Capitulo 6

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Muy pocas personas han sentido como su mundo se hace trizas. Y tienen que volver a construirlo ellas solas, con lágrimas y esfuerzo.
Pero dudo que alguien pudo sentir lo que estaba sintiendo yo, que mi mundo se hace trizas y de repente, todo parece querer acomodarse el sólo.

Nunca me gusto llorar frente a las personas, a menos de que no pudiera más. Estos días era así, lloraba sólo frente a mi hermano.
Sin embargo, ahora mismo me encontraba llorando frente a un desconocido, una Cosa y Toby.

-Suéltala, Tim- le exige nuevamente Toby. Su voz se ha vuelto más profunda.
Él enmascarado o "Masky" o Tim, se levanta y siento como mi pecho vuelve a expandirse, llenandose de oxígeno. Sin embargo, no me levanto, me quedo llorando en el suelo.

Toby se acerca para levantarme.
-¡NO ME TOQUES!- aúllo. No podía, parecía un espejismo, la cumbre de mi locura.
-No seas necia, Amity- dice acercándose de nuevo. Levanto un poco la cabeza.

-No, n-no es posible, t-tu estas m-muerto... Eh no...- digo temblando. Él me agarra del antebrazo y me levanta. Caigo sobre su pecho, como si mis piernas ya no tuvieran energías.

-¿Quien es ella?- pregunta una voz profunda y monótona. Proviene de la Cosa, que no tiene cara.
Toby se vuelve hacia la Cosa.
-Ella era mi amiga antes de ... el incendio- dice él.
-Eres real...- susurro. Él se vuelve hacia mi, de seguro cree que ya perdí la cabeza.
-¿Qué hacemos con ella, Operador?- pregunta Masky.

No me importaba si me mataban ahí y hacían un ritual satánico con mis restos. Toby estaba vivo, estaba frente a mi. Pude aspirar su aroma una vez más.
Pone sus manos en mis hombros y me endereza. No ha cambiado mucho, pero su expresión ahora es más dura.
-Estas vivo- digo sonriendo. Entonces veo ese herida en su boca, que deja expuesto parte de sus dientes y encías.
-Si...- dice. Me sorprende lo poco que decimos en nuestro encuentro. Pero yo sabía que preferíamos el silencio, mirarnos fijamente y sentir nostalgia. Paso las yemas de mis dedos por su mejilla, su piel esta áspera.

-Toby, ¿esta chica significa mucho para ti?- pregunta la Cosa.
-Así es- dice él sin dejar de mirarme -¿...Qué te paso?
-Quisiera que tu me respondieras lo mismo...- dije con lágrimas en los ojos.

Toby se vuelve hacia la Cosa y asiente. Se vuelve hacia mi y me estrecha entre sus brazos, aspirando el aroma de mi cabello. Lo rodeo también con mis brazos y suspiro.
-Perdóname- susurra Toby en mi cuello.
-Ya estas aquí...- suelto embelesada. Él calor de su abrazo que no tuve la última vez que lo vi me lo daba ahora.
No me importaba si ya estaba loca y esto era producto de mi mente. Me hacia feliz.
Por primera vez en mucho tiempo, sonreí.

Pero como siempre, la felicidad dura muy poco. Apenas nos separamos, no están. Ni la Cosa, ni Masky, ni Toby.
Comienzo a sollozar.
Era mi mente. Un sucio engaño que me hizo feliz por unos minutos.

Pero debía darle créditos a mi locura, crear a la Cosa y a Masky fue un detalle extraño, no creí que podría alcanzar esos niveles de alucinación.

-¡No me dejes sola!- grito apretando mis manos contra mi pecho, duele.

Pero a fin de cuentas, tuve que volver a casa.
Esta vez no llore en el hombro de mi hermano. Ni baje a cenar con mi madre.
Me quede sola en medio de la oscuridad de mi habitación, apretando el dibujo que me dio Toby de los dos contra mi pecho.
Quería creer que lo que había sucedido en el bosque había sido real.
Quería creer que Toby estaba vivo en alguna parte.
Que aún me recordaba.
Y que pronuncio mi nombre, aunque sea para llamarme necia.

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Me encuentro mordiendo mis uñas en vez de estar comiendo mi almuerzo.
Alguien se sienta a mi lado. Vuelvo la cara como la del exorcista y me encuentro con él chico de ojos azules, él que se rio cuando se me cayo un pedazo de manzana de la boca.
-Hola.
-¿Qué quieres?- digo con voz ronca.
-Saludarte, he visto que has cambiado mucho en estos meses, ya no eres como antes.
-Pues ese no es tu problema.
Él frunce el ceño.
-Ser antipática no te va a ayudar mucho.
-Y a ti verme como un caso de chica incomprendida tampoco.
-¿Cuál es tu nombre?
-¿Para qué me hablas siquiera?
-Siempre me diste curiosidad- dice encogiendose de hombros. Ruedo los ojos.
-Esto parece un cliché.
-Sólo dime.
-Me llamo Amity- digo levantandome de mi asiento -Y no estoy interesada en ser un caso de caridad.

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No podía dormir en las noches. Pero nunca me había pasado que me sentía observada. Hasta podía ver a Toby asomándose por mi balcón si prestaba mucha atención.
Definitivamente me estaba volviendo loca.

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Me levanto por el desayuno y me encuentro a mi madre con una sonrisa de oreja a oreja.
-Buenos días, amor- me saluda.
-Hola- digo sentándome en el comedor. Ella se aproxima a mi con un plato lleno de waffles.
-Eh, querida. Hoy vamos a ir a la casa de una amiga mía, me gustaría que estuvieras con su hija, tienen casi la misma edad.
Alzo una ceja y paro de comer.
-¿Me estas buscando amigas?
-Yo sólo quiero lo mejor para ti, así que termina de comer y ve a ponerte guapa. ¿Si?

Yo quería mucho a mi madre y todo, pero a veces simplemente no me entendía.
Me visto con unos pantalones negros, una camisa de estampado y una chaqueta de jean.
Mi cabello solía ser de un rojo llamativo, pero se fue apagando hasta quedar como una especie de vinotinto. Me lo peinó en una coleta y me pongo labial.

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El paisaje que se admira desde mi coche es agradable. El día era soleado y la gente salía a correr por las aceras. Mientras yo los fulminaba con la mirada por ser felices.
Era uno de mis pasatiempos.

Mi madre me abre la puerta del coche y me sostiene de la cintura hasta llegar a la puerta de la casa.

Una señora regordeta pero de rostro amable nos abre apenas tocamos el timbre.
-¡Hola!- se vuelve hacia mi -Tu debes ser Amity, ¿no?
-Aja- recibo un pellizco por parte de mi madre.
-Sube a la habitación de mi hija, a la derecha.

Subo mientras observo los retratos en las paredes, la mayoría son de gente desnuda en poses artísticas. Pobre de esta chica, se levanta y ve a un montón de gente desnuda.
Entro a la habitación que me ha indicado la señora y me encuentro con una chica de cabello castaño y ojos verdes.
-Hola- la saludo. Ella me sonríe -Soy Amity.
-Soy Liv.

Liv y yo nos quedamos un rato hablando, teníamos muchas cosas en común. Me recordó a Lyra.
Le conté de mis problemas con total tranquilidad y ella me contó los suyos.

-Me gusta ir al bosque. Es muy tranquilo allí, puedo dibujar.
-¿Quieres ir?- le pregunto sutilmente.
Ella me mira como mi cómplice y asiente.

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Damos vueltas como estúpidas por unos minutos.
-¿Nunca has sentido cosas raras aquí?- le pregunto.
-El bosque no me parece aterrador- dice riéndo. Le sonrió.
A medida que vamos hablando y caminando, la noche amenaza con llegar.
-Deberíamos volver- me dice ella.
Asiento y nos damos la vuelta para volver. Pero al cabo de media hora, seguimos en el bosque, estamos pérdidas.

-Es inútil Liv, nos perdimos- digo bufando.
Ella frunce el ceño.
-¿Y que? ¿Esperamos a morir aquí?
Me encojo de hombros, no sonaba mal.
Ella rueda los ojos y avanza, dejándome atrás.

Siento una mano cubrirme la boca, pero no puedo advertirle a Liv. La persona me atrae hacia si mientras yo pataleo.
-Shh...- susurra en mi oído -No debiste haber vuelto.

Darkness |Ticci Toby|Where stories live. Discover now