía utilizar. Una vez llegué al frente del moreno, me miró y se recostó en su asiento mientras le daba un sorbo a su bebida, lo miré confundida ya que me miraba serio.

—¿Qué quieres Megan?—preguntó trabándose con su lengua. Eché mi cabeza hacia atrás mientras suspiraba con frustración.

Genial, estaba borracho y ahora iba a ser bien difícil tratar de que no dijera nada. Miré hacia todos lados y me senté a su lado haciendo que el chico solo me mirara de reojo.

—Kio... este... y-yo solo quería decirte...—fui interrumpida por él.

—Ya sé lo que dirás, puede que ya esté borracho pero aún estoy consciente de lo que digo y veo.—se paró del mueble.—Así que, quédate tranquila que no les diré nada.—y se fue tambaleándose un poco dejándome con la palabra en la boca.

Sentí que alguien se sentó a mi lado y me giré para ver a Amalia mirar hacia donde Kio se había ido.

—Está celoso.—confirmó mirándome.

—¿Por qué? ¿De quién?—pregunté frunciendo mi ceño confundida.

—No lo sé, eso fue lo único que le pude sacar y aunque ya lo sabía desde que lo ví. Pero, no me quiso decir de quién o porqué.—se encogió de hombros restándole importancia al asunto.

Habían pasado como dos horas desde la última que vi a casi a todos mis amigos me encontraba bailando con Indiana mientras hablábamos y reíamos de lo estupida que nos veíamos ya que casi no nos escuchábamos por la música alta. Indiana me dijo que casi los chicos y las chicas estaban borrachas menos Avani, Addison y Cynthia. Yo no estaba borracha ya que solamente me tomé una cerveza y quiero mantenerme sobria ya que si a Mikey le da con llegar a donde mi y seducirme tratar de no caer en sus redes y así nadie nos ve ya que aquí es muy arriesgado pasar mucho tiempo a solas. A lo lejos vi a Kio tambalearse mientas que una chica lo tenía aguantado tratando de ayudarlo a subir las escaleras para las habitaciones de arriba. Fruncí el ceño enojándome un poco al ver eso, así que sin yo darme cuenta ya estaba caminando hacia ellos.

—Vamos Kio, un poquito más y ya.—escuché la voz de la chica.

—N-no q-quiero entendelio.—habló trabándose.

—¿Qué pasa?—pregunté haciendo que la chica se girara al verme.

—H-hola Megan Sexy Hermosa.—dijo el moreno con una sonrisa coqueta. Rodé los ojos divertida.

—Estoy tratando de llevarlo a unas de las habitaciones de arriba ya que está muy borracho y ya se acabó la fiesta para él.

La miré tratando de acordarme de su nombre ya que se me hacía muy familiar, pero nada llegaba a mi mente. Ella notó que me estaba quedando mirando fijamente y como si hubiera leído mi mente abrió la boca para hablar.

—Me llamo Riley Hubatka.—se presentó con una sonrisa. Le sonreí un poco y miré a Kio el cuál ya me estaba mirando.

Despues de eso me acerqué a Kio y me puse al otro lado de él e hice que pusiera su brazo en mi hombro, comenzamos a subir las escaleras hasta llegar a donde estaban las habitaciones. Luego de muchos insultos y escenas que Riley y yo no queríamos ver encontramos una habitación desocupada. Con cuidado dejamos a Kio en la cama viendo que estaba medio dormido mientras que susurraba cosas que no podía entender.

—¿Eres algo de Kio?

Riley me miró sorprendida a la misma vez que me tapaba la boca con mi mano sin poder creer lo que acababa de hacer. Sentí un rubor en mis mejillas y traté de taparme con mi pelo volviendo a mirar al moreno.

—E-eh no. Solo somos amigos.—contestó con una pequeña mueca en sus labios. Asentí con la cabeza.

Nos quedamos en un incómodo silencio lo único que se escuchaba era la música y los murmullos de los demás. Me quedé mirando a Kio dormir en la cama y sonreí inconscientemente de lo tierno y tranquilo que se veía, ya que nunca desde que lo llevo conociendo he tenido la oportunidad de verlo dormir así que tengo que aprovechar esta oportunidad y apreciar de su hermosura porque, ¿para qué negarlo? si este chico está como un Dios griego. Escuché que Riley aclaró su garganta y la miré esperando que hablara.

—Bueno pues, me voy para seguir en la fiesta.—abrió la puerta.—Ah, y feliz cumpleaños Megan.—sonrió y salió de la habitación cerrando la puerta.

Suspiré y decidí irme también pero una voz ronca me detuvo.

—E-estaba celoso.

Me giré sobre mis talones y vi a Kio levantado recargándose en sus brazos.

—¿Qué?—le pregunté acercándome hacia la cama.

—Tenía celos cuando la vi con él. Sé que no puedo ponerme celoso porque apenas la estoy conociendo pero no sé porque me puse así solo sé que me dió coraje al ver que otro la estaba besando y tocando.—miró a un punto fijo. Me senté quedando al frente de él.

—¿Quién es la chica?—pregunté curiosa, mi corazón por una rara razón estaba latiendo con fuerzas temiendo por su respuesta.

Iba hablar cuando acostó su cabeza en la almohada quedándose dormido otra vez. Gruñí con frustración al quedarme con la duda de saber quién era la chica que le estaba empezando a gustar. Le quité sus tenis y lo arropé con una sábana, lo miré y toqué su cabello. Me iba a ir cuando me agarró mi mano.

—Quédate conmigo, Megs.

Asentí y me fui para el otro lado de la cama y me acosté a su lado, no sin antes quitarme los tenis, y arropé con la sábana. Él puso su brazo en mi cintura acercándome un poco más y cerré los ojos ya que estaba cansada por el largo día de hoy.

(...)

Escuché la puerta de la habitación cerrarse haciendo que abriera los ojos poco a poco, me levanté de la cama mirando a mi alrededor y viendo que el otro de la cama estaba desarreglado dando entender que había dormido con alguien y rápido me acordé de anoche. Tomé mis tenis del piso y salí de la habitación viendo el desastre que hicieron, suspiré cansada mientras bajaba las escaleras viendo solo a los chicos dispersados por la sala dormidos. Maldecí al saber que no tenía mi celular en mano y poder tirarle fotos. Llegué a la cocina encontrándome a un Kio medio dormido con su pelo alborotado y con su camisa desabotonado los primeros tres botones. Parece que sintió mi presencia ya que miró hacia donde estaba, le sonreí un poco y me devolvió la sonrisa.

—¿Tomaste pastillas?—pregunté notando el vaso de agua en su mano. Él negó con la cabeza.

—No sé dónde están.—respondió con voz ronca.

Empecé a buscar por toda la cocina hasta que me acordé donde Amalia las había puesto, cuando vi el pote de ellas las tomé en manos y la abrí sacando varias para preparar todo de una vez cuando los chicos se despertaran. Le ofrecí una pastilla al chico y él la cogió de mis manos sonriéndome levemente y se la tomó. Nos quedamos en silencio cada uno metidos en sus pensamientos.

—Perdón por hablarte de esa forma anoche...—se disculpó mirándome. Fruncí mis cejas sin entender.

—¿Perdón por qué?

—Por hablarte mal cuando solo me ibas a pedir un favor.—dijo encogiéndose de hombros.

—Oh y-yo...—fui interrumpida.

—Megs, no te preocupes no les diré nada sé lo que es tener algo con alguien que no debes o que nunca uno se iba a imaginar que iba a estar en esa posición con esa persona.—hizo una mueca en sus labios. Asentí con la cabeza dándole la razón.

—Si, todo es tan difícil.—dije suspirando.

Nos quedamos en silencio mirándonos, detrás de él pude ver a Gia entrar a la cocina mientras bostezaba tenía un aspecto horrible haciendo que me riera levemente. Ella me vió y rodó  los ojos, tomé una de las pastillas y se la ofrecí ella la cogió, luego de ese acto poco a poco empezaron a llegar los chicos con el mismo aspecto que ella y me sorprendí a ver a Tayler con un chupón en su cuello, pero no dije nada e hice como que no lo vi. Después me encargaría de sacarle información sobre eso.



FIN DEL CAPÍTULO ☁️🖤⛓

MEGAN, kio cyr.Where stories live. Discover now