Dia 24/7 (segunda Parte)

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Sin previo aviso me tiro a la cama y se lanzo sobre mi como una loba hambienta deboro mis labios y mi cuello, bajo a mis senos y dijo.
-tu no puedes tocarme, pero yo puedo tocarte todo lo que desee. ¿Verdad? - me miró con una sonrisa traviesa - puedes contestar.
- sí mi Ama
-¿y porqué puedo tocarte y hacerte todo lo que desee?
- porqué ud es mi Dueña - conteste resistiendo el deseo de mirarla.
Empezo a chupar y morder mis pezones haciendome gemir de placer.
-que no se te olvide puta, eres mía - dijo y siguió chupando.
-ammmm... Siii mi Amaaaa sooyy suyaaa.
-ya no puedes hablar - dijo con firmeza.
Yo asentí y me quede jadeando y gimiendo mientras sentía su lengua y sus dientes devorando mis senos y pezones. Luego deslizo su mano hasta mi sexo y empezó a masturbarme.
-si se te ocurra acabar sin mi permiso, has entendido puta?
Yo asentí, sus dedos jugaban cada vez mas rápido dentro de mí, arriba y abajo y haciendo circulos.
-ammmm... Ohhhh.... Mmmmm... Eso se siente tan... - dije y antes de que pudiera terminar me llego una bofetada.
-te dije que no hables
-lo siento mi Ama - segunda bofetada.
-que no hables, dije - saco sus dedos de mi interior, se sentó sobre mi y empezó a abofetearme una y otra vez - no - dijo y me dio otra bofetada - debes - continuo con otra más - hablar - me dio 10 bofetadas mas y luego beso mis mejillas.
-aprendiste tu lección putita?
Yo asiento con la mirada aún baja.
-hoy no hay orgasmo para ti.
Yo asiento y en realidad sentía que no me merecía ese orgasmo por haberle desobedecido. Estaba un poco cansada pero todo lo que deseaba era complacer a mi Ama y hacerla feliz.
-ve a dormir un poco - ordenó.
Su orden me confundió, creí que continuariamos la sesión pero me estaba mandando a dormir.
-permiso para hablar mi Ama.
-permiso denegado mi perra, sé lo que vas a decir, vas a decir que no necesitas dormir, que quieres seguir sirviendome, pero la verdad es que estás exausta, tu cuerpo no miente. ¿Me equivoco perra? - dijo y yo negué con la cabeza - ahora obedece y ve a dormir.
Asentí y me acosté en la cama, me medio tape con la sabana, mi Ama sabía que no podía dormir si algo no me cubria al menos a medias. Luego me sorprendí cuando mi Ama se acostó a mi lado y me abrazo por atrás, me acarició el cabello y me dijo al oido.
-has sido una perra muy buena, estoy orgullosa de ti, ahora duerme que yo velare tu sueño.
No entendía nada, había fallado al hablar sin su permiso sin embargo decía que estaba orgullosa de mi, que había sido buena... No, no fui lo suficientemente buena, quería ser perfecta para ella y no lo logre... El cariño en el pelo que me estaba haciendo empezó a relajarme... Ahora seré mejor, seré mejor por ella para que se sienta aún más orgullosa de mi... Poco a poco me fui quedando dormida.
-despierta perrita, hora de comer - escuché la voz de mi Ama mientras me movía de un lado a otro.
La mire y baje la mirada enseguida recordando que no debía mirarla.
-eres una buena perra, levántate vamos a comer.
Asentí y me levante, seguí a mi Ama hasta el comedor y me asombre al ver la mesa ya servida.
-permiso para hablar mi Ama - dije.
-permiso concedido mi perra - respondió
-no entiendo... ¿Ud cocinó? Crei que...
-lo sé, lo sé perrita mía, pero que seas mi esclava no significa que no vaya a consentirte de vez en cuando, diste todo de ti en la sesión, te mereces un premio.
-¿aun cuando hable? No fui perfecta no merezco sus atenciones.
- ¿estas cuestionando mi criterio? - dijo enarcando una ceja.
-no, claro que no mi Ama.
-nadie es perfecto mi perra, pero tu eres perfecta para mi.
-¿puedo abrazarla mi Ama?
-puedes
La abraze y llore de emoción en su hombro agradeciéndole una y otra vez.
-ahora comamos que se enfría- dijo - puedes sentarte.
Me senté y, como siempre, espere su orden para empezar a comer, esta vez no me hizo esperar mucho.
-puedes comer perra, recuerda, aunque estés sentada no puedes usar las manos.
Asentí, mi Ama había hecho mi plato favorito, tallarines con Bolognesa, acerque mi boca al plato tratando de no ensuciarme mucho pero, al final igual termine con la cara llena de salsa. Al verme mi Ama me limpio con cuidado como si fuera una niña pequeña, eso me hizo sonreír.
-permiso para hablar mi Ama
-habla mi perra.
-puedo por favor ir al baño?
Ella sonrío como si hubiera estado esperando este momento y supe lo que estaba pensando.
-aún no mi perra.
-si mi Ama.
-ya no puedes hablar.
Asentí. Me quedé ahi aguantando las ganas.
-ve a traerme agua, tengo sed - ordenó y sentí en su voz que sonreía.
Voy lleno un vaso con agua y se lo paso. Lo bebe de un sorbo.
-ahora trae dos - dijo devolviendome el vaso.
Asiento, lleno dos vasos, las ganas de orinar eran cada vez más intensas.  Llevo los vasos y los presento a mi Ama, sin mirarla obviamente. Toma uno y dice
-bebe ese - maldeci entre dientes sin realmente decir una palabra - ¿decias algo? - negue con la cabeza totalmente frustrada - entonces bebelo, de un sorbo.
Asentí y bebi como ella me ordenó, cruce las piernas para contener las ganas. Al verme enarcó una ceja.
-¿como deben estar siempre las piernas de una sumisa?, contesta.
-semi abiertas para facilitar el uso al Ama, pero...
-nada de peros, eres una excelente sumisa, sé que puedes con esto, abre las piernas.
Asiento y abro las piernas, sentía como llegaba a mi límite.
-quedate ahí en posición de espera, contarás hasta 30 en voz alta y podrás ir al baño.
Asiento, me paro derecha con las manos en la espalda y empiezo a contar.
-1, 2, 3, 4, 5.... 15, 16, 17, 18, 19, 20... 25, 26, 27, 28, 29, 30.
-muy bien mi perra, ahora ya puedes ir al baño.
-gracias mi Ama - dije y corrí al baño, deje la puerta entreabierta como hacia siempre cuando estaba con ella y descargue todo, se sintió un gran alivio, me lave las manos y salí. Mi Ama me miraba con una sonrisa en el rostro, baje la mirada.
-lo hiciste muy bien, te tengo un premio - dijo y mi corazón salto de emoción - hoy aprenderás a ser un reposapies.
Sonreí eso era una de las cosas que siempre había querido, hacerlo requería gran disciplina y concentración, si mi Ama creia que estaba lista para eso significaba que confiaba mucho en mi y en mis capacidades. Ella tomó su fusta.
-en 4 sobre los cojines - dijo y yo asentí - no te frustres si no lo logras en el primer intento, es una práctica difícil y nunca lo has hecho, asi que sin presiones ¿si?.
Asentí poniendome en 4, mi Ama era tan linda, ella sabía lo autoexigente que era, yo me exigía incluso más de lo que ella me exigía y cada vez que fallaba en algo me sentía fatal, no por el castigo que eso conllevaba si no por el no tan simple hecho de fallarle a mi Ama, fue muy lindo de su parte darme esas palabras de aliento, por eso la amaba tanto.
En cuanto me puse en 4 ella se sentó en el sillón y prendió la tele, puso cualquier canal pero yo sabía que me miraba a mi en vez de la televisión. Pasado unos 10 minutos uno de mis brazos empezó a temblar, mi Ama me dio un par de golpes, no muy fuertes, con la fusta.
-no te muevas, concéntrate.
Asentí y me quedé lo más quieta que pude, cada vez que sentía que alguna parte de mi cuerpo iba a flaquear pensaba en mi Ama y  en la sonrisa de orgullo que tendría si lo lograba y la escuchaba decir en mi cabeza "buena chica", de esa forma podía controlar mi cuerpo. Pasaron 40 eternos minutos hasta que ella sacó sus pies de encima.
- puedes levantarte y puedes hablar.
Me levante y me puse de pie, de pronto mis piernas resintieron todo el esfuerzo realizado, se sintieron gelatinosas y me tambalee casi me caigo pero mi Ama me atrapó.
-ya estás sobreexigiendote de nuevo - me dijo tomandome en brazos.
-ningún esfuerzo es demasiado para Ud mi Ama, Ud merece todo de mi y eso es lo que le daré.
-ya me das todo de ti, por eso estoy orgullosa de ti. Es impresionante que lograrás adoptar el papel de mueble tan rápido pero, te lo he dicho mil veces, no te expongas innecesariamente.
-era necesario mi Ama, me otorgó un regalo tan maravilloso, no podía despreciarlo.
-¿que voy a hacer contigo y tu increíble entrega? - dijo sonriendo
-¿cuidarme y quereme mucho?
-eso no lo dudes, pequeña, eso no lo dudes.

Me llevo a la cama en sus brazos y me acostó, me maseajeo las piernas para cersiorarce que todo estaba en orden, me arropo y acariciandome el cabello dijo.
-estoy orgullosa de ti, muy orgullosa, cada día me sorprende más lo profunda que es tu entrega, ahora descansa perrita mía, que te lo has ganado. Me beso en la frente y salió de la habitación. Estando en el umbral me advirtió:
-ni se te ocurra levantarte, necesitas descansar y eso harás, es una orden, ¿entendido?
-si mi Ama.
Me quede ahi abrazando las sabanas las palabras que mi Ama me había dicho mientras acariciaba mi cabello resonaban en mi cabeza como la más hermosa de las melodías.
Entonces recordé lo que me había dicho cuando nos conocimos, cuando yo no era más que una pequeña sumisa con muchos miedos e inseguridades.
"tomare cada mala palabra que te hayan dicho y las reemplazare por palabras calidas, de cariño y orgullo" y pensé lo logró, realmente lo logró, logró eliminar todos mis miedos y me hizo sentir segura por primera vez en mi vida.

La Sumisa 1: mi Ama y yo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora