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Una mezcla de sentimientos invadió el cuerpo de ambos jóvenes, sin dudas esa no era la circunstancia en la que querían encontrarse por primera vez. El plan no era que el la viera en el apretado y escotado traje de Black Widow que le prestó Ama, y tampoco era que ella lo viera con ese estupido traje de Jack Frost.

Se analizaron de pies a cabeza: el era mucho mas alto de lo que pensaba y sobre todo se veía mucho mas guapo que en fotos.

Ella le llegaba un poco abajo de los hombros, algo que le parecía un tanto adorable.

—Yo...— las palabras no le salían.

—¿Que haces aquí?.— preguntó sin tratar de sonar grosera.

—Vivo aquí, es mi piso.

—¿Juan es tu compañero?.— dijo algo sorprendida.

Sin dudas las vueltas que daba la vida eran impresionantes; una de las mejores amigas de la novia de su compañero de piso era la misma chica que lo traía loco.

—Conozco a su novia, es como mi hermana mayor.— agregó.

—Cool... ¿Quieres tomar algo?.— pregunto para romper el hielo, sin duda aprovecharía este momento lo maximo posible.

Por un momento miro a su amiga, quien iba por los 60 shots, una locura a decir verdad. Junto a ella estaba ahora Capri alentandola y protegiendo cada centímetro de su cuerpo de cada estúpido muchacho hormonal cerca de ellas.

Si la dejaba sóla todavía estaría Capri para protegerla.

—Con gusto.— respondió con una pequeña sonrisa.

Por el otro lado de la mesa un enfermera de cabellos alocados clavaba su mirada en el cuello del amante de su amante, por así decirlo.

Era conciente de que por el momento no tenían nada serio con el español, solo eran Amigos con derechos y aunque se moría de celos de la forma en la que el se ponía cada vez que hablaba con Luan no podria reclamarle mucho.

Cry no sabia que Yolie estaba completamente enterada de sus charlas secretas con la joven mujer.

Pero no podía reclamarle mucho por el momento.

Pero nadie podría quitarle algo a Yolie Lambre.

El chico de cabellos platinados tomo una botella de whisky que tenía apartada de todos los ebrios  que estaban en su piso, un par de vasos y salieron al pequeño patio de su casa.

Junto a la piscina se sentaron, con los pies nadando sobre la tibia agua del lugar mientras charlaban de todo lo que se les venia a la cabeza; como hacían por chat.

—Tu voz es mucho mas bonita en persona.

—Los audios de WhatsApp no me favorecen en absoluto.— dijo el chico bromeando.

—Nunca me habia percatado del gran parecido entre Jack Frost y tú.— bromeo entre risas.

—Callate Black Widow.— fingió estar molesto mientras aguantaba la risa.— creo que dejare mi pelo al natural, estoy hasta la polla de que me comparen con ese estupido personaje.

—Tu pelo blanco es más bonito.

—Tu parecías mucho más alta en fotos.— bromeo.

—Oh, ¡Callate Riddle!.

¿Recuerdan esa película infantil sobre mounstros y un hotel?. En aquella película se decía que cada humano, mounstro o animal tiene su famoso click con un alguien especial, cada alguien cuando conoce a su media naranja aunque no lo sepa tiene su click y sin duda algunas si esos dos estuvieran en esa película; este sería su click, aunque ellos no lo sabían en absoluto en ese momento.

Siguieron bromeando por bastante tiempo, ella aprovecho para analizar cada milímetro del rostro del chico: tenía sentimientos encontrados cada vez que lo miraba.

Tal vez sus hormonas o el alcohol que su cuerpo consumía en este preciso momento le provocaba delirios hormonales.

El hacia lo mismo que ella, el sentía lo mismo que ella.

Una suave tensión y un intento de controlar el efecto del impulsivo alcohol y las impulsivas hormonas se hizo presente.

La bella y estupida idea de presionar sus labios regordetes con los finos labios del español  se hizo presente. La forma en la que sus encantores ojos la analizaban de pies a cabeza alteraban cada minúscula hormona de su cuerpo, esto era nuevo para ella, ni Jacob logro hacer que su cuerpo se sintiera de tal forma con solo una mirada y ningún toqueteo.

Ideas inpuras gracias al efecto del alcohol pasaban por su mentes cada que el abría su boca.

Un sentimiento extrañó se poso en su estómago, un sentimiento que sintió muy pocas veces en su vida y sabía a la perfección que era.

Volteó su rostro el cual miraba a la piscina para tratar de controlar cada parte de su cuerpo. Miro los finos labios del muchacho.

El queria controlarse y cometer alguna estupidez, era concientes que los efectos de la droga los hacían a ambos impulsivos.

Aunque el se moría de ganas por probar sus labios no iba a hacerlo, no al menos de que ella este completamente sobria y conciente de sus actos.

El mantenía mucho mejor el autocontrol que ella.

Se acerco un poco a el rostro del español, ambos cerraron los ojos; se arrepentirán un poco mas tarde de esto, pero ambos se tenían ganas aunque se admitiese.

Sus labios rozaron y un sonrojó se apoderó de sus mejillas.

—¡NUVIA!.

—¡BARCA!.




Tinder | CryWhere stories live. Discover now