Capítulo 17

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La semana transcurrió normal. No vi a Amelia desde aquella noche y cada vez la echo más de menos. Y no me refiero a sus besos, que también, me refiero a hablar, a mirarla... a estar simplemente cerca de ella.

Es viernes y vuelvo a tener dolor de cabeza. Desde el desmayo no he vuelto a dormir, lo intenté un par de veces pero entré en pánico y no quise obligarme. 4 días sin dormir no es que sea mucho para mí, pero el maldito dolor de cabeza vuelve a hacer acto de presencia y me hace estar más irritable de lo normal.

También estoy nerviosa, se acerca el sábado, el día de nuestra cita... tengo muchas ganas pero al mismo tiempo me da muchísimo miedo.

María me ha dado libre el sábado en el King's a cambio que hoy, viernes, me ocupe yo de cerrar. Lo bueno es que hoy no vendrá Vero y me libraría de tener que aguantarla. El otro día discutimos. Es que no quiero ni recordarlo. Resulta que se llenaron un montón de mesas a la vez y yo no podía atenderlas todas y como vi que ella estaba sin hacer nada pues le dije que me ayudara. Y la idiota en vez de ayudarme se puso a charlar con un chico en la barra. Al terminar de atender todas las mesas y cuando ya nos habíamos quedado más tranquilos fui a echarle la bronca y no se le ocurre otra cosa, que decirme que yo no era nadie para mandarle y mucho menos para regañarle. Así que ese fue el detonante de una buena discusión. Que no hubiera ido a más, ni me hubiera importado lo más mínimo si María no hubiera actuado tan mal. Cuando nos vio discutir se metió y, delante de Vero, empezó a echarme la bronca... o sea, ¡¡¡encima!!! Así que desde ese día estoy enfadada con María.

- Luisi prepárame 2 gin tonics, por fa. ¿¿¿Luisi??? ¡Luisita!

- No estoy sorda - dije muy enfadada.

- Caramba, Luisi, ¿aún te dura el enfado?

- Es que no lo hiciste bien, María.

- Vale, lo reconozco. No lo hice bien. ¿Me perdonas?

- No.

- Venga va, Luisi... que ya llevas toda la semana sin hablarme, creo que ya me has castigado suficiente... ¡perdóname, caramba!

- No.

- Luisi...

- No.

- Sis...

- ¡¡¡Arg!!! ¡Te odio!

- ¿Eso es que me perdonas? - dijo con una sonrisa de oreja a oreja.

- Toma los gin tonics.

- ¡Te quiero!

- Los gin tonics.

- ¡Guapa!

- ¡Qué lleves los gin tonics!

- Ya voy hija, ¡qué humos!

La realidad es que sí que estaba enfadada. Ya se que yo soy el último mono en el King's, ni siquiera tengo un sueldo, ni trabajo allí, ni nada... solo soy la idiota que ayuda todo lo que puede... pero ¡contra! ¡qué es mi hermana! Que antes de echarme la bronca sin saber lo que había pasado podía haber hablado conmigo. Pero claro, es como dice siempre mi abuelo, donde hay confianza, da asco.

- Hoy tienes mala cara, Luisi.

- Será por el enfado.

- ¿Pero no me habías perdonado ya?

- Estoy en ello, María, estoy en ello...

- Ya en serio, ¿te encuentras bien?

- Siiii, solo me duele la cabeza.

... Fotografiando almas ...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora