Capitulo 24

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Abrí los ojos y trate de identificar en donde estaba. Lo último que recuerdo es que nos quedamos mirando películas en la habitación de Jairo, él no quería salir de allí, no podía cruzarse con Luca.

Me moví sigilosamente de su lado, no quería despertarlo. Lo observé por ultima vez antes de salir de la habitación, él se veía mas tranquilo que ayer. Cerré la puerta tras de mi con cuidado y caminé hacia mi habitación. Necesitaba ropa para poder ducharme.

Al ver el reloj que había en mi cuarto, pude darme cuenta que eran las siete de la mañana. Volví al pasillo con mi ropa en la mano y me dispuse a irme a duchar. Pasé por la habitación de Luca y la puerta estaba cerrada. Parecería que ambos custodias estaban cansados de discutir.

Ya relajada salí del baño con el cabello mojado y camine hacia la cocina, en donde me encontré con Luca desayunando.

-Hay café caliente en la máquina.- indicó. Asentí y tome una taza para servirme.- has pasado la noche con el, es tan bueno mintiendo que te la has creído, pensé que eras más inteligente.- comenzó.

-Mira Gonzales, es lo suficientemente temprano como para empezar a discutir ahora.- me serví el café y me senté frente a él.

-Solo estaba exponiendo lo que pienso.

-Pues no te lo he pedido, así que si vas a intentar discutir conmigo hazme el favor de mantenerte callado.

-Ya que has caído en su trampa, haz el favor de cuidarte al menos.

-Si le dieras y te dieras la oportunidad de escucharlo tal vez todo esto termine pronto.

-Sé todo lo que tengo que saber, no necesito más.

-Está bien, entonces deja de quejarte y sigue desayunando.- bebí de mi taza mientras le miraba seriamente. Me había puesto de mal humor.

-Espero que no te arrepientas de defenderle así.- dijo antes de levantarse e irse. Suspire, mi paciencia se estaba agotando.

-Buen día.- entro Jairo esta vez a la cocina, estaba adormilado aún.- No para.- se refirió al otro agente. Había durado pocos minutos mi paz.

-Y no lo hará hasta que no le aclares las cosas.- observe como también se servía café. Se sentó frente a mi, justo en donde estaba Luca anteriormente.

-Mira Stella, que yo te haya contado lo que sucedió no te da el derecho a tratar de solucionarlo. -Le mire, ellos no se detenían en ningún momento.

-¿Sabes lo que me da el derecho? El haberme metido en el medio de todo y a eso no lo he hecho yo.

-Déjalo ya. Ni siquiera yo puedo arreglarlo.- bebió de su café.

-Claro que puedes arreglarlo.

-¿Si? ¿Y de que manera? Te recuerdo que cada vez que hablamos terminamos a los golpes.

-Se supone que eres un agente entrenado, sabrás cómo hacerlo. Sabes tratar con las personas.

-Te recuerdo que él también es un agente entrenado. Y la verdad es que no se si tengo ganas de arreglarlo, todo será un desperdicio de tiempo.- le mire, como había a mirado a Luca.

-Bueno, hasta que no lo arregles entonces no me busques. Ya me tiene cansada todo esto.- me levante de mi lugar, tomé mi taza y comencé a caminar.

-¡Stella! ¡No te pongas así, joder!- se quejó pero no le hice caso y me retiré del lugar.

Camine furiosa hacia mi habitación pero en el camino choqué con Gonzales y todo el café se derramo sobre mi. Era lo último que me faltaba para ponerme de mal humor totalmente.

-Haz silencio.- puso una mano sobre mi boca cuando iba a insultarle y con su cuerpo me empujó contra la pared. Con mis manos trate de separarlo de mi pero obviamente era más fuerte.- no te haré daño, Stella, quédate quieta.- susurro. Entre en pánico cuando vi un arma en su otra mano así que comencé a moverme para liberarme de él. Cuando logre quitar su mano de mi boca atiné a gritar.

-¡Jairo!- era el único que podía ayudarme.

-No grites, joder.- volvió a poner su mano sobre mi boca y unas lágrimas salieron de mis ojos, me aterrorizaba imaginar lo que podría suceder. De un momento a otro sentí como Luca salía de arriba mío, Jairo le había tacleado.

-¿Que mierda haces?- grito furioso.

-Hay gente afuera.- dijo antes de que lo golpee. Torres se detuvo en seco y observo toda la casa desde donde estaba.

-Llévala a su habitación, es la más segura. Yo me encargo de lo demás.- ordenó y salió del lugar corriendo.

Luca se levantó del suelo y se acercó hacia mi agitado.

-Lo siento, debemos irnos.- tomo una de mis manos y me arrastro hacia mi habitación.- espera aquí, no se te ocurra acercarte a la ventana.

-No me dejes sola, van a matarme.- rogué. Ya estaba totalmente cagada de miedo.

-No van a matarte, saldré un segundo y volveré. Espera aquí.- cerró la puerta tras él y me quede allí totalmente paralizada. Mi cuerpo estaba cansado ya de pasar por estos sustos.

Como dijo a los pocos segundos apareció de nuevo en el lugar. Se acercó a mi y tomó una de mis manos, lo observe extrañada.

-Te servirá, tengo que ir a ayudar a Jairo.- dijo poniendo un arma en la misma mano.

-No jodas Gonzales, agarra esta mierda.- me daba terror tan solo tocarla.

-¿Sabes usarla?- pregunto nervioso.

-Claro que no, si la supiera usar no discutirían tanto.- trate de bromear para liberar un poco de nervios pero no me sentí mejor. Volvió a agarrar el arma y la acercó a mí lo suficiente para que viera lo que hacía.

-Tienes que quitarle el seguro, apuntar y disparar. Trata de que le dé a alguien que no seamos Jairo y yo.- le mire con terror mientras me mostraba lo que debía hacer.

-No voy a usarla.- la puso entre mis manos nuevamente y mis músculos se aflojaron.

-La usarás sólo si es necesario.

-Esto no es una buena idea.

-Lo se, pero es la última opción que nos queda para que no te hagan daño.- me observo por unos segundos y camino hacia la salida.- estarás bien.- cerró la puerta y temblé. Esto no podía estar pasando.

Mire el arma entre mis manos, ni siquiera quería moverme por si se disparaba sola.
Observe toda la habitación, tenía que esconderme en algún lugar y comenzar a rezar cuanto antes.

La chica del expediente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora