—Usted debe ser la señorita Iyari Anny, no es así? —
—Si, ¿y usted es?—
—Me llamo Ha Jinsung, amigo de tus padres, es un placer —respondió con un elegante saludo y un semblante despreocupado.
—Igualmente. Pase, iré por mi hermana para que la conozca— le informo Anny.
Ha Jinsung, o sea que si es un tipo importante, perteneciente a la familia Ha. "Al parecer las aburridas clases de historia de mi madre si sirven de algo". Su actitud tan vacilante y despreocupada le agradaba, todo lo contrario a lo que normalmente se esperaba de los integrantes de esa familia.
—Con su permiso —entro como si se tratase de su propia casa, tomo asiento en la silla que se encontraba justo en el centro de la habitación, la de su padre. Si lo llegara a ver ahí probablemente no saldría vivo.
La chica lo observó impresionada durante unos segundos, luego recuerdo lo que tenía que hacer. Se dirigió a paso rápido al lugar donde se suponía debía de estar su hermana.
En cuanto llego a la puerta de la enorme sala de entrenamiento noto algo extraño. No se escuchaba ningún sonido proveniente de adentro, algo raro tomando en cuenta que tendría que estar peleando. Extrañada abrió la puerta y lo primero que encontró fue a su hermana, sentada en el suelo, leyendo tranquilamente un libro. Ni siquiera avía notado su llegada.
—El entrenamiento te tiene exhausta, eh—se burló aguantando la risa.
Akane, en cuanto noto la presencia de su hermana dio un salto de la sorpresa y escondió rápidamente el libro entre su ropa.
—he?!..si jajá—se levantó de donde estaba y se sacudió el polvo.
—Por cierto, solo vine a avisarte que ya llego la niñera, ven a saludar —informo. Apenas termino de decirlo y ya estaba caminando de regreso a la sala.
Akane salió rápidamente tras ella, logrando alcanzarla en medio del pasillo a punto de bajar las escaleras— Anny! — la detuvo. Sostuvo su brazo antes de que pisara el primer escalón.
—Oye!, por poco y me lanzas de la escalera. ¿Qué sucede? —se quejó.
—bueno... ¿Recuerdas lo que te pedí hoy en la mañana? — pregunto algo apenada.
—No me digas que —la mayor la corto tapándole la boca para que la dejara hablar.
—si!, vamos por favor, es mi oportunidad perfecta, tú solo inventa algo y yo saldré por la puerta trasera —rogó con cara de perrito suplicante.
Sabía que su hermana no se rendiría asta lograr que aceptara. También sabia que si alguien la llegara a ver estarían en graves problemas. Pero confiaba en ella, siempre lo hacía.
—bien, vete antes de que me arrepienta. Solo ten cuidado —
"Abecés me pregunto quien de las dos es la mayor"
En cuánto acepto se lanzó a abrasar a su hermanita y salió corriendo hacia la puerta trasera. Anny se quedó unos segundos pensando en que excusa le daría a su "niñero".
Camino en dirección a la sala en la que se encontraba Jinsung, aun intentando idear una mentira que sonara creíble. Al llegar lo encontró observando fijamente los cuadros familiares con un cigarro encendido en la mano.
Se giró en su dirección, notando que no venía acompañada —que no dijo que iría por su hermana, señorita Iyari— pregunto volviendo a su asiento.
—Ah ella, bueno... Dijo que no se sentía bien y se quedara en su habitación si no le molesta, ya sabe, cosas de chicas —mintió. Esperaba haber sonado lo suficientemente creíble y que dejaran el tema.
—Claro que no es problema, entonces... cuénteme sobre usted—comenzó una nueva plática. Con su mano señalo el sillón frente a él.
La menor tomó asiento algo incómoda— pues, la verdad no creo que mi vida sea muy interesante de escuchar—
— jajajaj¿y Qué ahí de su hermana? —
-Ella es... es realmente muy talentosa y hermosa, por eso planea convertirse en princesa ¿sabía que es la favorita entre todas las candidatas? —soltó más emocionada de lo que planeaba.
Jinsung, por su parte, se mostró repentinamente más interesado en la conversación —Conque en princesa eh. Sí, creo haber oído algo sobre eso. Y que hay de usted, ¿no querría convertirse en una?—
—no, claro que no. La verdad es que ese cargo no me llama la atención en lo absoluto. Demasiadas reglas que seguir para mi gusto—respondió sacándole una pequeña risa a su contrario.
—A si?, es una lástima. Con las habilidades de su familia se le sería muy fácil hacerse notar entre las aspirantes—
Su comentario le provocó un escalofrío en la espalda baja. Sabía a lo que él se refería. La familia Iyari siempre había sido reconocida por poseer la habilidad de "control de sangre". Un privilegio, según sus padres. Ella no pensaba de la misma forma.
Esta habilidad consiste en poder dominar a tu oponente teniendo control sobre todas sus acciones, solo tocando un poco de su sangre. Para cualquier persona esto suena aterrador, quien desea que entren a su cabeza y lo utilizan como a una máquina. La única desventaja de esta habilidad es que no funciona entre familiares y dura poco tiempo, además de que es sumamente difícil de aprender a controlar. Su hermana apenas puede usarla y ni hablar de ella.
—Supongo que si, La verdad nunca lo avía considerado seriamente, pero...—
—¿pero? —
—Bueno...no soy muy buena utilizando mi "habilidad". Se supone que desde los doce años ya debería saber usarla perfectamente —musito avergonzada.
—Ah eso no es problema, yo puedo enseñarte a utilizarla —propuso vacilante.
Anny lo observó incrédula— ¿Lo dice en serio?, digo ¿no seria yo una molestia para usted?—
—¿Molestia?, claro que no, además, eso de entrenar me divierte—respondió seguro. De nuevo con esa sonrisa.
