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"Vamos, ¿De verdad no te gustó? ¿Tan desagradable fue recibir los besos de un asesino? Sé bien que te gusto, bonito, no intentes evitarlo, ¿Quieres volver a verme? Es fácil, solo tienes que pedir"

¡No! Mierda, otra vez no, ¿Qué me está pasando?

Las últimas dos semanas no he podido dormir como debería, siempre la misma pesadilla hace que despierte, su rostro, su voz, lo veo y escucho todo.

¿Qué es lo que sucede?

Enciendo la lámpara que está junto a mi cama y veo el dibujo que me regaló recargado en el buró.

No pude tirarlo, es muy bonito.

No debo fiarme de un asesino, pero la verdad me sentí conmovido con lo que me dijo y con su obsequio de despedida.

Nunca había besado a nadie, supongo que es por eso que me siento así, además, de verdad es guapo.

Aun así esto no es correcto, solo debo dejar de pensar en él, intentar calmarme hasta sacarlo de mi sistema, ¿A quién engaño? Es lo que he tratado desde que dejé de verlo y solo empeora con el tiempo.

Antes solo me afectaba cuando estaba dormido pero ahora podría jurar que escucho su voz incluso cuando estoy en clases o solo sin hacer nada.

Pero es la misma pregunta susurrada.

"¿De verdad no quieres volver a verme? ¿No beso bien acaso?"

Dios.

Ni siquiera he avanzado en mi reporte, no puedo hacer mucho con tres preguntas de todas maneras, debería estar preocupado por eso pero la verdad no me podría importar menos, mi mente está tan ocupada pensando en Joel que no tiene espacio para nada más.

Ya no puedo más.

Envío un mensaje con mi celular esperando que lo lean en la mañana, tengo que verlo, tengo más preguntas de todas maneras.

Tal vez si solo termino una entrevista decente se acabe todo.

La mañana llegó y mi mensaje fue respondido.

Me dejaron seguir viéndolo, y el aceptó inmediatamente según me explicaron.

Y ahora me tiene aquí, esperando en la habitación de siempre pero más nervioso que nunca.

El sonido de las esposas vuelven a hacer lo suyo, siento que se acerca cada vez más, lo veo rodear la mesa y sentarse frente a mí.

Me mira con su rostro sereno, ladea algo la cabeza pero parece que solo está examinándome.

─¿Pasa algo?

─Vaya, si eres tú, bonito, últimamente he tenido sueños donde te vuelvo a ver y ya no sé qué es real.

No digo nada pero agacho la cabeza, mierda, ¿Por qué me provocó una sonrisa?

─Que tierno, mi bonito está sonrojado ─nota cantando su frase─ te ves más lindo así.

─Solo quiero que respondas otras preguntas ─insisto volviendo a darle la mirada.

─Bien ─dice haciendo señales con sus ojos detrás de mí.

Asiento y les digo a los guardias que salgan, una vez lo hacen y cierran la puerta él se pone de pie sin hacer otro movimiento.

─Bonito, busca algo debajo de la camisa por favor.

Asiento y me acerco esta vez sin miedo, meto mi mano y siento algo metálico, lo tomo y lo saco.

Ay no, es una llave.

─¿Podrías quitarme estas? ─pregunta levantando las manos.

─¿Cómo la conseguiste? ─cuestiono mostrando la llave.

─Un guardia me debe un favor, tranquilo, te juro que no te haré daño, solo quiero estar más cómodo.

Debo ser el idiota más grande de todos porque le hago caso, no puedo desobedecerlo por más que quiera, abro las esposas y él se estira, puedo escuchar sus huesos tronar, supongo que debe ser muy incómodo usar esas cosas.

─Espero que hoy pueda dormir mejor, como estás aquí seguro lo haré ─asegura volviendo a sentarse.

─¿No has dormido bien?

─No he podido, solo pienso en ti, ¿Qué me hiciste, bonito?

Niego con la cabeza riendo pero no me muevo de ahí, él está sentado frente a mí y yo no he vuelto a mi lugar, solo.

Quiero estar cerca.

─Sé cómo te gustan hacer las cosas así que esta vez te daré lo que buscas, pregunta, luego te diré el precio ─dice ensanchando su sonrisa.

Mierda, quería estar más tiempo con él.

─Bueno, ammm, mencionaste hacer un hechizo con las muertes de tus víctimas, ¿Funcionó?

─¿No vas a grabar, corazón?

─Ah, sí, espera, mierda olvidé todo...

─Tranquilo, suele pasar, además estoy seguro que no querrás que nadie más vea esto ─asegura girando su silla─ mi precio, es que me dejes tocarte.

─¿Tocarme?

─Sí, a voluntad, quiero que me dejes pasar mis manos sobre tu cuerpo, he tenido ganas de hacerlo desde que te vi.

No debería, no tengo qué, él es malo, un hombre perverso, alguien cruel.

─Sí.

Pero no puedo evitarlo.

Golpea sus piernas como señal de que me siente en ellas y obedezco quedando frente a frente conmigo acomodado sobre su regazo.

Sonríe a su máxima capacidad y poco a poco siento sus manos deslizándose por mi espalda haciéndose un camino lentamente hacia abajo.

En ningún momento deja de mirarme, muerde su labio al colar su mano debajo de la tela de mi playera enviándome una sensación más que placentera.

Siento las yemas de sus dedos recorrer sin ninguna prisa mi piel, una de sus manos va más abajo llegando a mi trasero.

Llevo mis manos a su abdomen sin saber porque y acaricio sobre la tela, ¿Qué rayos me pasa?

─Ja, está bien, Er, como premio puedes tocarme también ─permite metiendo su mano debajo de mi pantalón─ y, no sé si haya funcionado el hechizo pero no pierdo la esperanza.  

Joerick: Good (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora