El Final

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Las horas del día se hicieron eternas, parecía que pasaron años, me puse un vestido lindo y sexy, me maquille y me arregle muy bien para recibir adecuadamente a mi Ama, se que estaba enojada pero eso no significaba que no pudiera hacer lo posible para darle el mejor recibimiento posible.
Sus palabras seguían resonando en mi cabeza "estoy en serio muy decepcionada de ti" se repetía una y otra vez era como estar en una pesadilla pero estaba despierta, ¿o no?, quizás todo es una pesadilla y despertaré en cualquier momento, me arrodille en la entrada, llegó mi Ama y aún no despertaba, me puse nerviosa... ¿estoy soñando o no?.
-bienvenida mi Ama, la extrañe mucho - dije y me congele cuando vi su expresión, era de dolor e indiferencia total, parecía como un mafioso (o mafiosa) acabado/a.
-si, si, gracias - dijo moviendo su mano en el aire como si le aburriera escucharme pero, ¿Qué le pasaba? ¿Estaba así por mi falta? Pero si solo me conecté para hablar con mi familia, se que le desobedecí y que merecía un castigo pero esa no era su actitud de castigo, era algo totalmente distinto - párate y siéntate en el sillón, tenemos que hablar.
-si, mi Ama - dije y corrí al sillón, ya no estaba nerviosa, estaba aterrada.
Ella dejó sus maletas a un lado y se sentó frente a mi.
-bueno... como dije en la mañana estoy totalmente decepcionada de ti, no solo me desobedeciste, si no que también, me lo ocultaste, como si esperadas que no me diera cuenta.
-mi Ama, si me permite explicar... - dije nerviosa.
-calla, estoy hablando - dijo levantando una mano, yo agache la cabeza - de todos modos ¿Qué me vas a explicar? Dijiste que harías algo y no lo hiciste ¿crees que eso es lo que haría una esclava?.
-no mi Ama - dije avergonzada tratando de reprimir las lágrimas en mis ojos, odiaba ser tan sentimental.
-¿crees que así actúa una buena sumisa? - continuó, me empezó a dar miedo el tono que estaba tomando la discusión o conversación.
-no mi Ama, pero... yo... le juro que no fue mi intención, solo no pude ignorar a mi mamá y hermano, le juro que no hable con nadie más, mire, revise - le dije tendiéndole mi celular.
-eso no es necesario - dijo sin mirarme.
Me postre a sus pies y dije.
-tiene razón mi Ama, nada justifica lo que hice, por favor deme el castigo que merezco.
-no voy a castigarte así que levántate - dijo con una voz aterradoramente tranquila, creo que me asustaría menos si gritara, la mire sin comprender lo que decía pero no me atreví a decir nada así que solo me quede mirándola - has llegado al límite, carolina, no puedo seguir aguantando que me desobedezcas y, encima, me lo ocultes. - enseguida se saco la cadena en la que llevaba la llave del candado de mi collar y supe lo que iba a decir, retrocedí.
-por favor, mi Ama, no haga esto - dije y las lágrimas en mis ojos empezaron a caer.
Ella se acercó a mi con los ojos apagados, me dolía tanto ver la decepción en su rostro, abrió el candado y me sacó el collar diciendo:
-te doy tu libertad, puedes seguir tu camino.
Me postré a sus pies abrazando sus tobillos.
-por favor mi Ama, no haga esto... Por favor, me portare mejor desde ahora pero por favor no me libere, por favor, no quiero ser libre, quiero seguir siendo suya, por favor, se lo suplico no haga esto.
-¿para que voy a seguir con una sumisa que no puede seguir una simple orden?... ¿Para que voy a seguir con una sumisa que me decepcionó?
-porque se que puedo ser mejor y me esforzare cada día para estar a su altura - dije llorando.
-ya es tarde, yo ya te di tu libertad, toma tus cosas y vete de mi casa - dijo fríamente, la desconocí totalmente ¿dónde se había ido la Ama cariñosa que siempre me hacía sentir bien? ¿Dónde estaba mi Ama comprensiva y contenedora?, sabía que aún estaba ahí, en algún lugar debajo de toda esa decepción y rabia.
-si mi Ama - dije sabiendo que ya no sacaba nada con seguir suplicando, ella ya había tomado su decisión y, por mucho que me doliera, yo tenía que aceptarla.
