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─Joven Colón, creo que se ha metido demasiado en este caso, accedimos a que pase la noche con él pero no creo que sea conveniente que se repita —insiste el hombre a cargo de la prisión.

─Usted no comprende lo importante que es esto, lo hago por mi proyecto pero al final esto es para algo mayor, Joel no ha podido ser entrevistado por nadie y le aseguro que si yo no lo hago será muy difícil encontrar a alguien que sea capaz de convencerlo de hablar, usted lo ha notado, por eso me dejó acercarme ─insisto empezando a desesperarme.

Creí que me dejarían el camino libre fácilmente como siempre pero me han puesto muchas trabas.

"Dile que daré nuevas pistas de cuerpos que no han encontrado"

¿Qué rayos fue eso?

Volteé al escuchar ese susurro pero no hay nadie, podría jurar que claramente escuché su voz.

La voz de Joel.

─Comprenda mi posición, no podemos arriesgarlo, ¿Qué sucede si se sale de control?

─Puedo firmar la responsiva igual que ayer ─sugiero pero no lo veo muy convencido─ además, confesó algo interesante.

─¿Qué cosa?

─Al parecer mató a más personas que las que encontraron en el pozo, si accedo a pasar otra noche con él me dirá dónde están los cuerpos.

Su mirada cambia de seria a más expresiva.

─¿Está seguro?

─Es lo que me dijo.

─Bien, le haré saber a los guardias que lo dejaran pasar otra noche aquí, preparare la responsiva, pero tengo mucho cuidado.

Asiento sonriendo y me levanto del escritorio para ir a la sala de espera, es extraño que haya escuchado su voz y dijo las palabras exactas que ese tipo quería oír.

El guardia de siempre me mira y señala el cuarto donde pasaremos otra noche juntos, me emociona que Joel me quiera cerca, tal vez sienta lo mismo que yo, la necesidad de estar juntos, de no separarnos.

Entro y me siento como siempre, los colchones siguen aquí así como las mantas desordenadas, la sensación de tenerlo acurrucado conmigo al despertar fue muy acogedora.

Ese sonido metálico.

El escucharlo me levanto de la silla pero no muestro ansiedad, no quiero que se den cuenta de lo que siento cuando él está cerca.

Entra a la habitación y los guardias no esperan a que lo diga para salir, Joel muestra sus cadenas que le retiro inmediatamente después de sacar la llave de su escondite.

Me mira sonriendo sin hacer nada más, no aparta su mirada de mis ojos y comienza a reír descontroladamente.

─Mi bebé, mi Er ─nombra acariciando mi mejilla─ ¿Por qué eres tan obediente cariño? ¿Te gusta mantenerme loco por ti, verdad?

─Te dije que haría lo que fuera por ti ─aseguro sintiendo sus caricias pasearse suavemente por mi rostro.

Sostiene mi cara con ambas manos y se agacha para poder besarme, pasa su lengua por mi labio inferior pidiendo permiso para entrar y accedo al momento.

Sus manos van a mi espalda baja y por primera vez siento un beso dulce, uno suave sin desesperación, su lengua no parece luchar con la mía sino que la acaricia levemente, encontrando los puntos precisos para mandarme a la lona.

Camina así hasta que siento la fría pared chocar con mi espalda, mis manos van a sus hombros y aprovecha para cargarme sin dejar de besarme, se sienta en una de las sillas de metal acomodándome perfectamente para no caer.

Sus labios siempre me castigan, me hieren, me impiden respirar.

Pero hoy siento que se encargan de curarme, de consentirme.

Se separa un poco y ve mis ojos una vez más, una sonrisa de lado se hizo aparecer, esta es distinta a las que siempre he visto.

─Mi amor ─nombra acariciando mi mejilla─ tan tierno ¿Sabes? Creo que hacemos la pareja ideal, tu dulzura combina a la perfección con mi locura.

─También lo creo.

Sonríe y me carga de nuevo para llevarme al colchón sobre el suelo, puedo sentir el frío del piso traspasar la delgada capa pero no me importa.

─La pregunta de hoy, ¿Bebé? ─cuestiona besando mi cuello.

─Tengo dos.

─Pues pediré dos cosas ─avisa haciendo que abra mis piernas y se acomoda entre ellas─ di la primera, la que sea menos importante para ti.

─Hace rato, cuando hablaba con el jefe, podría jurar que escuché tu voz, ¿Por qué pude oírte?

─Ja, sabía que preguntarías eso ─asegura acercándose más a mi rostro─ mi pago por esa respuesta, es tu cuerpo.

Joerick: Good (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora