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Bajé las escaleras mientras miraba mi celular un poco adormilada, no sé porque estaba despierta a esta hora. Entré a la cocina dejando mi celular en la isla de la cocina, saqué un plato, cuchara y mi cereal favorito al fin había encontrado un lugar perfecto para esconderlo para que nadie se lo comiera o lo viera. Abrí la nevera y maldecí en voz baja cuando no vi la leche, cerré la nevera con todo el amor que sentía en esos momentos y me senté en la silla empezando a comer mi cereal solo.

—Buenos días.—habló una voz ronca.

Levanté mi vista del celular y vi a Kio entrar a la cocina sin camisa, unos sweatpants color gris y su pelo alborotado. Dejé de acosarlo con la mirada y lo miré a los ojos este ya se encontraba mirándome con una pequeña sonrisa de lado.

—Buenos días, Cyr.—lo saludé sintiéndome nerviosa y volví mi vista al celular.

Por el rabillo de ojo vi que estaba sacando un plato y una cuchara para luego abrir la nevera y quedarse ahí mirando. Me reí bajito y lo miré, inconscientemente me mordí mi labio inferior al ver su espalda desnuda.

—Si estás buscando leche, estás en el lugar incorrecto.—dije burlonamente, dejando mi celular en la mesa. Él se volteó a mirarme con el ceño fruncido.

—¿Te acabaste la leche? Eso no es justo.—dijo haciendo un puchero en sus labios.

—¿Perdona? ¿Acaso no vez que me estoy comiendo mis cereales sin leche?—pregunté divertida levantando un poco mi plato. Kio se acercó para ver lo que había en mi plato.

—Bueno pues, ni modo.—se encogió de hombros echándose el primer cereal que vió.

Luego de eso, se sentó un poco lejos de mi y comenzó a comer sin ganas. Aparté mi mirada de él y tomé mi celular nuevamente y me puse a ver instagram, cuando me acabé mi desayuno me levanté y dejé el plato en el fregadero. Mantenía mi vista en el celular escribiendo pero podía sentir la mirada penetrante de Kio, así que cansada de eso me volteé a mirarlo. En ese momento, juro haber olvidado de como se respiraba.

—¿Acaso estabas mirando mi trasero?—pregunté entre divertida y sorprendida.

Él levantó la mirada y se sonrojó levemente.

—Ehh n-no, ¿cómo crees?—se rascó la nuca nervioso.

Me reí levemente mientras negaba con la cabeza, le di una última mirada y salí de la cocina para subir las escaleras. Abrí la puerta de mi cuarto y me adentré viendo a las chicas dormir tranquilamente, bostecé y caminé hacia la cama. Me tiré en ella y dejé el celular en la mesita de noche. Como todavía era temprano decidí dormir, cerré los ojos cayendo rápidamente en brazos de morfeo.

(...)

—¿Quién se ofrece ir al supermercado y comprar comida?—escuché a Tayler preguntar.

Pero lo ignoré ya que me encontraba viendo tiktoks en mi celular, podía escuchar a todos hablar pero no lograba entender nada hasta que Addison, que se encontraba sentada a mi lado, me dió un codazo. Me quejé mientras la miraba mal ella me ignoró y me hizo una señal que mirara hacia al frente. Confundida, hice caso encontrándome con todos, y cuando digo todos es todos, mirándome como si estuvieran esperando una respuesta mía.

—¿Qué les pasa? Sé que son locos pero no pensé que para tanto.

Ellos me miraron un poco ofendidos y recibí otro codazo por parte de la rubia. La fulminé con la mirada iba a insultarla cuando Tayler me interrumpe.

MEGAN, kio cyr.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora