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DONCASTER, INGLATERRA
24 de diciembre de 1995

—Pero que bonito niño, serás un alfa encantador—dijo Mark Tomlinson, padre de ese futuro "alfa encantador".

—¿Por qué piensas que va ser un alfa?— preguntó Johannah, madre del pequeño bebé que se encontraba en sus brazos.

—Es mas que obvio, ¡mira ese cuerpo que tiene, es grande y tosco, imposible que vaya a ser un beta u omega!— respondió su esposo con incredulidad, como si lo que dijo fuera lo más obvio del mundo.

—Puede que mi bebé solamente esté gordito— murmuró Jay, mientras le hacía cariñitos al hermoso bebé castaño de ojitos azules.

—Será un alfa encantador— Mark soltó un suspiro de felicidad mientras miraba a su cachorro, próximamente un alfa.

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DONCASTER, INGLATERRA
14 de enero del 2001

—Ven mi amor, ven con mami— decía Jay mientras trataba de hacer que su adorable hijo de 5 años fuera con ella.

—No le hagas caso a tu madre hijo, ven con papá que él si te quiere mucho— habló Mark mientras hacia gestos con las manos para llamar la atención del pequeño Louis.

Así es, Louis William Tomlinson, ese era el nombre que decidieron ponerle al castaño ojiazul.

Un bonito nombre para un bonito niño, ¿No creen?.

—¡Ay callate Mark!, yo también quiero a mi cachorro, así que ven mi amor hermoso— exclamó mientras ponía su mejor cara amorosa para que su bebé fuera con ella y no con su tonto alfa.

Mientras tanto el castañito ojiazul se les quedaba viendo, volteando la cabeza y yendo hacia dónde sus padres lo llamaban, pero regresándose cuando alguno de ellos le volvía hablar para que fuera hacia su dirección.

Ya harto de tanto drama, decidió irse con su mamá que tenía cara de quererlo llenar de besos y mimos, él amaba los besos y mimos, por supuesto que se iría con su mami.

Jay dio un chillido de felicidad cuando vió que su hijo se dirigía hacia ella en vez de su padre, no que no alfa tonto. Pero su felicidad se vió interrumpida cuando su cachorrito se detuvo antes de llegar hasta ella.

—¿Qué dijiste papi?— habló por primera vez el castaño mientras volteaba a ver a su padre con una sonrisa y sus ojitos azules brillando.

—Dije "si vienes conmigo te daré dulces y te compraré ese pastel de chocolate que tanto te gusta"— dijo mientras se formaba en su cara una ancha sonrisa por ver que había llamado la atención de su hijo.

Inmediatamente el pequeño se fue corriendo lo más rápido que sus cortas y gorditas piernitas permitían, así alcanzando tomar impulso para lanzarse a los brazos de su padre.

Jay los miraba con incredulidad, no creyendo que su cachorro la haya traicionado por unos dulces baratos y un miserable pastel de chocolate, mínimo le hubiera ofrecido también una pizza con extra queso, así si valdría la pena la traición cometida.

𝑶𝒓𝒂𝒏𝒈𝒆 𝑱𝒖𝒊𝒄𝒆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora