Capitulo 4

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Sophia podía notar la tensión que había en el comedor cuando el tío Bill y Kevin llegaron para cenar. Ambos miraban fijamente a Edward, el cual parecía estar extremadamente incómodo. El pobre miraba a Sophia con nervios, así que ella solo le sonreía para tranquilizarlo un poco.

La reacción del tío Bill había sido bastante graciosa, era una mezcla de terror, enojo y curiosidad. Edward solo sonreía levemente, pero aún así Sophia sabía que se sentía como un bicho raro. Les llevaría algo de tiempo acostumbrarse a la presencia de Edward.

—Bueno, vamos a ver empezar —Peg dijo mientras miraba a cada uno de los que se encontraban en la habitación— espero que les guste.

Edward intento tomar los cubiertos con una de sus tijeras, pero no dejaban de caerse nuevamente. Sophia tomó el tenedor y con cuidado se lo colocó entre las filosas navajas para evitar cortarse. El chico le agradeció con la mirada ante el gesto.

—Kevin... —la tía Peg murmuro hacia su hijo enojada, pues no dejaba de mirar fijamente a Edward—. No lo hagas... ¡Kevin! No es correcto ver así a las personas.

Edward volvió a perder el tenedor, así que cuando Sophia estaba a punto de colocárselo en las manos nuevamente, el chico negó con la cabeza mientras le dirigía una rápida mirada. Le era más fácil usar las tijeras para intentar tomar los guisantes.

—Kevin, piensa en lo que sentirías si alguien te viera de ese modo —Peg estaba incómoda ante la actitud de su hijo, el cual parecía no poder despegar la mirada de Edward.

—No me importaría —respondió el niño sin apartar la mirada.

—¡Pues a mi si, así que no lo hagas! —Peg lo regañó.

—Esto debe ser todo un cambio para ti, ¿verdad, Ed? —Bill le preguntó mientras levantaba su taza con café u le daba un sorbo.

—Edward, querido. El prefiere que lo llamen Edward —Peg se limpio la boca con la servilleta.

—Ya lo sé —Bill respondió incómodo— ¿y que hacías tu solo en esa enorme casona?, apuesto que el panorama debe ser espectacular, Ed.

—¡Edward! —Peg lo corrigió.

Edward miraba fijamente a Sophia que ni siquiera se había percatado de la pregunta que le habían hecho.

—¿Si? —preguntó Edward a la tia Peg en el momento en que escuchó su nombre.

—No, yo solo le... —Peg dijo.

—Imagino que se verá hasta el océano, ¿mmm? —Bill volvió a preguntar.

—Algunas veces —Edward respondió.

Sophia no podía imaginar lo lindo que sería la vista desde la casa de Edward. Por lo que pudo distinguir desde la ventana de la habitación, estaba demasiado alto en la colina como para tener una vista perfecta de la ciudad.

—Bill, la sal y la pimienta por favor —Peg dijo, pero su esposo no la escuchó debido a que se quedó inmerso en su cena— ¡Bill, la sal y la pimienta, por favor! Gracias... Kevin.

Sophia tenía que admitir que la comida de su tía era bastante rica. Su madre solía comprar mucha comida rápida porque no sabía cocinar muy bien.

—Sophia... —Edward la llamó. Ella de inmediato levantó la mirada para dirigirla hacía el— pude hacerlo.

Edward había tomado un guisante con una de sus navajas mientras que con la otra la sostenía.

—Que genial —Sophia le respondió con una sonrisa en el rostro.

Edward se la correspondió, pero en el momento que estaba apunto de llevárselo a la boca se le cayó.

—Kevin... —Peg volvió a regañarlo.

—Cielos, esas cosas son geniales. Apuesto que tienen filo. Un golpe de Karate al cuello de un sujeto y ¡hmm! —el niño exclamó con asombro.

—Kevin... —Peg lo miró fijamente.

Edward aún tenía problemas para comer los guisantes, pues cada que tomaba uno se le caía cuando se lo quería llevar a la boca.

—Edward, ¿deseas mantequilla para tu pan? —Peg le preguntó mientras le extendía un plato.

—Gracias.

Edward extendió las manos de tijera y cortó un poco de la mantequilla, pero en vez de ponerlo en su pan, lo hizo al de Sophia.

—Gracias, Ed —Sophie le sonrió, después tomó un pequeño tomate y lo encajó en una de las navajas. Ahora fue el turno de Edward de sonreír.

—Edward —Peg la corrigió.

—Esta bien que me llamen así, me gusta —Edward respondió al instante. Los tres miembros de la familia Boggs se miraron.

—¿Crees que pueda llevarlo a exhibir a la escuela? —Kevin titubeó, pero aún así hizo la pregunta.

—Kevin, ya fue suficiente —Peg estaba enojada.

Edward parecía no tener tanto problema al comer el pan, así que por primera vez en podía disfrutar de la cena. Sophia tenía que admitir que aquel chico se le hacía fascinante, pero ella no entendía la razón. Ella jamás pensó que se toparía con alguien como él, alguien completamente diferente.

X

—Mi habitación está enseguida, en caso de que necesites algo —Sophia le dijo al chico una vez que era la hora de dormir.

—Gracias —Edward respondió castamente mientras la miraba fijamente.

—Espero que puedas dormir bien, las primeras noches en un lugar diferente son algo difíciles —Sophia le comentó.

—Espero poder hacerlo —Edward le respondió.

Sophia no pudo evitar bostezar ruidosamente, así que cuando terminó solo se cubrió el rostro con vergüenza.

—Estas cansada. Descansa —Edward se despidió, pero era notorio que le había hecho algo de gracia.

—También tú —Sophia respondió.

Ambos entraron a sus habitaciones. Cuando Sophia se recostó sobre su cama revivió todo lo que había sucedido en el día. Quedarse en casa de su tía no parecía tan aburrido como ella había imaginado.

Hold Me ⟨••Edward Scissorhands••⟩Donde viven las historias. Descúbrelo ahora