Fui a mi pieza arrastrando los pies, tenía la vista nublada por tantas lágrimas, eché todo en dos maletas gigantes y volví al living a despedirme de mi Ama, bueno, ex Ama. Estaba ahí, sentada en el sillón con los codos en las piernas y las manos en la cabeza como si le doliera o le pesara mucho.
-¿Ama? - dije en un susurro, ella me vio.
-¿ya estás lista?
-si, mi Ama, yo... en serio lamento mucho lo que sucedió, espero que algún día pueda perdonarme y que encuentre una sumisa que sí esté a su altura... bueno... ya me voy... ya no la molestaré más - dije conteniendo las nuevas lágrimas que amenazaban con salir.
En cuanto salí de casa de mi Ama, bueno, ex Ama, las lágrimas brotaron como cascadas, caminé varias cuadras arrastrando mis maletas mientras lloraba a mares. Llegué a una plaza y me senté en una banca mientras pensaba ¿y ahora que hago? Lo había perdido todo, no tenía Ama, ni casa, ni trabajo, no tenía nada... lloré por lo que creí que fueron horas.
De pronto sonó mi celular, era un mail de RRHH de international business diciendo que me habían depositado mi finiquito más una pequeña bonificación, no le di importancia y guardé el celular. ¿Ahora que hago? Pensé un poco más calmada y decidí que lo mejor era ir con Cristi, ella siempre me había apoyado en todo, aún si ya había arrendado mi pieza, quizás me dejaría quedarme en el sillón un par de días hasta que encuentre algo definitivo.
Me sequé las lágrimas, respiré hondo y tomé un taxi hasta mi antiguo departamento. Al llegar subí de inmediato al dpto de la cristi, agradecí que el edificio tuviera ascensor porque mis maletas pesaban mucho.
Toque la puerta, una cristi despeinada y con una polera que le llegaba a los muslos abrió.
-caro, ¿Qué haces aquí? - pregunto mirándome sorprendida.
-mi Ama me liberó, lo nuestro se acabó, ¿puedo pasar?
-siento mucho lo de tu Ama pero no entiendo que haces aquí con tus maletas.
-no tengo otro lugar donde ir, si me dejas pasar te explicaré todo.
-ahora no es un buen momento caro - dijo y un guapo hombre apareció atrás de ella abrazándola de la cintura.
-pasa algo cariño?
-no juanca vuelve a la cama, yo voy enseguida
-bueno bebe - dijo y le dio un beso en la mejilla.
-cristi, en serio te necesito, eres la única amiga que me queda, no te molestaría si no fuera una emergencia - dije mirándola a los ojos.
-¿amiga? Hace meses que no hablamos, no puedes ignorarme y luego pretender que resuelva todos tus problemas, eso no es amistad caro, es manipulación.
La quede mirando sin saber que decir, no podía creer lo que escuchaba.
-es mejor que te vayas caro, esta vez no puedo ser tu salvavidas - dijo y cerró la puerta.
Me congele un minuto, ¿acababa de perder a mi mejor amiga, a mi única amiga? ¿Qué más iba a perder? ¿Qué más podía perder?, ya no tenía nada, nada.
Sin pensar bien lo que hacía subí a la azotea, donde había una terraza y otras cosas, me acerque a la baranda que rodeaba el borde y me senté en ella mirando hacia abajo, estaba en un piso 15, si me lanzaba terminaría con todo mi sufrimiento de una vez "ya te di tu libertad, toma tus cosas y vete de mi casa" "eso no es amistad caro" sus voces resonaban en mi cabeza mientras sentía el aire contra mi cuerpo.
"No, no debo hacerlo, tengo que ser fuerte" pensé en un momento de lucidez, momento que me salvo la vida. Me baje de la baranda, tomé el ascensor y salí del edificio.
Tenía que encontrar un lugar donde quedarme, busque departamentos en Internet pero estaban todos ya arrendados, recorrí cada pensión y alojamiento pero estaban todos llenos, ¿Cómo podía ser? ¿Qué tan probable era que sucediera eso? En serio era el peor día de mi vida "debí haberme lanzado del barandal" pensé y agite la cabeza para alejar ese pensamiento de mi mente. No, no puedo volver a eso dije recordando una época lejana, antes de mi Ama, cuando estuve hospitalizada 10 meses por intento de suicidio "debo ser fuerte, debo ser fuerte" me repetía una y otra vez mientras caminaba sin rumbo.
