Draco Malfoy - Dramione (TERMINADA)

19. Visita Inesperada

CAPITULO 19

POV HERMIONE

Ginny había tardado tanto en dormirse con la emoción de que mañana practicaba quidditch, que cuando por fin se despidió, Hermione estaba a nada de decirle que siguieran hablando mañana, porque ya no oía la mitad de las cosas que decía. Aunque realmente dudaba que le importase, su amiga solo estaba preocupada por soltar toda la ansiedad y emoción.

Pero ahora Hermione había perdido el sueño y miraba el techo contando de cien a cero para ver si Morfeo venía por ella.

Suspiró rendida comenzando su tercera ronda de cuenta. No estaba resultando en nada, pero algo tenía que hacer para dormirse y evitar pensar en lo que su mente parecía querer pensar sin su consentimiento.

Draco Malfoy.

Maldito Slytherin, se había metido en su mente de tal modo que ahora hasta le costaba conciliar el sueño por su culpa.

No lo había vuelto a ver luego de su pelea en el campo. No tuvieron ninguna clase más compartida y siquiera se presentó en la cena.

Sabía que no era solo ella la que estaba preocupada con él. Sus compañeros también lo estaban. Aunque no le sorprendía, el rubio parecía casi no hablar con nadie. Y cuando estaba en clase Snape le dedicaba miradas largas y misteriosas.

Suspiró rendida. Era obvio que no iba a poder dormir todavía.

Desesperada con su falta de sueño se levantó de la cama, decidida a hacer algo productivo para cansarse y poder volver a la cama a dormir.

Se envolvió en en una bata y salió de la habitación. Bajó las escaleras y se sentó frente al fuego de la sala común. El lugar estaba acogedor y silencioso. Algunas cosas estaban tiradas por la sala, sobre todo libros y pergaminos.

Pero no había el menor sonido, fue por eso que un suave, casi imperceptible movimiento a sus espaldas, la sobresaltó.

— Despierta a esta hora — su voz le hizo dar un salto en el lugar, y por fortuna se llevó la mano a la boca para no gritar.

— ¿Qué haces acá? — Chilló Hermione poniéndose en pie de golpe para observar a Draco reclinando contra la pared, oculto entre las sombras del lugar. En realidad casi no lograba verlo. Pero reconocería su voz en cualquier parte, y un mechón plateado se dejaba ver por la luz que entraba desde la ventana. — ¿Cómo has entrado? — preguntó incrédula con su presencia en medio de su casa enemiga.

Era prácticamente imposible que alguien de otra casa entrara a la casa que no era suya. Y además, el caos que sería si alguien lo encontrara dentro.

— Por favor, Granger, no hay puertas que no se abran para un Malfoy — susurro mofándose, pero su tono de voz era áspero y arrastrado.

Hermione hizo una mueca de disgusto hacia el comentario del rubio. No dejaba de ser creído nunca.

— ¿Qué quieres? — Preguntó evitando cualquier intento de simpatía. Él jamás lo era, y estaba segura que no estaría ahí si no quisiera algo.

Inconscientemente se ajustó más el cordón de la bata. Manteniendo firmemente su distancia.

Draco pasó la lengua por sus labios, y apretó la mandíbula. Desde donde estaba apenas lo distinguía entre las sombras. Parecía llevar ropa negra, que hacía que su piel blanca fuera casi lo único que veía en la oscuridad.

— Esa es la parte divertida — contestó, con una sonrisa, pero que no llegó al resto de su cara.

— y esa diversión ¿cuál sería? — preguntó la bruja, cruzando los brazos.