Draco Malfoy - Dramione (TERMINADA)

2. Órdenes superiores

Capítulo 2

Órdenes superiores

Draco terminó de armar sus valijas para el día siguiente y se dejó caer en la cama. Aún faltaban algunas horas para amanecer y tendría que salir dentro de poco hacía la estación. Pero en la casa la penumbra y la oscuridad era lo único que lo acompañaba.

Las gruesas cortinas estaban cerradas, a modo de que nada de luz entraba al lugar. Ningún mortifago aparecía y desaparecía. Estaba tan quieto que daba la impresión que nadie vivía ya ahí.

Pero un fuerte sonido lo hizo ponerse en pie de golpe, alzando su varita firmemente agarrada entre su mano.

Y allí estaba ella, su tía, observándolo con esa mirada tan particular que siempre cargaba, con el pelo enrulado cayendo en cascada sobre sus hombros puntiagudos.

— Sobrino — chilló acercándose peligrosamente a Malfoy — he venido a despedirme.

Sin previo aviso lo tumbó sobre la cama y se sentó a hurtadillas sobre Draco, colocando sus manos sobre su pecho con tanta fuerza que Draco quedó inmóvil.

—¿Qué quieres?— Preguntó, preso de sus garras.

— Despedirme — gruñó ella sin soltarlo.

Draco intentó librarse de su tía, pero todo lo que logró fue que está le clavara la punta de su varita sobre las costillas.

El muchacho sintió el dolor mucho antes de comprender lo que estaba sucediendo. Y al instante todo su cuerpo estaba imposibilitado de movimiento.

— Bellatrix — suspiro tratando de librarse de ella, pero la mujer solo sonreía fascinada mientras con su mano libre acariciaba el pecho de Draco por debajo de la tela de la remera. Siempre le había parecido tan tierno y hermoso.

Acaricio su pecho y se entretuvo besando su cuello. Draco solo cerró los ojos rendido cuando comprendió que no podía sacarsela de arriba.

Cuando ella se sentó sobre su regazo, él suspiro.

— ¿Ya estás satisfecha? — Preguntó con ironía.

Su tía, ágil como solo ella, le estampó una cachetada que resonó por toda la habitación.

— No seas un mocoso, que solo te estoy ayudando a ganar experiencia para que lo uses a tu favor — Draco sonrió maliciosamente. Lo que estaba haciendo era torturarlo y usarlo a su voluntad.

— Lord Voldemort tiene una misión para ti. Serás sus oídos y ojos en el castillo. Vigila a Potter y sus amigos, si hace falta te vuelves su mejor amigo — exclamó con diversión poniéndose en pie y acomodándose el vestido.

Draco bufó por lo bajo, sentándose en la cama.

— No voy a hacer eso.— Fue su única respuesta.

Su tía le regaló una sonrisa fría y falsa, y antes de que el pudiera darse cuenta estaba tumbado en el suelo, moviéndose y gritando de dolor.

— Crucius — Bellatrix había susurrado en su dirección.

Draco sintió como si miles de cortes fueran aplicados en su piel al mismo tiempo. Tembló mientras su mente quemaba. Parecía que había caído en el fuego del infierno, mientras que alguien rebanaba su cuerpo.

Abrió la boca buscando aire cuando el efecto comenzó a disminuir, lo que le pareció una eternidad después.

— Sobrino, no tienes elección. O lo haces, o mueres — Bellatrix se había agachado para estar a su altura y le susurraba al oído.

— Espero que cumplas las órdenes. Se que lo harás bien. Cuando recibas la llamada del Lord Voldemort no vengas. Espera a que yo te busqué — terminó de hablar y desapareció, dejándolo en el suelo de su habitación, con los ojos cerrados y la respiración entrecortada. 

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Se que es algo corto, pero es muy revelador. Qué les parece?

Draco hará lo que le piden? Y Bellatriz podría ser más mala?