Santa Diabla.

Rubiusplay Oso caliente

⚠️ Contenido +18 ⚠️

⚠️Este capítulo habla sobre una violación, violencia y maltrato, así que leer bajo tu criterio⚠️

⚠️Recuerda que ni las violaciones, intento de violación, el maltrato a cualquier ser, la violencia física o mental no está bien en ningún caso, así que no normalicen. Si pasaste por alguno de estos casos, no estás solx busca ayuda⚠️

Verte todos los días, correr por el pueblo...
Soy un oso, tu eres miel, la luna nos ha juntado, es nuestro destino estar juntos.

Te amo.

-Rubius.

Así fue como descubrió a su acosador. No era para nada secreto, no era un admirador secreto, solo era el admirador... Un acosador.

Miro por su ventana, ahí estaba el, viéndolo, acercándose a su casa, no era cauteloso. Se acercaba lentamente, su mirada estaba fija en él. Una sonrisa salió de  la boca del oso, sintió un escalofrío, corrió a sus escaleras queriendo cerrar con seguro su casa, eso deseó, pero apenas había llegado al final de la escalera ahí estaba el, frente su puerta. Viendo cada uno de sus movimientos.

Se acercó a la puerta, los ojos del oso, se dirigieron a los suyos, incómodandolo.

-Hey... Hola- La voz del de miel, salió nerviosa. Abrió su puerta, dejando que el oso, entrara, sintió que su respiración se aceleraba.

-Hola, Auron- Su voz, su ojos, su mismísima presencia era tan incómoda. Tocó su mejilla, acariciándola, su cuerpo tembló, odiaba ser tocado por esa persona- Te vez más lindo, cada día que pasa... Es como si floreciera otra vez.

Sus mejillas se tornaron rojas, estaba avergonzado por esas palabras, pero estaba más incómodo. Quería echarlo de ahí, quería correrlo de su casa.

-Uhm... Gracias- Fue seco, aunque el otro lo entendió su tono.

-Si, ¿No me invitarás a pasar?- Tomo su mano, besándola. Sonriéndole, Dios... Quería meterle un puñetazo.

-Ah... Si pasa- Mierda... Retiro su mano, bajando a su búnker, separándose de él o al menos eso intento.

-Oh, hiciste remodelaciones- miro, cada lado de su casa, se sentía expuesto, desnudo -Aunque ya lo sabía...

¿Que?... ¿Que acababa de decir?. ¿Cómo que ya lo sabía?.

Lo miro, asustado. ¿Como lo sabía si no había salido de su casa por unos días?.

-¿Co...como lo sabes?- Ahora más que nervioso estaba asustado.

Sonrío, sonrío de lado, mirándolo fijamente -Todo mientras te incluya a ti, lo sé, todo y cada uno de tus movimientos- Comenzó a alejarse de él, dirigiéndose a la habitación de Frederick- No debes tener miedo de mi, jamás te haría daño- Buscaba con ferocidad, el cerradura de la puerta, si entraba ahí, podía contactar al menos con Lolito o con Vegetta para su rescate- No, no deberías llamarlos... Ellos deben de estar muy ocupados, ¿No lo crees?...

Lo encontró, la abrió metiéndose rápido en el pasillo, más la puerta no se pudo cerrar, la espada del otro impidió su cierre.

-Oye... ¿Por qué huyes de mí?... - Rubius hablaba como un completo psicópata.

-No... Solo, quiero... Eh- ¿Que le iba a decir? No tenía nada pensado, nunca había imaginado una situación así, retrocedía, con cuidado de caerse de las escaleras.