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Un mes de amistad entre ambos.

─Solo baja un poco más Joel, casi llegas al banco.

─¡No me presiones!

Y cada día es más raro que el anterior.

Entre extravíos, tropiezos y uno que otro accidente menor su convivencia se ha mantenido intacta, Erick ha sido muy paciente con él y le ha rendido frutos porque los accidentes se vuelven menos frecuentes con el paso de los días.

No del todo pero ya en un inicio.

Cómo ahora que Joel se ofreció a cambiar el bombillo del salón de Erick pero ahora no alcanza a tocar la superficie que utilizó para apoyarse.

─Un poco más, ya casi ─guía intentando no reír.

─Tendrás que llamar a los bomberos o me quedaré aquí por siempre.

─No seas exagerado.

─¡No es exageración!

Un par de minutos más fueron necesarios para que el rizado pudiera bajar, entre risas y gritos le fue posible pero vaya que se puso nervioso.

El menor se sienta en la silla giratoria y Joel lo hace en el escritorio, falta algo de tiempo para que sus clases den inicio así que se dan permiso de conversar un rato mientras esperan.

─Gracias por tu ayuda ─agradece Er dando vueltas en la silla─ aunque casi mueres.

─Es lo que hacemos los héroes, tú tranquilo.

─Ja ─se burla y le arroja un lápiz a la cabeza─ ¿Ya te acostumbraste a las instalaciones?

─Supongo, ya no me he perdido y no he llegado tarde, vamos por buen camino.

─Me alegra saberlo.

Joel asiente y se echa quedando completamente acostado sobre el escritorio, la compañía del ojiverde siempre le hace bien, al estar acostumbrado al desastre y encontrar a alguien tan ordenado pero que no lo evite es extraño.

Erick también ama la personalidad de Joel, es torpe pero tierno.

Observa al maestro de baile recostado despreocupadamente, parte de su playera se eleva mostrando una parte de su abdomen y ahí se da cuenta que las horas que le debe invertir al gimnasio debes ser muchas.

Erick hace lo mismo, le gusta cuidarse y más cuando se trata de su novio.

O bueno, su algo.

No ha estado con él en un buen tiempo y comienza a extrañarlo, tal vez exageró las cosas e inició la discusión por nada, él sabía perfectamente los riesgos de tener una relación de ese estilo y los aceptó.

Pero no se siente correcto.

¿Por qué siempre tiene que ser él quien cede al final? No es la primera vez que discuten pero Erick es quien suele pedir perdón.

No parece justo.

─Buen día ─saluda un alumno entrando al salón viendo a los maestros.

─Hola, pasa, en un momento comenzamos ─pide Erick poniéndose de pie.

El joven asiente y va a su silla asignada, Joel comprende que ya debe irse así que se levanta del mueble y se estira.

─Poco más y me quedo dormido ─se queja bostezando─ nos vemos después Er.

─Claro ─se despide acompañándolo a la salida─ suerte en tu clase de hoy.

─Muchas gracias ─menciona cruzando la puerta da la vuelta y lo mira sonriendo mostrándolo ese adorable hoyuelo─ ¿Me aceptarías un café saliendo del trabajo?

Joerick: Obra Maestra (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora