𝙱𝚎𝚕𝚕𝚊𝚝𝚘𝚛 -Fate: Saga winx

Capítulo 10

Gina estaba profundamente dormida en los brazos de Riven.

Él la miraba dormir y pensaba " tan tranquila ahí dormida tan hermosa; pero luego se despertaba y era una máquina de matar que lo sacaba de quicio".

- Deja de mirarme. - dijo la chica con voz medio dormida.

El chico miró para otro lado; haciéndose el dormido.

Todo eso hizo que la chica lo viera con ojos entrecerrados y echara una pequeña risa.

- Deja de mirarme Gigi, sé que soy demasiado atractivo pero disimula un poquito.

Ellos aún acostados se miraron a los ojos y se sonrieron.

- Tú eras el que me miraba a mí, confiésalo.

- Lo admito, me has pillado. - dijo él con una gran sonrisa.

- No lo hagas más. - como veía que el chico no respondía y la seguía mirando. - Das miedo, para. - dijo ella dándole un manotazo en el hombro.

- No es mi culpa de que seas tan hermosa.

Riven le dio una suave caricia en la mejilla y le metió un mechón de pelo en la oreja.

Ambos se dieron cuenta de que estaban demasiado juntos; cuando notaron sus respiraciones mezclarse.

Las narices de ambos se estaban rozando y estaban a solo un paso de besarse.

Hasta que se dieron cuenta y se echaron algunos cuantos centímetros para atrás.

Después de estar un buen rato callados; quisieron darse otro buen despertar.

- Buenos días. - saludó ella.

- Buenos días.

- ¿Quién eres? - dijo haciéndose la tonta mientras miraba a todas partes confundida.

Haciendo como que no sabía dónde estaba ni a quien tenía al lado.

- Riven. - respondió siguiéndole el juego. - Tú futuro novio.

- Pues buenos días, futuro novio.

Ambos se rieron a la vez que Riven la apretó más hacía él; mientras le daba besos en la mejilla.

- Sabes que eso no pasará ¿no?

Y eso fue Gina rompiendo las ilusiones tanto las de Riven como las de ella.

- Por ahora, pero en este momento me vale con tenerte así.

- ohh que tierno, pareces un bebé. - dijo dándose la vuelta para apretarle la mejilla fuertemente.

- ¡auh! Te prefería dormida.

- Eso es mentira y lo sabes.

De repente un toque fuerte en la puerta los sobresalta.

- Gina cariño, es hora de levantarse. - dijo su padre desde el otro lado de la puerta.

- Ya voy, papá.

- Oye ¿has visto a Riven ayer por la noche?

Ambos chicos se miran; el chico le niega con la cabeza.

- Solamente cuando se metió en la habitación de Sky. ¿Por qué?

- No lo encuentro por ningún lado.

- ¿Miraste en la habitación de Sky?

- Prefiero no entrar ahí; pero estoy seguro de que allí no está.

- Se levantaría temprano para ir correr.

- A lo mejor tienes razón.
Acuérdate que tenemos que entrenar todos juntos antes de irnos a Alfea.

- Está bien.

- Y princesa, dile a Riven que como no salga de ahí le corto las pelotas.

- ¿Cómo lo ha sabido? - le susurró él a la chica.

Ella se encogió de hombros en señal de que no tenía ni idea.

- ¿Cómo lo has sabido? - preguntó él en voz alta hacia la puerta.

- Me lo has confirmado, idiota.
Y como no salgas te juro que te mato.¡Ahora!

Gina le pegó con la almohada en toda la cara.

- ¿¡Por qué eres tan idiota!?

- ¡No lo sé!

Y hasta aquí; llegó la poca y estúpida vida de Riven.

Ya le podemos hacer un buen funeral.