Capítulo 23

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Cecilia

Y justo allí estaba mi hijo, corriendo para abrazar a Paco.

- Paquito- gritó emocionado mientras él lo cargaba.

-¡Teoski, pero qué guapo estás!- cuando Teo se separó de él, se quedó un rato analizando su nueva apariencia.

- Me gusta este look- le dijo mientras bajaba de él.

- Óyeme, hola para ti también- él sonrió y corrió a abrazarme.

- Hola mami- dijo mientras me daba un beso en el pómulo.

La señora Estela nos saludó a ambos y luego nos sentamos a conversar sobre el día de mi pequeño. Paco lo escuchaba con mucha atención y siempre le preguntaba cosas, y eso hacía que lo amara más, no debía ser, pero así lo siento.

- ¿Ya podemos llamar a Manu?- dijo Teo emocionado.

-Creo que ya, debe estar en su hora de jugar- Paco sacó su teléfono y le marcó.

A los pocos timbres apareció la cara de Manuela en la pantalla, ambos niños se saludaron con emoción, esa conexión que habían creado era grandiosa. Hablamos de todo, Manuela estaba con su nana, que conocí y me pareció simpática. La señora Estela me veía con un brillo en los ojos que no podía entender, solo me encogí de hombros y ella rió. Después de unos minutos nos llamaron a grabar, así que dejamos a los niños en videollamada con la supervisión de ambas nanas.

Al salir del camerino Paco, me detuvo y me giré a verlo.

-Gracias- me dijo mientras tomaba mis manos.

-¿Por qué me das las gracias?- lo miré confundida.

- Por hacer que todo esto esté funcionando bien- yo sólo me encogí de hombros y escapé de él.

No podía estar mucho tiempo con él en un mismo espacio sin querer besarlo. Seguí mi camino y así nos pusimos a hacer lo que Manolo nos indicaba, la cagamos unas cuantas veces y eso nos hacía reír. Siempre que podía le daba unos consejos a Paco y él también me los daba a mí acerca de cómo podíamos llevar la secuencia. Manolo siempre me daba la libertad de crear y hacer a mi antojo, siempre respetando su decisión al final de todo.

Al salir de allí, Paco y yo íbamos hablando acerca de la vida y de las cosas tan injustas que pasaban día a día, me comentó también que había encontrado una forma para que el sujetador no le apretara tanto, ese comentario nos hizo reír a ambos y así fue como entramos al camerino.

Los niños hablaban acerca de lo que harían cuando volvieran a verse, todo sobre nuevos juegos que querían mostrarse el uno al otro. Paco y yo decidimos que ya era suficiente, así que dijimos que era momento de despedirse.

-Bueno, vamos hablando, ¿sí?- le dijo Teo a Manuela, y esta asintió.

-Por supuesto, recuerda lo que hablamos, ¡bye!- ambos hicieron una seña de despedida y la llamada se cortó.

Miré a Estela en busca de una respuesta a lo que ella solo pudo decirnos:

- Sus hijos son maravillosos, es todo lo que diré- nos dijo esto para después salir detrás de Teo, que dijo que iría a saludar a su tío Manolo.

- Bueno, yo me retiro, tengo que cambiarme y ponerme quizás otro tono de maquillaje- yo le asentí y salió de allí.

Teo regresó después de saludar y estar con su tío. Me contó que le gustaba mucho la parte de la edición de la serie y que quería ayudar más seguido, a lo que quedé que siempre que tuviera un tiempo libre estaba en todo su derecho de venir y ver cómo se hacía todo.

Una Noche Para ConfundirnosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora