Tres meses... y un día

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¡Buenos días, chicxs!! ¿Qué tal comienza esta semana??? Por cierto, ¿cómo os va tratando el 2021?? 

Para empezar el lunes con un poco de energías, aquí tenemos nuevo capítulo!! Sobre el anterior, ¡me encantan vuestras teorías! 😂😂 Sólo diré que alguna teoría sí se acercó a la verdad... 😋 ¡Pero no diré cuál, claro!

Sobre lo mucho que subió la temperatura, me pareció mucho mejor no advertirlo antes de empezar el capítulo! 😋😋😇 Me encanta cuando os pilla de sopetón y, más aún, si os pilla en el curro 😂 O como cuando leéis un capítulo de humor a las 5 a.m. y os cuesta aguantar la risa... Sí, es cruel, pero es muy diver y más por el hecho de saber que os llega y es capaz de provocaros distintas emociones. 😊😊

Seguro que me dejo muchas cosas por decir, pero ya las añadiré en el próximo disclamer! Y ahora a leer y descubrir qué pasa en Storybrooke, ¡nos leemos! 🥰

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El escarabajo levanta un poco de grava al pasar y acumula una pequeña nube de tierra en torno a sus ruedas. Emma frena tranquila, dejando atrás el ruido del motor y la arena que flota antes de quedar todo en silencio.

La voz de Regina lo rompe con una suavidad que acompaña a la calma del amanecer. "Creo que es mejor que espere en el coche" musita. Emma se gira hacia ella, deteniendo sus movimientos, sin llegar a quitarse el cinturón de seguridad. "Aquí dentro es más complicado que alguien pueda verme... Ya sabes, por el arresto domiciliario y eso"

Emma sonríe, desganada. "Cierto" Se desabrocha el cinturón, alargando el momento, tratando de pensar alguna excusa por la cual llevarla consigo. Como una persona normal, libre. Pero no se le ocurre ninguna lo suficientemente buena. "No tardaré" murmura dejando caer un breve beso de despedida. Regina corresponde con una dulce sonrisa y se acomoda, con mansedumbre, dispuesta a esperar.

Desde su asiento, sigue con la mirada a la salvadora. Emma deja atrás el coche, frente al edificio de sus padres, abre el portal con sus llaves y recorre las escaleras del bloque. Seguramente unos toques en la puerta les alarmarán menos que el timbrazo del telefonillo.

A pesar de ser las siete de la mañana el frío no se cuela a través de la cazadora roja y Emma aprovecha para caminar lenta, con poco ánimo. No le atrae lo más mínimo cruzarse con Snow, comenzar la jornada de reproches e indirectas tan pronto. Le ha prometido a Regina que no tardará, cierto. Pero su velocidad se ralentiza un poco por cada paso que da. Y cuando se planta en la puerta de sus padres parece casi que caminara a cámara lenta.

"Vamos allá..." masculla intentando insuflarse coraje. Golpea la puerta con los nudillos oyendo sus golpes repiquetear en el apartamento. Nada durante un segundo, nada durante dos. Pero sorprendentemente a los tres ya escucha un sonido de muebles y pasos. Es demasiado rápido. O han recorrido todo el piso a la velocidad de la luz o...

David, con los pelos revueltos y los ojos pegados por el sueño y las legañas, la contempla entre extrañado y confuso.

"Emma..." balbucea ronco, pero procurando no sonar desagradable. "¿Que haces aquí tan pronto? Creía que nos reuniríamos a las 9 en la mansión" interroga apoyándose en el marco de la puerta.

En esa escena hay algún cabo fuera de lugar, algo que falla, su instinto de la salvadora se lo chiva. Pero Emma no da con el problema ni el por qué, por lo que deja de lado sus sospechas y se centra en contestar.

"No me gusta molestaros tan pronto, pero tenemos que ir a las minas" se excusa con apuro y con su sonrisa más cándida. "Los enanitos han dado la voz de alarma, han encontrado algo extraño en uno de los túneles"

El Silencio de las Manzanas (SWANQUEEN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora