Capítulo 34

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          Bueno, tampoco puedo hacer un drama porque volveré a verla a las 5, que vamos a llevar a Cata a merendar. ¿Qué la hecho de menos? Pues sí. Es que no sé como explicarlo pero me encanta estar con ella. Aunque no hagamos nada, da igual. Es esa sensación que tengo en el estómago cuando no estamos juntas la que no me gusta, como si me faltara algo. Y eso nunca lo he sentido con nadie.  Porque, por ejemplo, me gusta estar con Marina, si... pero si no estoy con ella pues tampoco pasa nada. Que por cierto va a alucinar cuando le cuente. Lleva 1 mes haciendo las prácticas de un máster y no he podido ni hablar con ella de lo liada que está... pero ya acaba en unos días y podremos volver a hablar más seguido. Tengo ganas de contarle todo de Amelia. Y con ella no tengo miedo de hablar... y es que así debería ser con todo el mundo. Marina es mi amiga... ¿Que por qué lo sé? Porque pase lo que pase, hablemos o no hablemos, sé que ella estará ahí siempre. No tengo miedo a perderla.

          Había quedado con María en la puerta de casa. Es increíble como se te agudiza el ingenio en situaciones de este tipo. Porque después de todo lo pasado, todo lo vivido y todo lo sentido éstos días... yo habría llegado a casa tan pancha. Pero claro, se supone que me había quedado en casa de María a dormir, así que no iba a tener sentido ninguno que no llegáramos juntas. Eso si... ella siempre llega tarde. Somos hermanas, nos han criado los mismos padres y sin embargo somos tan, tan diferentes. Y no solo en la puntualidad.

          La personalidad no es solo una variable aislada de cada persona. Creo que la personalidad de cada uno la define lo que piensa, siente y hace ante ciertas situaciones y que lo hacen único y diferente al resto de la gente. Incluso creo que todos tenemos los mismos rasgos pero unos destacan en mayor medida que otros. Y son esos rasgos que sobresalen los que definen, al fin y al cabo, nuestra personalidad.

- ¡Luisi!

- María hija, me he hecho vieja aquí esperándote...

- ¡Qué exagerada, abuela!

- jajajaja

- ¡Uhy! ¿Te estás riendo?

- jajaja pues claro, me ha hecho gracia. ¿Qué pasa?

- Pues pasa que ya me tienes que ir contando...

- ¿Por qué crees que tengo algo que contarte?

- Luisi... porque esa risa no es la risa de mi hermana, caramba.

- jajaja No, se la he robado a una mujer que ha pasado por aquí mientras te esperaba, tardabas tanto que me aburría jajaja

- ¿Me vas a contar o qué?

- Pregunta...

- ¿Has follao?

- jajaja... Sí...

- Vale, no te creo... pero al menos dime que ha ido todo bien.

- Más que bien, María... Ha ido genial...

- ¿Le gustó la sorpresa?

- uffff siiii ¡Le encantó! Pero sinceramente... creo que disfruté yo más que ella, no sabes qué voz tiene...

- Muy bien, pues me alegro mucho.

- ¿Ya está?

- ¿Qué más quieres? has dicho que ha ido todo genial ¿no?

- jajajaja

- Madre mía... y se ríe... a ver, cuéntame... seguro me estoy perdiendo algo...

... Fotografiando almas ...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora