52. Promesa

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52.

Promesa


Draco se despertó con un dolor de cabeza aplastante. Las sienes le palpitaban extraordinariamente, haciendo una presión en su cerebro que le generaba náuseas. Cuando intentó sentarse sintió que podía vomitar, y se llevó la mano a la boca con apuro, pero no fue suficiente. Para su fortuna, un recipiente de metal se materializó ante él y pudo arrojar sin ensuciar nada. Aunque no estaba seguro de cuándo había sido la última vez que había comido, vacío su estómago y tuvo arcadas que le enviaron olas de dolor a la columna. Sus ojos se llenaron de lágrimas involuntarias causadas por el dolor, y se limpió la boca con el dorso de la mano.

Con un doloroso gruñido se dejó caer en la cama de nuevo, y está crujió bajo su peso. Solo pasado algunos segundos Draco se permitió volver a abrir los ojos. Lo primero que vio fue el techo del lugar. Estaba en la enfermería, no tenía dudas de eso, dado que ya había visitado el lugar antes.

— ¿Cómo te sientes?

Tomado por sorpresa Draco volteo el rostro para encontrarse con la dueña de la temblorosa e insegura voz.

Hermione Granger lo observaba con ojos muy abiertos, las manos juntas y apretadas sobre su regazo. Su cabello estaba amarrado sobre su cabeza con una coleta desajustada, y sus ojos estaban colorados. Había estado llorando.

— ¿Hermione? — cuestionó su voz sonando áspera e irreconocible hasta para él mismo.

Ella asintió con la cabeza, el miedo sintiéndose desde ella. Pero lo cierto es que Draco estaba tan aturdido que le costaba organizar sus pensamientos de forma coherente. ¿Cuándo fue la última vez que la habías visto? ¿por qué ella lo miraba así?

Eran tantas las dudas que siquiera sabía por dónde comenzar o cómo hacerlo. Su mente parecía un verdadero caos, las paredes de su oclumancia estaban en completa ruina, lo que le enviaba escalofríos por todas partes.

— Yo... yo no....

— ¿No me recuerdas? — cuestionó ella con urgencia, y Draco sintió la necesidad de apagar el miedo que vio en sus ojos y en su expresión.

— Claro que te recuerdo, pero es todo muy confuso. ¿Qué pasó? — preguntó, sentándose en la cama con delicadeza. Sus músculos se sentían tensos y doloridos. Conocía esa sensación. Crucius. Pero, ¿cuándo?

— ¿Qué es lo último que recuerdas con claridad? — cuestionó ella, y por más que la bruja parecía querer ocultar sus nervios, estos eran evidentes.

Draco hizo memoria, a pesar de que ese mísero intento de recordar le generaba aún más dolor de cabeza. Contuvo un gemido de dolor cuando de nuevo sintió como sus sienes iban a explotar.

— Lo siento, no debería forzarte. Es mejor que descanses — se apresuró a decir Hermione, saltando del asiento en el que estaba para sentarse a su lado en la cama. — Estoy tan feliz de que me recuerdes... — sollozó, con gruesas lágrimas bajando de su rostro. — tenía tanto miedo de fallar...

— El hechizo... — la interrumpió de golpe, un recuerdo llegó a su mente con fuerza. Una habitación, la sala de los menesteres, ellos dos juntos, ella hablándole con suavidad. Recordó tocarla con delicadeza, y sintió el sabor de sus besos, el perfume de esa noche, sintió de nuevo en la palma de sus manos sus senos... — estuvimos juntos... — soltó como un suspiro desesperado al darse cuenta — y me olvidaste. Por el plan....

Se sintió temblar, sintió cómo su mundo entero se desmoronaba. La transición de la confusión a la realidad fue ahogante, y asfixiante. Recordaba muchas cosas ahora, pero no con claridad y ciertamente no lineal, pero muchos de los recuerdos lo estaban golpeando dolorosamente, y sintió no solo su dolor de cabeza volver con el doble de fuerza, sino su estómago contraerse.

Draco Malfoy - Dramione (TERMINADA)Where stories live. Discover now