De alguna forma llegué, de nuevo, frente a la casa de mi Ama, inconscientemente había vuelto a ella, era tarde, las luces estaban prendidas y pude ver su silueta fumando un cigarro, eso era raro, ella casi nunca fumaba. Me senté en el suelo con la esperanza de poder verla otra vez, aunque fuera de lejos, la necesitaba, la necesitaba como nunca antes había necesitado a nadie, me apoye en un árbol y me quedé dormida.
Esa noche soñé con ella, soñé que volvía por mi, me decía que todo había sido una prueba para medir mi lealtad, me tomaba en brazos y me hacía suya una vez más.
Un ruido de camión me despertó, había un camión de mudanza sacando los muebles de la casa de mi Ama, ex Ama. No pude evitar acercarme.
-¿Qué haces aquí? - dijo en cuanto me vio.
-yo... yo solo quería verla. - respondí con timidez.
-pues ya me viste, ahora vete, tengo cosas que hacer.
-¿va a mudarse mi Ama, digo, Señora?
-si, no hay nada en esta ciudad para mí, y no vuelvas a decirme Ama, eres libre ahora, que no se te olvide.
-eso es imposible de olvidar Señora.
-bien, entonces vete. - dijo tajante y me dio la espalda mientras fingía conversar con uno de los hombres de la mudanza.
Yo me fui, era obvio que la había perdido para siempre, tenía que pensar en mi, en que haría ahora, en buscar casa y trabajo, fui a un restaurante de comida rápida y me senté ahí un buen rato, mi celular se había descargado así que busqué un enchufe para cargarlo, lo necesitaba para seguir buscando alojamiento y trabajo. Creo que comí unas 5 hamburguesas de pura ansiedad, cuando mi batería estaba llena salí y empecé a caminar distraídamente.
De pronto llegue a un barrio muy elegante y vi un restaurante que se veía muy exclusivo, tenía un letrero de "se busca mesero" recordé cuando salí del colegio, antes de estudiar cosmetología había trabajado de mesera y no ganaba nada mal. Escondí mis maletas por ahí, alise mi vestido y mi pelo y entre.
-buenos días, este... vi que necesitaban mesera, me gustaría postularme - le dije a la recepcionista.
-claro, pase por aquí - dijo ella.
Me guio hasta una oficina que, supuse, era de la administradora.
Después de unos minutos una señora de unos 50, pelo negro y ojos café me hizo pasar, era la administradora del restaurante. Después de entrevistarme como por 40 minutos me miro muy seriamente y pregunto:
-¿puedes empezar mañana?
-por supuesto - dije alegremente, al fin un rayo de esperanza.
-muy bien, te espero mañana a las 10, se trabaja hasta las 11 con 1 hora de colación.
-claro, aquí estaré, muchas gracias - dije estrechando su mano, nos despedimos y salí más contenta que perro con dos colas.
Atravesé rápidamente la puerta y sin darme cuenta tropiezo con un caballero que parecía ser un cliente, me tambalee y casi me caigo pero el me sostuvo.
-¿ está bien Señorita? - tenía una voz grave y melodiosa a la vez, sentí un escalofríos al sentirlo.
-sí, gracias, usted disculpe, iba distraída.
-no se preocupe - me miro detalladamente, como si me estudiara - ¿trabaja aquí?.
-desde mañana sí - respondí y me sonroje sin saber porque el era intimidante y acogedor a la vez.
-soy José pablo subercaseaux - dijo extendiendo su mano hacía mi.
-carolina López - dije tomando su mano, mi nombre sonaba demasiado común al lado de el de él.
-un placer, pues espero verla mañana srta Carolina. - dijo y se marchó.
Yo saqué mis maletas de su escondite y seguí mi camino, ahora solo debía encontrar un lugar donde dormir.

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Bueno amigos este es el final de la primera parte. Pero no se preocupen que aún queda carolina para rato. ¿Quieren saber lo que pasó después?

Leanlo en
https://m.manobook.com/bookDetail/4705375/LGBT/Soy-Sumisa

Cambie el nombre pero los capitulos de la primera parte son los mismos.

Espero puedan seguir leyendo.

Saludines

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⏰ Última actualización: Jan 14, 2022 ⏰

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La Sumisa 1: mi Ama y yo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora