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Erick espera pacientemente

O eso aparenta.

Está en la cafetería sentado a una mesa esperando que su "amigo" llegue con las órdenes.

Y ese amigo lo besó.

Ese amigo lo intimida.

Y ese amigo le gusta.

Era obvio que eso pasara, claro que alguien tan sexy como Joel puede llamar la atención pero no es solo eso.

Le gusta físicamente, le gusta su forma de ser y le gusta todo de él.

Y pensar que venía con la intención de dejarle claro que solo quiere ser su amigo, le encanta complicarse la vida al parecer.

─Ten, espero que te guste ─entrega el rizado su bebida y se sienta frente a él─ dijiste que lo que sea estaba bien.

─Lo está, muchas gracias ─agradece tomando un sorbo─ está rico.

Joel asiente satisfecho y le da una probada a su café, a pesar de su habitual torpeza y de haber besado al chico que le gusta no se siente incómodo.

Al contrario.

Erick no ha mencionado acerca del incidente pero no pareció molestarle, no le dijo que no y sus acciones no le dan a entender que está molesto.

Tal vez nervioso pero es normal.

─¿Cuánto tiempo llevas enseñando? ─pregunta Joel.

─Como tal tres años pero otros dos fui asistente de un maestro ─responde intentando calmarse─ ¿Y tú?

─Cuatro años, cumpliré cinco pronto.

El ojiverde asiente y vuelve a su café. Quisiera saber cómo actuar en este momento.

─Busqué tu trabajo en internet y es muy bueno, tienes todo para vivir solo del arte ─menciona Joel sonriendo.

─Bueno, las exposiciones me gustan pero disfruto más de enseñar.

─Ya veo, eso es admirable, ¿Sabes? Me gustaría verte trabajando, sé que no es posible porque nuestras clases son a la misma hora pero quisiera verte.

El mayor se interesa por su trabajo y no lo dice solo por compromiso, esta faceta es nueva para Erick.

─Bueno, tengo un par de lienzos en casa y necesito un modelo, ¿Te gustaría pasar el sábado conmigo? ─ofrece no muy seguro de lo que está haciendo.

Pero le gusta estar con él.

─Claro, yo encantado, ¿Este sábado?

─Sí, sino tienes planes obviamente...

─¡Sí! Bueno, si acepto no tengo planes... pero si los tuviera no importa porque me gusta estar contigo, es decir, a ver ¡Sí! Este sábado ─accede reposando su cabeza en la mesa por la vergüenza.

Y el habitual Joel parece volver... y a Erick le encanta.

El tiempo con él pasa volando y cada quien debe volver a su hogar, Joel ya no tiene problemas con la ubicación y le es mucho más fácil llegar.

(...)

Camisa vieja pero limpia, un par de pantalones de mezclilla rasgados y un manojo de nervios.

Este es el Erick de hoy.

Baja a la cocina y saca una botella de vino así como una tabla de quesos que había preparado en la mañana, es habitual para sus exposiciones además que como gusto personal pero esta vez es diferente.

Joel lo hace sentir raro.

No ha respondido ni un solo mensaje de Johann , ni siquiera se ha molestado en leerlos todos.

"Tenemos que hablar"

"Erick no seas infantil"

"Baja ahora mismo"

Son algunos que ha visto y no le causa ni un poco de molestia, ya no quiere obedecer.

Sí de verdad quisiera hablar lo buscara en su salón o en su casa pero solo se limita a llamar y a llenar el buzón con mensajes innecesarios.

Escucha el timbre sonar así que sale de la cocina, deja en la mesa todo lo que ha preparado y se acerca a la puerta.

Abre y se encuentra con el maestro de baile que lo ha mantenido pensando constantemente y su sonrisa encantadora.

─Hola Joel─saluda extendiendo una botella de vino─ no sabía que traer y bueno, espero que te guste.

─Gracias, adelante ─permite haciéndose a un lado y su invitado accede─ lo pondré a enfriar, mientras tengo uno listo.

Joel asiente y se quita su chaqueta, se sienta en el sillón y deja su abrigo sobre sus piernas.

Ha meditado como debería comportarse en ocasiones como esta y más con Erick.

El ojiverde se acerca a él con una copa con la bebida y este se pone de pie, la toma y sonríe.

─Gracias ─menciona suspirando─ Bueno, ¿Qué debo hacer?

─Eres el modelo, ¿Tienes alguna idea que te guste?

─¿Cómo?

─Ya sabes, ¿Cómo te gusta más? ¿Quieres estar sentado, parado, acostado? —pregunta Er dando un sorbo a su copa.

─¿Seguimos hablando de una pintura, verdad?

La carcajada de Erick fue tal que escupió el vino encima del rizado que observa entre confusión y gracia lo que acaba de provocar.

Ni siquiera le molesta que su playera se haya manchado.

─En serio lo siento, que mal anfitrión soy ─se disculpa Erick tomando una servilleta y se acerca a Joel.

Comienza a restregar el papel contra la tela pero las carcajadas del chico y sus manos deteniendo las propias hacen que pare.

─No te preocupes, es divertido ─Asegura observando detrás de él─ ¿Esos son los materiales que ocuparás?

─S-sí ─responde nervioso por la cercanía─ ¿Quieres que te preste otra camisa?

─No, estoy bien ─responde quitándose la prenda y la deja sobre el sillón─ ¿Funcionará esto para ti?

Erick se encuentra en un gran dilema, si bien antes había notado parte del abdomen de Joel ahora que lo tiene sin nada que cubra su torso parece ser la mejor vista que ha tenido en años.

─Por mi genial ─responde sonrojado.

Joel asiente y se acerca a los materiales que están frente a él, quiere conocer todo acerca del trabajo de Erick y eso incluye lo que utiliza.

─¿No trazarás a lápiz? ─pregunta mirando los artículos.

─En lo personal no me gusta.

Joel sonríe al ver un frasco de pintura verde abierta y sin pensarlo bien hunde el dedo, lo saca y embarra el contenido en la camisa de Erick.

─Estamos a mano ─asegura sonriendo.

El anfitrión ríe pero no quiere quedarse así por lo que abre un frasco que contiene pintura azul.

─Estamos en tu casa, no te atreverías ─acusa Joel entrecerrando los ojos.

─Pruébame.

Joerick: Obra Maestra (Completa)Where stories live. Discover now