11

348 34 12
                                    

─¿Mi cuerpo?

─Sí, quiero follarte, penetrarte, hacerte mío de una forma en la que te quede claro, que se quede grabado en tu cabecita, que no podrás deshacerte de mí, corazón, yo soy tu dueño, me perteneces a mí ─afirma besando la comisura de mis labios mientras restriega descaradamente su erección contra mis nalgas.

La manera en la que habla me asusta.

─Te poseeré hasta que pierdas la cordura.

Me hace saber que debo temer.

─Tan tierno, tan dulce, tan mío.

Me hace saber que debo esconderme.

─No intentes pelear mí dulce pequeño, no hay vuelta atrás, eres todo, completamente para mí, me perteneces.

Me hace saber que esto está mal.

─Y no tengo nada para ofrecerte, nada más que lo poco que me queda de mente, mi lealtad, mi protección, mi compañía eterna y la promesa de este loco que también te pertenece para que hagas con él lo que tu voluntad desee.

Y me hace saber que me importa un carajo volverme loco por este sujeto, no quiero mente porque me hace pensar, no quiero cabeza que me haga dudar, solo quiero a mi corazón.

─Fóllame ─permito y detiene de restregarse.

Quiero a mi corazón, para poder dárselo a él.

Toma mi mano, la lleva a sus labios y deja un beso en ella antes de quitarme la camisa, el pantalón y la ropa interior dejándome completamente desnudo, muerde su labio al ver mis piernas abriéndose, ofreciendo lo que no le dado a nadie.

Se encima y por mi falta de ropa es más notable que sienta su erección pasearse en mi trasero sin un orden fijo, solo se frota torturándome de sobremanera por no tenerlo dentro de mí.

A pesar de tener el overol soy capaz de percibir su entrepierna erecta, ya la he visto antes, la he tocado, la he chupado.

Y sé que me dolerá tenerla dentro.

─Pude hablarte, porque el día que te besé firmaste un pacto conmigo ─susurra parando de atacarme y se pone de pie─ puedes oírme, porque mis marcas establecen un vínculo entre tú y yo.

Se quita el uniforme quedando expuesto a mí, sus brazos y su abdomen marcado adornados por una leve capa de sudor por el esfuerzo físico que le ha costado cargarme y restregarse contra mí.

Todo eso para mí solito.

─Por eso, ahora que te haga mío quiero que me marques también ─pide acostándose a un costado de mí.

Me gira para que quedemos frente a frente y vuelva a besarme provocando una fricción en nuestras entrepiernas que hace a propósito para complacernos.

Besa mi cuello subiendo lentamente a mi oído que se estremece con solo sentir a su dueño.

─Márcame para que también pueda oírte, y estar ahí cuando me necesites.

Entiendo el mensaje y llevo mi boca a su hombro mordiéndolo mientras ríe descaradamente, ni siquiera parece que le duele.

Lleva sus manos a mi culo y abre mis nalgas, separándolas y apretándolas.

─Quiero que sepas que es un honor para mí poder ser el primer hombre que podrá meterse aquí ─susurra delicadamente─ y seré el único, ¿Verdad bebé?

─Sí ─contesto cerrando los ojos.

─Dime, pequeño, ¿Por qué seré el único? ─cuestiona metiendo un dedo a mi boca.

Lo chupo y abro los ojos para mirarlo, pasea su lengua por sus labios viendo como saboreo su dígito como un niño a un dulce.

Lo saca de mi boca y lo lleva a mi trasero, siento que entra poco a poco, la saliva ayuda a pasar con más facilidad pero aun así se siente incómodo y doloroso.

Comienza a meterlo y sacarlo jodiéndome con su dedo, comienzo a jadear cuando siento su lengua dentro de mi boca sin previo aviso.

Continua jugando dentro de mí mientras su boca ahoga mis gemidos, siento como dibuja círculos en mi interior, expandiéndome y lubricándome.

Me dejo llevar por su beso y llevo mi mano a su entrepierna, la acaricio lentamente sintiendo lo caliente y dura que se encuentra.

─Es toda tuya ─asegura cuando deja de besarme y siento como mete otro dedo.

─Ah ─gimo cuando me abre más.

─Es para ti Er, solo para ti.

Sonrío en medio del acto y siento una lágrima recorrer mi mejilla por el dolor y placer, él lo nota y la limpia con su pulgar, me sonríe y besa mi frente cuando me siento vacío pues sus dedos salen.

─Date vuelta.

Asiento y giro dándole la espalda, siento que se posiciona detrás de mí, su pene se acomoda entre mis nalgas pero no entra en mi agujero.

─Te hice una pregunta, pequeñito ─dice y siento mi entrada siendo tanteada por su húmeda erección que comienza a dejar salir el líquido pre-seminal─ ¿Por qué seré el único que entrará aquí?

─Porque soy tuyo, te pertenezco, y solo tú... ¡Ah! ─grito porque no esperaba que entrara en mí tan repentinamente.

No esperó a nada cuando lo siento completamente clavado en mí, dejo salir más lágrimas y no se mueve para nada.

─Perdón, bonito, pero me excita demasiado que me digas que eres mío ─susurra sobre mi cuello─ ya bebé, te prometo que no te haré llorar nunca más, y si lo hago será solo de placer.

Deja un beso en mi cuello y siento que recorre mi espalda con succiones y más besos hasta que para mí llanto.

─Bebé, ¿Me puedo mover ya?

─Sí, puedes.

Hace caso y comienza a envestirme pero lo hace lento, intentando no lastimarme, sus manos a mis caderas y sus labios presionándose en varias ocasiones en mi espalda dejando pequeños besitos sobre mí.

Siento que poco a poco va haciéndose más brusco, aumentando la intensidad en sus movimientos, de la misma fricción puedo escuchar como nuestras pieles hacen contacto por lo sudados que estamos.

Sus dedos hacen más presión en mi cadera y sus rugidos hacen más evidente que le encanta mi cuerpo.

─Ver mi polla desaparecer en ti es la mejor escena que he visto ─susurra aumentando la velocidad─ ¿Quieres que te llene?

─Sí, lo quiero adentro ─afirmo cerrando mis ojos violentamente cuando encuentra donde me gusta más.

─Je, ahí, estaba, corazón, perfecto ─susurra luego de una carcajada─ te vas a venir, pero no será la última vez que logre hacerte correr.

─Ah, ¿Qué, qué quieres decir?

─Hay una nota oculta en mi overol ─informa follándome con más fuerza─ es mi última petición, así que si quieres que responda tu última pregunta debes hacer eso por mí.

Asiento sintiendo un líquido caliente y espeso humedecer mi interior, haría lo que sea por el sin pensarlo dos veces porque es mi dueño.

Y me ha dejado claro que yo soy el suyo.

Joerick: Good (Completa)Where stories live. Discover now