Capituló uno

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JACKSON
10'C

Un cálido calor recorrió mis mejillas, formando un camino húmedo hasta mi barbilla, yendo a parar sobre mi cuello. No me había dado cuenta de que estaba llorando, hasta que sentí la brisa que se colaba por mi ventana abrazar mi rostro, helando la zona de mi cuello. Abrí mis ojos quejándome bajo, mi voz sonaba algo ronca y gastada al estar semidormido, me remecí entre las sabanas ocultando mi rostro bajo la almohada al recodar porque estaba llorando.
No de nuevo... – murmure tragando saliva para humedecer mi garganta que se sentía reseca y áspera, permaneciendo un par de minutos oculto bajo la oscuridad que me proporcionaba la almohada. Seque por completo mi cuello y mi rostro, pasando la manga de mi playera sobre la punta de mi nariz para quitar las lágrimas que se habían reunido en esta. – Ya! –solté un gran suspiro y golpeé ambas mejillas con mis manos dejándolas algo coloradas. Me descubrí el rostro saliendo al fin de mi escondite para ir a lavarme la cara sobando donde golpee.

El baño más cercano quedaba cerca de las habitaciones de los huéspedes, por un largo pasillo iluminado solo por la luz de la luna logrando ver lo necesario como para llegar hasta allí.

Camine semidesnudo con la playera blanca que llevaba encima y mi ropa interior color negra, trasluciéndose levemente mi dorso al estar medio sudado por el ajetreo de aquel mal sueño.
Me apoye en la pared para guiarme, ya que, mis ojos ardían y mi vista estaba algo nublada, no quería tropezar ni caer y antes de llegar el recuerdo de mamá me distrajo nublando mi vista con las lágrimas que amenazaban en salir. Preocupado de secarlas antes de que salieran por completo me golpeé contra algo blando y delgado, sintiendo un suave quejido.

¿Mm... hermano? – sentí la suave voz adormecida de mi hermano menor ahogada en mi pecho, alejándolo un poco para ver si no se había golpeado duro contra mi pecho.

Mark... estás bien? – murmure sintiendo mi voz quebrada esforzándome por que no notara que estuve llorando. Y antes de que me diera cuenta, sus ojos ya estaban posados sobre los míos, lo más cerca posible de mi rostro. Tenerlo así casi rozando nuestras narices hizo que mis mejillas se sonrojaran y mi corazón se acelerara.

Mamá no te deja dormir ¿verdad? – murmuro golpeando mi frente al notar mis ojos algo hinchados y rojos en la comisura de estos.

Oush!, hermano – me queje bajo sin hacer mucho ruido espantando todo tipo de sentimientos vergonzosos.

Torpe... – me golpeo el pecho bastante fuerte, diría que había puesto toda su fuerza en aquel golpe.
Se quitó de mi camino como si se rindiera dejándome espacio para que avanzara – yo también la extraño... – dijo entre murmullos que demostraban un deje de frustración. – no llores solo si me tienes a mí. También fui su hijo... sabes? – dejó de mirarme y se dispuso a caminar de manera rápida azotando sus pies contra el suelo produciendo un ruedo sordo de molestia.

Mark espera... – le seguí golpeándome contra un par de muebles por lo rápido que iba. – déjame explicarte – murmure entre quejidos, acercándome para detenerlo y que me escuchara. Pero lo único que obtuve fue un portazo en la cara. – espera Mark! – toque la puerta algo molesto, esta parte de él siempre me había molestado, aún que yo igual tenía la culpa en parte, siempre me guarde mis problemas y sentimientos para no lastimarlo más de lo que ya lo estaba. Y al parecer lo hería de cualquier forma, me molestaba que hasta yo lograba herirlo al sobre protegerlo, pero nunca aprendía siempre terminábamos de estas forma. Seguía golpeando con efusividad, quería explicarle pero no me respondía. Lo único que lograba escuchar era su respiración agitada del otro lado de la puerta. 
No me iré hasta que me abras – dije decidido tumbándome en él suelo y golpeando su puerta con mi mano durante varios minutos, disminuyendo mi fuerza en el golpe mientras me entraba el cansancio y él sueño. – M-Ma Mark~ – murmure entre bostezos, mientras mi mano seguía golpeando su puerta con suavidad, quedándome dormido apoyado contra la puerta luego de una cuántas horas esperando a que abriera.

MARK:
15'C

Me tarde en abrir la puerta, estaba demasiado enojado con él y mis actos habían sido demasiado vergonzoso. "Porque me había comportado de esa manera"
Rayos... – solté un gran suspiro tumbándome en la cama con mis brazos extendidos, cansado de que me dejara fuera de su sufrimiento cuando lo único que quería era poder ser su soporte como él lo ha sido siempre para mi.
Habían pasado un par de horas desde que me había quedado en la cama tumbado esperando a que se fuera o se rindiera.
¿Hermano? – murmure desde mi cama, ya que los sonidos allí afuera habían cesado. Quizás se había rendido e ido a su habitación.
Me levante de la cama y camine hasta la puerta abriéndola con cuidado.

Mmm... – oí un quejido y sentí caer un bulto sobre mis pies. – M-Ma Mark – oí mi nombre balbuceado por mi hermano, quien estaba casi babeando. Me hinqué y me quede observándolo por un tiempo, sabia que era terco pero no a este grado. – venga.. bobo – di un suave golpe en su frente evitando despertarlo y deje un pequeño beso donde golpee – eres muy injusto sabes? – susurre acariciando su cabello y contemplando su rostro unos segundos antes de entrarlo a mi habitación. – y pesas bastante – me queje mientras lo arrastraba hasta mi cama. Tome un gran respiro cuando logre acomodarlo bien, para ser honesto mi figura delgada no me acompañaba mucho en situaciones cómo estás, aunque si tenía algo de fuerza como para cargar bultos y a mi hermano, luego de acostumbrarme a llevarlo a su cama desde pequeño.

Creo que podría disculparte... si me dejarás verte de vez en cuando así de frágil – murmuré desde el suelo mientras apoyaba mis manos en la cama y escondía mi rostro ahí. – hermano estúpido – susurre sintiendo mi corazón latir más rápido de lo habitual. Nunca lograba ver esta clase de escenas, comportamientos frágiles de mi hermano mayor, eso me ponía feliz en este momento y siempre que bajaba la guardia.
Me quede apaciguando los latidos de mi corazón antes de meterme a la cama con él, no quería despertarlo gracias a la torpeza de mi corazón.

vamos hyung... muévete – susurre mientras lo movía para que me hiciera espacio y poder acostarme; inmediato me acomode sentí su calor cerca de mi cuerpo y aunque estuviese solo en playera y bóxer era bastante cálido. No tenía que esforzarme en quedarme dormido, la tranquilidad que me ofrecía aún estando dormido lograba apaciguar cualquier tipo de inquietud haciéndome dormir unos minutos después de que logre acomodarme bien a su lado.

M-Ma Markie~ – sentí el balbuceo de mi hermano y su brazo sobre mi cuerpo apegándose más a mi, como si fuera un oso de felpa, aún que no podía compárame con uno ya que era bastante delgado. – q-quédate... c-conmigo – mi cuerpo que estaba relajado se había tensando completamente al escuchar aquella declaración tan cerca de mi oído casi en un susurro incomprensible. No podía permanecer cerca de él mientras mi corazón no se controlara.
Trague saliva y me lo quite de encima como puede, saliendo de la cama y yendo por el futón para dormir en este.

Dios... que me pasa - murmure pensando en voz alta mientras sacaba del armario el futón. Lo acomode en el piso y me acoste soltando un pequeño suspiro, iban hacer las tres de la mañana y aún no podía conciliar el sueño, me di un par de vueltas dentro del futón antes de decidir dormirme en una posición poco convencional, ocultando mi rostro entre las mantas. Huyendo de mi hermano, me escondí por completo haciéndome bolita y así me quede dormido por fin.

Lazo de hermanos [MarkSon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora