Capitulo 11

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Me detuve nerviosa frente a la gran estantería en donde detrás estaba la puerta de la habitación de pánico.

-¡Quédate quieto!- escuche a Jairo gritar en el living. Mi corazón latió tan fuerte que me dolió el pecho. Me moví de un lado a otro, tratando de recordar la contraseña.

-Como mierda era...-hable sola mientras movía el mueble. Observe el tablero, no podía ser que me haya olvidado completamente de la contraseña, era la regla principal y yo la estaba cagando. Sentí un grito, pero esta vez salió de la boca de Torres y me quede inmóvil.

-Sabemos que estás con ella ¿en donde está?- hablo un hombre con una espantosa voz y me puse más nerviosa aún. Mire el tablero de nuevo pero fue imposible, estaba totalmente bloqueada.

-Ella no está aquí y si estuviese no la encontrarían jamás.- Jairo sonaba adolorido, como si le estuviesen haciendo daño y entonces me indigné.  Busque un lugar mejor para esconderme ya que la jodida puerta no iba a abrir nunca.
Camine silenciosamente hacia la única habitación cerca de mi, la de Torres. Me disculpe mentalmente antes de ingresar y cerré la puerta tras de mi con cuidado. Ahora que tenía un poco más de privacidad comencé a idear un plan. 
Escuche más golpes y alaridos, lo que me hacía temblar como nunca. 
Pensé y repense hasta que se me ocurrió algo, tenía que ayudar a Jairo y tenía que salvar mi vida al mismo tiempo. 
Camine hacia la ventana, era la única salida posible así que la tomé.

-Putas cortinas de mierda.- dije mientras trataba de desenredarme. Abrí el vidrio de mala manera, ya se me estaba acabando la paciencia con esta situación.
Pase una pierna hacia el exterior y cuando tome impulso para saltar directamente me caí. Por suerte no estaba a una gran altura. Seguía en el piso cuando se me ocurrió llamar a Gloria. Busque en mis bolsillos al móvil y cuando lo encontré marqué el número de ella.

-¿Que pasa?- pregunto desde el otro lado.

-Estoy...-me moví un poco, sabía que levantarme me iba a costar así que me mantuve en el suelo- te necesito.

-Bien, dime dónde estás. Justo es mi día libre y nos debemos una gran charla, con muchas explicaciones.- rodé los ojos.

-Te envío la ubicación, no se muy bien donde estoy.- escuche un golpe fuerte y me acurruque entre las plantas.

-¿Como que no sabes dónde estás? Ya he subido al coche, justo me estaba por ir de compras. ¿Donde está tu novio?

-Solo ven, te explico luego.- termine la llamada y le envíe la ubicación a mi amiga.

También le escribí un mensaje indicándole que estacioné lejos, en una esquina al menos. Si la veían llegar probablemente le harían daño.

Escuche más gritos, probablemente había dos hombres más aparte de Jairo. Sabía que estaba entrenado, se encargaba de asegurarmelo todos los días, pero no creo que pueda con dos personas al mismo tiempo.

Me escondí mejor entre las plantas, mi cuello empezó a picar pero no le preste importancia, lo que sucedía adentro de la casa me tenía más que preocupada. Rogué por que él estuviese bien.

Tal vez este sentimiento es el que tuvo Samuel o Mario antes de morir y no me gustaba para nada, era horrible. Tenía poca conexión con Dios últimamente, pero esta vez me decidí hablarle, sabía que él se encontraba en algún lado y no podía dejarme morir así.

-¿Que cojones haces ahí?- Gloria casi grito al verme tirada entre las plantas. Le indiqué que cierre la boca con una seña y se acercó. Había llegado muy rápido, pero así es mi amiga cuando la necesitaba. - esto no es normal ¿sabes?- se sentó a mi lado, como si fuese un día de picnic. Me arrastre hacia ella y baje su cabeza, si la veían se iría todo a la mierda.

La chica del expediente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora