capítulo treintaisiete

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JACKSON 

 hyung! — escuche su voz y asentí sin haber prestado mucha atención a lo que me decía, mi mente se mantuvo ocupada con la llamada que había recibido por las mañana. — si quiera me escuchas.. — se cruzo de brazos, murmurando aquello mientras tragaba el pedazo de pastel que me había robado. Alrededor de su boca se encontraban rastro de la crema de chocolate y algunas migajas de biscocho café, me acerque a su rostro para lamer cerca de su boca lo que quedaba ahí. 

sí, sabe mejor así — asentí sonriendo ampliamente. Su rostro que hace un rato tenía su ceño fruncido ahora se había vuelto suave y avergonzando, sus orejas rojas eran demasiado tiernas que me hacía querer molestarlo un poco más. Me volví acercar a su rostro y mordí suavemente una de sus mejillas dejando una pequeña marca de pertenecía que no se iría al menos dentro de un par de horas. 

tú! solo haces lo que quieres — me miró con su ceño fruncido mientras sus mejillas seguían con un color carmesí que teñía su rostro de tes clara. La mordida se podía ver perfectamente en una de sus mejillas sonrojadas, sonreí satisfecho antes de tomar algunos besos de sus labios a regañadientes. 

sabes a chocolate, deberíamos pedir más... — susurre sobre sus labios mirando su rostro encandilado por su belleza, de cerca se podía ver y apreciar mejor sus ojos rasgados y sus facciones finas que lo hacían ver tierno cuando quería. 

basta.. — susurro en un tono de voz que dejaba ver sus pequeños momentos de gay panics. Tan lindo. 

¿por qué? — pregunte riendo fascinado por su forma de actuar ante situaciones de este tipo. Era realmente divertido molestarlo, al menos debía hacerlo ahora ya que durante la mañana fue el quien se encargo de acorralarme por todas partes. — mierda... — mis mejillas se sonrojaron de solo pensar en lo que había pasado la noche anterior y durante la mañana. El celular de Mark empezó a sonar repentinamente cuando lo saco para revisarlo, podía adivinar con solo mirar su expresión de quienes eran todos esos mensajes que habían llegado a su celular. 

Ah, no quiero separarme de hyung pero tengo algo que hacer... cuanto antes mejor — dijo mientras respondía a los mensajes que le habían llegado a su celular. — podemos terminar de tomarnos los bubble tea de camino a casa de Gyeommie, al parecer nos han estado buscando toda la mañana. 

umm esta bien — asentí sutilmente con un movimiento de cabeza, sintiendo que aquel pequeño momento de felicidad se me escapaba de entre mis manos como el agua se colaba entre mis dedos al tratar de tomarla. Mi animo el que había logrado cambiar, con solo un poco de realidad volvía al punto inicial con ello volvían mis preocupaciones. Aun cuando intentaba postergar aquella situación con el director tanto como podía, no había podido ganar ni un poco más de tiempo al menos como lo había planeado. El director me tenía vigilado y con solo un chasquido de dedos podría mandarme lejos de Mark, tanto como para que pudiera cumplir con su cometido; era frustrante y debía hacer todo lo posible para que al menos estos días con él terminaran siendo un buen recuerdo.    

hyung! — sentí los dedos de Mark chispear delante de mi rostro, moví sutilmente mi cabeza alejando los pensamientos malos tanto como podía. Sus blandos labios se escabulleron sobre los míos robándome un beso fugaz antes de doblar en la siguiente calle para llegar a la casa de YugYeom. — tu ceño estaba fruncido — dijo sacando su lengua de lado traviesamente guiñándome con uno de sus ojos.  

mierda.. — mi corazón el que antes estaba tranquilo empezó a latir descontroladamente solo por haber visto a Mark actuar travieso y tierno al mismo tiempo. 


Ya que queríamos permanecer un poco más de tiempo juntos decidimos caminar de la cafetería hasta la casa de YugYeom, el silencio inminente entre ambos apaciguaba mi lamentable corazón. Era lindo el solo poder caminar con el de la mano por la calle, y de vez en cuando podíamos dar un vistazo al otro mientras pretendíamos no darnos cuenta de aquello, aún cuando cruzáramos miradas sonrojándonos levemente para no hacer notorio el hecho de que nos gustábamos hasta morir. 

Lazo de hermanos [MarkSon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora