2

903 79 30
                                    

Si tuviera que empezar hablando del origen de todo esto, debería contar el trágico día en el que mi vida cambió, a causa del asesinato de mi hermana por culpa de este horroroso ser, ni siquiera merece que gaste mi aliento en su nombre. 

Esa noche recuerdo que yo no estaba en mis cabales, como para darme cuenta de todos los detalles que sucedieron. No sentí en el ambiente el aroma de un omega, ni tampoco oí a mi alfa interna, diciéndome que mi destinado estaba ahí. Solo sentía el aire pesado lleno de mal augurio recorrer mi cuerpo, tomando lugar final en mi corazón generando una presión grandísima. El cielo quedó pintado de un color rojizo por el atardecer llegando a la noche de poco en poco. Me dió mala espina, porque los pájaros hacía rato que no emitían sonidos, ni siquiera pude notar ningún movimiento de algún otro ser vivo. Calma… todo estaba en calma, salvo por el viento removiendo mi cabello de lado a lado… Hasta que los ruidos de cosas rompiéndose continuamente a la lejanía alertó a todos, lo que permaneció en parsimonia ahora se inundó en desesperación. La mía fue enorme y suficiente para moverme lo más rápido que en mi vida había podido lograr. Pero llegué tarde, demasiado tarde. 

Mi hermana había muerto. ¿Acaso debería explicar el dolor que sentí?, ¿Las lágrimas que derrame?, ¿Los insultos que di a diestra y siniestra?, O… ¿Debería contar la impotencia por mis pocas habilidades?. De haber sido fuerte y veloz más de lo que era, la podría haber salvado… No. La hubiera salvado y con certeza lo pienso a menudo. Si tan solo fuese como los demás las cosas serían distintas. Muy distintas. 

Sonará egoísta de mi parte (Tal vez lo sea) a mi poco me importaba que pasara conmigo, ya nada me ata al mundo de los vivos como era en el antaño. Los sentimientos por mejorar el mundo se iban desvaneciendo, como un espejismo burdo de esperanza en mitad de la agonía del desierto. Nada me satisface. Comprender la soledad es bueno y al mismo tiempo malicioso, genera malestar tras malestar, nubla la vista sobre cómo ves a los demás en tu entorno. Estoy consciente. Demasiado consciente de que voy a hacer sentir miserables a quienes me dan el apoyo hoy en día con mis pensamientos reales, reconozco que soy necesaria, no lo niego. Pero, ¿Acaso saber que la gente te ama en tu entorno es suficiente? No tengo deseos de vivir sin mi hermana, lo único que me impulsa a seguir es el anhelo de dulce venganza, solo quiero matar al desgraciado que osó arrebatarme de mis manos a mi única familia. 

Día a día estuve estudiando las plantas mortales, horas que pasé revisando cada maldito libro de botánica que encontraba, experimentando una y otra vez sufriendo consecuencias, por las imprudencias que pude haber cometido, arriesgando mi existencia si la mínima reacción fracasada mortalmente. El arriesgar todo es el pan de cada día. Si quiero vencer a esos seres debo averiguar cada dato por más pequeño que pueda parecer. De suerte adiviné una buena solución. Iba a ser el plato principal consumiendo glicina, mi cuerpo sería el veneno perfecto… y para aquel demonio devoró a mi hermana, ¿Tanto disfrutó devorandola? Si fue así, que mejor espere el plato principal, su última cena, y el beso de la muerte. 

No soy para nada fuerte, jamás lo podré ser físicamente, porque mi propio cuerpo me lo impide. Aún así poseo una mente que es valiosa tanto como la fuerza bruta. Y si con eso cumpliré mi venganza, entonces es lo que haré. Utilizaré cada oportunidad, cada dato, cada oportunidad que toque mi puerta. Lo único que lamentaré de este plan, es dejar solas a las niñas de la finca, comprendo que no tienen la culpa de nada. Son muy jóvenes inocentes como para mandar solas. No las estoy denigrando ni subestimando, siento que el dolor de perder a Kanae les afectó tanto como a mi, y que merecen que yo las guíe. Lamento no poder cumplirlo. Mi deseo de acabar con ese demonio aumenta dentro mío de maneras impresionantes, las ganas son tan altas que incluso podría vomitar en color negro de tan oscuros que son mis pensamientos a diario. 

No quiero que malinterpreten las cosas, yo amo a esas niñas como si fueran mis hermanas menores, no quiero pensar en cuánto van a sufrir cuando yo ya no esté en este mundo. Me lástima siempre darme cuenta del egoísmo que manejo. 

Pido e imploro que la tristeza que sientan no sea para siempre, ni que el sentimiento de vacío perdure. 

Esas fueron las razones que me llevaron a organizar mi asesinato tan minuciosamente, habiendo explicado esto, sería convierte volver de nuevo al tema principal.  ¿Cómo es que terminé siendo la alfa de Douma y jugando el papel de la familia feliz? La verdad no puedo ubicarme en una fecha acertada, solo puedo decir que ocurrió unas semanas posteriores a la lamentable muerte de Rengoku. Esa mañana me levanté temprano, para preparar un arreglo floral simbólico junto con una carta de despedida. No queríamos incomodar a su familia con su pérdida, por ende no iba a ser un entierro sino más bien un homenaje. Con las niñas preparamos una especie de altar pequeño, rezamos unas cuantas oraciones en silencio deseando que la paz recaiga en su alma, sin darnos cuenta se nos había pasado todo el día pensando en quien alguna vez fue un amigo querido para mi. 

Llegada la noche fue cuando ocurrió el encuentro. Era la única despierta. Andaba pensativa con el tema de mi fallecido compañero, desde lo ocurrido con Kanae he tomado la muerte de los cazadores como algo admirable digno de respeto, cada uno murió por el bien de la humanidad, desempeñando su rol a pesar de las dificultades del momento… Yo quería ser así. 

— La luna esta muy bella hoy, ¿Verdad? — Una voz que sonó desde atrás mío. Me sorprendió, ese tono por alguna razón me resultó estremecedor, tan agudo y filoso como el peor de los vientos invernales — ¿Qué pasa? — Preguntó de nuevo, otra vez empleando esa voz molesta — ¿No dirás nada? Shinobu-san — Se acercó más a mí, invadiendo mi espacio personal. 

Mi estado completo de shock se esfumó, en cuanto oí mi nombre ser deletreado de esa forma coqueta, que te produce esa sensación de querer golpear al que la transmite, con tal de que cierre su maldita boca, por más que quise abofetear hasta desfigurar su rostro a base de puñetazos. Al darme la vuelta e intentar atacar con mi espada sin responder a su primer saludo. No lograba realizarle ningún rasguño, ese zángano era rápido, yendo de lado a lado riendo a medida que sus cabellos se movían con él, sus habilidades se hallaban más lejos de las mías. Aún así no quise rendirme, seguía intentando tocarlo con mi arma mientras que él seguía hablándome.

— ¡Vaya forma que tienen ustedes los cazadores de recibir visitas! Quizás deba copiarles un poco, ¿Te imaginas? Entrar a un culto y que te ataquen — Empezó a reírse como un loco cubriendo su boca con su abanico y cerrando los ojos— ¡Sería la sensación de la región!, Algo fuera de lo común — Ya parecía un gusano con tantos movimiento que efectuaba por segundos, su monólogo se alargaba cada vez más… era extenuante — ¿No piensas contestarme? Yo no vine para ser atacado.

-
-
-
-
-
-
-
-
-

Nota:

¡MUCHAS GRACIAS POR ESTAR APOYANDO ESTO! Realmente me hace feliz leer sus comentarios.

Tengo escrito el cap 3, pero debo corregirlo aún.

Tela de arañaWhere stories live. Discover now