Capítulo 33

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Cecilia

-Arriba dormilona- Sentía como alguien dejaba besos por toda mi espalda y se sentía muy bien- Es hora de tomar un baño mi amor.

Me gire y solo pude frotar mi cara para quitar un poco de la pereza que tenía en el cuerpo, al abrir mis ojos pude verlo parado a los pies de la cama viéndome como se lo había prohibido aquella vez en mi camerino.

-Buenos días, Francisco- Se acerco y dejo un beso en mi frente para luego sonreírme de lo más bonito.

-Buenos días para ti también- Beso mis labios- Venga que tenemos que tomar una ducha.

Me negué y el solo rio por lo bajo, levante mis brazos como niña pequeña para que el me cargara y, como desde que llegamos aquí él nunca me dice que no, sabía que no se iba a negar. Me llevo cargando hasta la ducha donde entre caricias y miradas inconscientemente nos jurábamos amor eterno... era tan complejo no sentir aquello que me daba pavor que se convirtiera en una costumbre de la cual jamás desearía salir.

Hoy nuestros planes eran recorrer Tulum, haríamos actividades extremas propuestas por Rich y Manolo, por lo tanto escogí andar cómoda hoy. Salimos de la ducha entre besos y nalgadas por parte de ambos, me dejo el vestidor totalmente para mí, puse un short de jeans y una de las camisas de Paco que en mi quedaban extremadamente grandes pero que me encantaban, me coloque unos zapatos blancos deportivos y estaba lista.

Paco al verme salir del vestidor sonrió, yo lo mire tímida ya que no sabía si el usar su ropa le incomodaba de cierta manera, lo vi caminar para estar más cerca de mí para mirarme directo a los ojos.

-¿Recuerdas la ropa que tenías que guardar para mí?- Solo pude asentir y poner mis manos sobre sus hombros- Quédate con ellas, sinceramente se te ven mejor a ti que a mí- Se separó un poco para mirarme de arriba hacia abajo, su mirada era tan intensa como las palabras que estaba dejando en mi como mujer... sabía que me descolocaba por completo siempre.

-Vale, me parece lo justo...- Mi teléfono comenzó a sonar, deje un beso fugaz en él y lo busque mientras Paco terminaba de acomodarse.

Paco

Sabía de ante mano que tendría que terminar de hacer el pequeño bolso de Ceci ya que el de la llamada era mi pequeño, recogí lo necesario, botellas de agua, bloqueador, el traje de baño de ambos, una muda de ropa por si acaso, un peine para que ella pudiera acomodarse luego y nuestros lentes de sol.

Cuando tenía todo recogido y listo, sentí como unos brazos delgados ponían un teléfono justo en frente de mi cara, mi pequeño niño fue lo primero que logre ver así que tome el teléfono para poder hablar con el antes de salir, tome a Cecilia por la cintura mientras le contaba a Teoski lo maravillosa que es la playa.

-Enserio cuando vengamos vas a adorar esta playa... ¡Puedes ver los peces desde el pequeño muelle que tiene el hotel!- Teo se carcajeo pero de un momento a otro se detuvo.

-¡Paco, ardilla!- Entendía perfectamente lo que eso significaba, estaba demasiado cerca de su mamá y de una forma u otra esa era nuestra palabra de seguridad para que no hubieran problemas.

-Vale, vale- Le dije mientras salía al balcón alejándome lo más posible de Ceci mientras seguía platicando con él.

-¿Piensas que vamos a poder ir todos juntos?- Esa mirada que me dio me destrozo el alma, de alguna u otra forma le estaba prometiendo algo que a día de hoy no sabía si lo podría cumplir.

-Haremos todo lo posible mi amor, solo quiero que tengas presente que tú y mamá son lo mejor que me paso al llegar a México y eso nadie lo va a cambiar jamás.- El pequeño me sonrió mostrando la fortaleza que yo debería de darle a él, hubo un silencio en mi mente que me hizo darme cuenta que no quería alejarme de ellos dos, que necesitaba conseguir las fuerzas y las agallas para salir adelante por ellos y por mi, mi felicidad dependía de aquello.

Una Noche Para ConfundirnosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora