Monstruosa Realidad (MitsuBoru)

COTIDIANIDAD 🧧

Envuelto en sus brazos era la persona más feliz del mundo. Él le había mostrado un mundo diferente en el cual solo podían disfrutar siendo felices.

Aquel acuático mundo donde todo era posible y nadie discriminaba a nadie, allí donde el mismo hombre jamás podría llegar.  Ese mundo era el verdadero paraíso en la tierra.

- Fuiste creado para ser amado - le decía él con su hermosa voz. Alguien tan bello e imponente se fijaba en su persona, la dicha colmaba cada poro de su piel.

Pero un estruendo repentino los sorprendió seguido de un haz de luz blanco que los ensegueció para luego separarlos ya que él despertaba por los ensordecedores ruidos del despertador.

Una vez más volvía a tener el mismo sueño.  Que un bellisimo tritón lo ame era para tener presente su salud mental. Su deseo de ser querido por alguien empezaba a tomar proporciones catastróficas.

Más aún sabiendo que era un tritón y no una sirena cuando siendo él un varón esto ultimo seria un poco mas normal.

Pero él no era nada normal. Suspiró hondo con resignación. Tenia 16 años y ninguna chica le llamaba la atención. 

Eso sumado a estos sueños y deseos estaba como para ser encerrado en un psiquiátrico ya que ni las terapias funcionarían en su persona. Sin ganas de  nada salió de la cama y apagó el despertador. El día empezaba.

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El desayuno rutinario no variaba jamás. Mis padres apurados inmersos en sus propios mundos, tan alejados de la realidad presente y de quienes los rodeaban.

Pero si debia ser sincero debo reconocer que era comprensible. Mi papá dejó de amar a mi mamá hacia tiempo y ahora empezó una relación clandestina con su primer amor. La mamá de una compañera mía del colegio.

Era de público conocimiento aquello pero a  nadie parecia importarle. Ni siquiera a mi mamá ya que ella al parecer se habia casado con mi papá solo porque era y sigue siendo popular.

Con semejantes realidades ¿quién no desearia evadirse de ellas? Pero ninguno de los dos parecia importarles siquiera que existo, ya que se limitaban a repetir como autómatas las mismas palabras cada mañana.

- Buen día Boruto
- ¿Amaneciste bien?
- Apurate que se hace tarde
- Hora de salir

Parecian muñecos sin vida programados por un ser superior para efectuar la misma acción día tras día.

Salir afuera, subir al auto. Pasar por el trabajo de mamá,  detenerse. Saludar
- Adios - su voz de autómata antes de bajarse.
Seguir viaje unos minutos en silencio. Pasar el colegio donde voy,  detenerse un breve instante para que baje y seguir adelante.
- Cuidate hijo, no te metas en problemas.

Eran las exactas palabras que oía de ellos todos los días. El auto con mi papá desaparecia en la niebla matutina y yo tenia que entrar a ese edificio  tan singular donde se nos enseñaba a varias personas de mi edad, más chicas y más grande también diversas ciencias.

Aquello era lo más diferente que podia vivir al sumergirme en cada clase. Pero lamentablemente también estaban cargadas de esa odiosa monotonia que solo aniquilaba mi alma dia tras dia.

Si, esa era mi maldita vida. Tan absurda como aburrida sin poder escapar, estaba atrapado en las garras de la cotidianidad constante.