Luego Lucía se durmió, se veía tan hermosa dormida, que literalmente ella es un ángel caído del cielo, su cuerpo está esculpido por los mismísimos dioses griegos, su cara, su boca, sus ojos, su nariz, sus curvas, su cuerpo, todo es perfecto. Estoy más que seguro que ella nació para terminar con la famosa frase 'nadie es perfecto' porque ella, si lo es.
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Joaquín
Llegamos al lugar bastante de noche, Lucía seguia dormida, para no despertarla primero de todo baje todas las cosas y las adentre a la casa que había rentado para pasar esta última semana que nos quedaba acá en este hermoso lugar, para luego volver a la capital y pasar unos últimos días en familia.
Abrí la puerta de Lucía y la cargue en mis brazos y ella se acurrucó más a mi pecho. Abrí la puerta, y la lleve a la habitación, la acosté y de durmió hasta la mañana siguiente.
Termine de bajar unas cosas, me di una ducha, me acosté y también me domir hasta la mañana siguiente.
Lucía
Me desperté a las diez de la mañana, mire a mi lado u Joaquín no estaba, mire a mi derecha en dónde estaba mi mesita de noche y había una carta del hombre de mi vida.
Buenos días corazón, Disculpame que no te pude dar nuestro beso de los buenos días, pero para eso vas a tener que esperar un ratito. Te conviene darte una ducha, porque estás bajo llave, lo único que poder hacer es salir al balcón. Te estarás preguntando dónde estás ¿No?, Pero tampoco eso poder saber todavía. Todo a su debido tiempo, te amo princesa
Joaquín.
Encima que no sabía dónde estaba, tampoco podía salir de mi habitación entonces le hice caso a Joaquín. Podía notar que estábamos en un lugar muy caluroso, entonces me imagine que estábamos cerca de la playa.
Entonces me prepare algo liviano, unos shorts, con una remera blanca, y un kimono azul con flores.
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Sali de bañarme luego de unos veinte minutos, me vesti, y me arregle el pelo con una cola alta por el calor.
Intetente abrir la puerta de la habitación, y como dijo Joaquin, estába bajo llave, salí al balcón y el paisaje me parecía conocido, aunque no definía dónde estábamos ubicados.
En eso siento que alguien habré la puerta, me giro y es Joaquín.
—Buenos días corazón!—saludo Joaquín.
—Buenos dias amor-me acercó y me enrreda con sus brazo en mi cintura, lo cual me hace poner mis brazos en su pecho y terminamos con la distancia qué nos separa con un beso— Que feo lo que me hiciste—dije haciendo puchero.
