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Megan terminó de desempacar todas su ropa y colocarlas bien en su walk-in closet y luego salió de su nuevo cuarto. Bajó las escaleras tarareando una canción, que había escuchado en la radio cuando venía de camino para la casa de su hermano mayor, y se dirigió a la cocina encontrándose con el rey de roma comiéndose un sándwich.

—Es bueno volver a verte de nuevo, Megan.—habló él con la boca llena.

La castaña miró con asco a su hermano.

—Iba a decir lo mismo, pero cambié de opinión al segundo de haberte visto hablar con la boca llena.—dijo burlonamente mientras sonreía y cerraba sus ojos al mismo tiempo.

Graciosa como el infierno.—respondió el castaño sarcásticamente rodando los ojos que a la misma vez tomaba de su jugo.

Ella caminó hacia la nevera y de ella sacó una coca-cola que había guardado. Se la empezó a tomar a lo que veía Tiktok en su celular.

El celular de Tayler sonó avisándole que tenía una llamada entrante él se levantó de la silla y se fue de la cocina a atender la llamada.

—¿Ahora qué?—susurró pensativa. Sonrió divertida en cuanto le llegó una idea a la mente.

Así que se levantó y salió de la cocina caminando hasta al televisor que se encontraba en la sala. Miró las grandes bocinas que se encontraban conectadas a la televisión. Con emoción, se sentó en el piso mientras miraba y tocaba los botones con cuidado cuando supo donde estaba el botón del bluetooth lo hundió para conectarlo a su celular.

Entró a su playlist y buscó una canción buena. Después de varios segundos buscando, presionó la canción So Good de Big Sean y esta sonó por toda la casa.

Subió todo el volumen que su celular le permitía y comenzó a bailar como si fuera una stripper cara.

—Bryce y Kio vienen a traer comida.—avisó Tayler, entrando a la sala y tomando asiento en unos de los sofás.

Megan paró de bailar y lo miró con una ceja levantada.

—¿Todavía Bryce existe?—preguntó divertida, caminando hacia las bocinas para bajar la música.

—Sí, Megan, sí.—contestó él divertido.

—¿Y quién es Kio?—preguntó curiosa, tratando de recordar si antes lo había mencionado o visto con el castaño.

—Mi amigo, es parte de nuestro grupo.—le dijo restándole importancia.

(...)

La menor maldijo en voz baja que al mismo tiempo, sacaba sus maquillajes de su otra maleta. No se había fijado que le quedaba una maleta pequeña en una esquina de la habitación. Supuso que eso había sido Tayler ya que como buen "caballero", se ofreció en llevar la maleta más pequeña y menos pesada mientras que Megan cargaba con las otras dos grandes y pesadas.

Cuando acabó de acomodar sus maquillajes tomó la maleta de la cama y la puso debajo de ella aun lado de las otras dos maletas, y tomó su celular. Decidió salir de su habitación a explorar la casa. Las habitaciones de Tayler y de ella se encontraban en la planta de arriba junto a otras habitaciones desconocidas. Entró a las habitaciones viendo que tres habitaciones más y un baño que se imaginó que eran para los huéspedes, la última puerta que le faltaba, la abrió encontrándose que era un estudio de grabación.

Tenía algunos instrumentos y una cabina para grabar con una barra de botones de diferentes tonalidades. El grito de Tayler la sacó de sus pensamientos haciendo que saliera de la habitación. Bajó las escaleras apresurada pero con cuidado de no caerse.

Llegó a la cocina pero no entró, miró a Tayler pero este no se encontraba solo ya que tenía compañía.

Ahí estaba Bryce y un chico moreno, dándole la espalda a la entrada. Hizo su casi largo cabello hacia atrás y entró decidida.

—¿Qué?—preguntó, recargándose en la mesa colocando sus codos y su cara entre ambas manos esperando la respuesta de Tayler podía sentir la mirada de Bryce y del moreno en ella.

—La comida ha llegado.—le dijo Tayler sonriendo. Ella le sonrió devuelta y asintió para enderezarse y tomar una soda de la nevera.

Se giró para mirar al que estaba al lado de Bryce detalladamente.

Soy Megan.—se presentó, dirigiéndose al moreno quién la miraba fijamente.

—Si no te acuerdas, él es Bryce y este es Kio.—Tayler los presentó señalando a cada uno.

Levantó sus cejas en forma de saludo y Bryce la miró entre sorprendido y triste.

—Diablos, ¿en serio no te acuerdas de mí? ¿Tan poco fuí en tu vida?—preguntó Bryce, reflejando dolor en su tono de voz.

Por más que él lo tratara de disimular con una sonrisa de lado, Megan lo conocía perfectamente como para saber que el castaño se encontraba dolido.

—No digas eso, Bryce. Claro que me acuerdo de tí. ¿Cómo olvidaré a mi otro hermano mayor?—dijo ella con el ceño fruncido.

Caminó hacia él y lo abrazó fuerte, Bryce rápido le correspondió el abrazo colocando sus manos en su cintura abrazándola fuerte. Lo que ambos no sabían era que con ese abrazo expresaba lo mucho que se querían y se extrañaron todo ese tiempo.

—Nunca digas una cosa así. ¿Me oíste, Hall?—le susurró al oído. Bryce solo se rió y le acarició el cabello.

Se separaron del abrazo y miraron a los chicos y estos ya les estaban mirando con ternura. Los dos se dieron una mirada y rodaron los ojos divertidos.

—¿Cuántos años tienes, Megan?—preguntó Kio tratando de no sonar curioso.

—Doce.

El moreno el cuál tenía una sonrisa se le borró cuando escuchó la respuesta de la chica, abrió los ojos como platos mientras que los dos castaños hacían todo lo que podían para no reírse de la cara de su amigo.

—¿De verdad?—preguntó aún en shock.

—No.—respondió, para luego reírse a carcajadas. Tayler y Bryce no aguantaron más y se empezaron a reír.

Kio solo rodó los ojos divertido.

—Tiene dieciséis, Cyr.—habló Tayler una vez que pudo controlar su risa.

—Espera, ¿Cyr?—preguntó confundida, aceptando la pizza que Bryce le estaba ofreciendo.

—Es mi apellido.—el moreno se rió de la cara que tenía Megan.

Luego de eso, empezaron a comer mientras hablaban de diferentes temas. Se estaban riendo de algo que había dicho Bryce cuando el celular de Tayler empieza a sonar haciendo que se levantara de la silla y atendiera la llamada saliendo de la cocina.
Continuaron hablando y riendo cuando Tayler entró nuevamente con una gran sonrisa que al mismo tiempo hacía un ridículo baile.

—¿Y a ti que bicho te picó?—le preguntó su hermana mirándolo con una mueca en sus labios. Bryce y Kio se voltearon a mirarlo.

—Me harás vomitar la pizza.—habló bryce. Kio y Megan se reímos levemente y Tayler dejó de bailar mirando mal a su mejor amigo.

—Muy graciosos.—dijo con sarcasmo en su tono de voz. —Prepárense que hoy nos vamos de rumba, perros.—

Los tres empezaron a festejar mientras ella los miraba incrédula por no haberla incluido a su grupo. Poco a poco fueron saliendo por la puerta de la cocina dejándola sola, una idea se le cruzó por la mente y sonrió con malicia.



FIN DEL CAPÍTULO ☁️🖤⛓

MEGAN, kio cyr.Où les histoires vivent. Découvrez maintenant