Durante los primeros días, espera a que él tenga la iniciativa. Si le gustas, y han salido varias veces es probable que intente besarte. Si no ha tratado de besarte, Necesitas darle más señales de que quieres que lo haga. Acércate a él más de lo normal. Acerca tu cara a la suya de tal manera que no tenga que moverse tanto para besarte.
Míralo fijamente a los ojos.
Humedece tus labios sensualmente, pero no lo hagas tan seguido. Con una vez es suficiente.
***
Hoy era el día crucial, el día del beso.
Estaba tremendamente nervioso, porque aunque había besado a muchas personas a lo largo de su vida nunca ninguno le había afectado como Ron Weasley le afectaba.
Cuando la noche anterior Ron besó su mejilla vio por fin una remota posibilidad de que todo esto podría dar resultados.
Terminó de arreglarse frente al espejo cuando escuchó que la puerta de su habitación se habría dando paso a Pansy.
La chica se acercó hasta él, dibujo en una sonrisa en su rostro y acunó sus mejillas—Estás realmente guapo—
Pansy no solo era su mejor amiga, era su pilar fundamental. Su hombro donde llorar cuando se sentía triste, con la que reír cuando estaba tremendamente feliz y también con la que se desahogaba cuando se sentía harto de todo. Ella y Draco claro.
—Gracias Pans
— oye... Sé que la mayoría de cosas que digo son una tremenda tontería— dijo mientras le abrochaba los botones de la manga izquierda — pero escucha bien lo que te voy a decir. Si tienes que esforzarte para gustarle es que no le gustas¿me oyes?¿Acaso te esfuerzas para comerte una hamburguesa? No cariño, si algo te gusta te lo llevas a la boca en cuanto tienes oportunidad.
—¿Qué me estás queriendo decir con esto Pansy?
—Te esfuerzas para comer brócoli. Blaise, no quieras ser el brócoli de nadie. A lo que me refiero es a que te toca el paso de darle un beso ¿no?
Blaise afirmó lentamente
— pues entonces solo hazlo, no lo pienses tanto. Y si no funciona estoy segura de que en algún lugar habrá alguien que te aprecie como lo mereces. Así que deja de mirarte tanto en el espejo, sal de una vez y por amor a Merlín cómele los morros
El día era lluvioso y bastante frío, no encontró a Weasley por ninguna parte. Quizá sabía que iba a intentar besarle y se había escondido.
Sentía que iba a vomitar.
Sentirse rechazado era el sentimiento más feo del mundo entero.
Le buscó por unos minutos más hasta que terminó sentado en uno de los bancos que estaban frente al lago, empapándose por completo
—¿estás loco? ¡vas a resfriarte!
El ruido de la lluvia era cada vez más fuerte, pero escuchó con claridad la voz de Ron
—Estás aquí— dijo poniéndose en pie frente a él
Ron estaba empapado también, su pelo estaba pegado a su cara y su ropa estaba completamente pegada a su cuerpo, pero estaba sonriendo y mucho.
—Estás aquí...
— sinceramente me puse nervioso y me escondí—dijo elevando la voz para hacerse escuchar— pero después de reflexionar he llegado a una conclusión...
Fue el propio Weasley quien dió dos pasos hacia delante. Si todo salía bien Blaise se encargaría de contar cada una de las pecas del pelirrojo
—¿!Qué conclusión!?
Cada vez era más imposible hacerse oír, porque cada vez la lluvia caía más fuerte
— ¡Todavía no tengo claro si me gustan o no los chicos!— gritó sonriendo— ¡pero si estoy seguro de que me gustas tú!
Eso fue suficiente para acabar con la escasa distancia que quedaba entre ambos. Blaise besó sus labios fríos y mojados. Llevo sus manos hacia la mata de pelo pelirroja y enredó sus dedos como si de vida o muerte se tratara. Profundizó más el beso introduciendo su lengua dentro de la boca del otro, lo que provocó que Weasley soltara casi un imperceptible gemido.
Después de lo que preció una eternidad se separaron porque por culpa del beso y de la lluvia era casi imposible respirar.
— Sabes que yo soy un chico ¿Verdad Ron?
—Oh cállate
El regreso al castillo fue confuso. Quizá porque volvieron corriendo, quizá por la lluvia, o quizá porque cada dos por tres alguno buscaba la mano del otro y terminaban besándose
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Leí la frase del brócoli hace un par de días, y me sentí totalmente identificada. No seáis nunca el brócoli de nadie, a no ser que ese alguien ame el brócoli.
