Prologo

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El constante repiqueteo de sus tacones resonaba por todo el lobby del edificio alertando a más de un inocente que tenía la desgracia de encontrarse por el lugar, la primera víctima, la recepcionista, la pobre chica nueva que sin saberlo intentó detener un huracán con un simple paraguas al preguntar a la intimidante mujer que se encontraba a pasos de ella si tenía cita previa ya que sin ella no sería capaz de ingresar al recinto. A lo que la pelinegra únicamente levantó la mano izquierda dejando ver un diamante de un tamaño más que considerable en su dedo anular, acompañado de una intensa mirada de desdén y hastió.

Sin detenerse siquiera entro directamente al elevador y presionó rápidamente el botón para la planta más alta seguido del botón para cerrar las puertas, sin importarle el pobre hombre que se acercaba a pasos apresurados pidiendo que detuviese el elevador.

Impacientemente hacia sonar sus zapatos contra el piso mientras subía uno a uno los 22 pisos de la torre en su opinión ridícula perteneciente a su actual dolor de cabeza y es que para ser honestos es un tanto infantil comprar un edificio de 22 pisos solo porque quieras que tu oficina esté en el piso con el número del día de tu cumpleaños, pero ese era uno de tantos caprichos infantiles que había logrado presenciar hasta el momento.

En cuanto salió del elevador se dirigió a las grandes puertas de cristal cromado para abrirlas sin sutileza alguna importándole poco si la persona dentro estaba ocupada o si necesita privacidad.

—¿Señorita Moon YongSun, a qué debo el honor de su visita? — Preguntó con una amplia sonrisa la persona del otro lado del gran escritorio, mientras se incorporaba de la silla para avanzar hacia la recién llegada.

—Kim YongSun, todavía. — Rezongo sin disimular su expresión de desagrado ante el cambio de su nombre. Mientras se adentraba más en la oficina dejando la puerta cerrada.

—Por ahora querrás decir, pero cuénteme ¿Qué la trae por aquí? — Insistió la mujer al recargarse contra el escritorio después de haberlo rodeado para estar más cerca de su inesperada visita —¿Será que empezaste a extrañarme y quieres que te ayude a elegir el banquete para la boda? —comentó con burla mientras se acomodaba la punta de su sombrero vaquero color negro a juego con su traje formal.

—No juegues conmigo Moon, no estoy de humor — gruñó nuevamente mientras observaba con aún más desagrado el sombrero que portaba la castaña alta frente a ella, no podría negar que se veía excesivamente atractiva en ese traje incluso con esa ridícula hebilla gigante de una media luna con estrellas en su interior, así como tampoco podía negar lo mucho que detestaba el tonto sombrero le parecía incluso de mal gusto que lo usara en espacios cerrados pero era algo con lo que al parecer tendría que vivir el resto de su vida. — Estoy aquí para hablar de los siguientes días, y ¿quién demonios es esa niña tonta de la recepción que trató de detenerme de forma brusca? Deberías enseñarle un poco de respeto a tus empleados o por lo menos como tratar a tu prometida.

—Jajajajajaja —la risa burlona de la más alta resonó por el lugar — me estás diciendo ¿Qué todo este mal humor es solo por que la chica nueva, que por cierto se llama Miyeon, no te recibió con alfombra roja cuando llegaste?, no seas infantil Yong, pero bueno dejemos eso de lado —se aclaró la garganta y se dirigió al bar en la esquina del salón — hablemos de los planes próximos, ¡quieres agua?

—Tomando en cuenta el tema del que vamos a hablar me gustaría algo más fuerte gracias, no voy a discutir más el tema de la mocosa, enséñale modales y punto — se frotó las sienes mientras se sentaba con cuidado en el gran sofá de cuero

—Auch tomando a las 10:30 AM, es un poco inapropiado Señorita Kim — se mofó al pasarle un vaso con whisky en las rocas y quedarse uno ella, tomando asiento a su lado.

—Lo repito, no estoy de humor — sacó su Tablet para buscar la agenda de la semana — mañana tengo el día lleno de pendientes y por lo que me comentó tu secretaria la que sí es útil, tú también estás llena, entonces creo que lo mejor sería realizar la boda el jueves, así tendríamos el viernes para poder volver al trabajo y quedar al corriente con cualquier cosa que nos haya impedido el acto.

—Siempre tan romántica Ddunie por eso me caso contigo — comentó Byul pellizcando su mejilla con más fuerza de la debida — Estoy de acuerdo solo recuerda que los medios avisar a los medios para unas cuantas fotos y una o dos entrevistas, tampoco quiero perder demasiado tiempo en eso.

—Tenlo por seguro, yo tampoco quiero perder mi tiempo en tonterías, entonces sin más que decir me retiro, intenta no molestar durante el día, pero te recuerdo que tenemos una cena pendiente con Wheein que a juzgar por sus mensajes espera que sea hoy por la noche, de todas formas le avisaré a tu secretaria más tarde, me voy — y de la misma forma que llegó el huracán se fue.

Mientras tanto Moonbyul se quedaba con una amplia sonrisa observando el lugar por donde la molesta e implacable mujer se había ido, completamente convencida de que lograría tenerla bajo sus encantos más rápido de lo que podía lazar una baquilla sobre su caballo favorito, Kim YongSun no se iba a resistir mucho tiempo por más que se hiciera la dura e indiferente. Pero por el momento lo importante era dejar que las cosas se llevaran a cabo como estaban planeadas. Se acomodó el cabello bajo su preciado sombrero y volvió a su silla para adentrarse de nuevo en los documentos que revisaba antes de que su prometida la interrumpiera de la forma tan amorosa como siempre lo hacía.

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