Capitulo 30

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-Primero un pie y luego el otro.- indicó, como si fuese una niña que recién esta empezando a caminar. 

-¿Piensas que si me resultara tan fácil no tendrías que ayudarme?- ya me había puesto histérica, no podía caminar, el alcohol hizo estragos en mi cerebro. 

-Sería fácil si me dejaras cargarte.- volvió a insistir. Ya me lo había repetido tres veces. No quería que me cargara, nadie nunca lo había hecho y me sentía incomoda con tan solo pensarlo. Era demasiado pesada como para que haga ese esfuerzo. Me detuve en seco y le miré.

-No me cargarás.- afirme. Irnos a la habitación estaba siendo una misión super difícil. Le mire divertida, había dos Jairos a mi lado.- eres guapo, guapo por dos.- me miró extrañado y sonrió.

-No fue buena idea haber tomado tanto vino.

-Fue una buena idea, no me arrepiento de nada.- me hice la superada para poder seguir caminando pero me fue imposible. Volví a detenerme en seco, el solo se mantenía a mi lado sosteniéndome.- Tengo una idea.

-No.- dijo antes de que planteara lo que pensaba.

-Solo escucha y mira.- me prestó atención.- ¿Qué esta mas cerca? ¿la habitación o la piscina?

-No.- volvió a repetir. 

-Le preguntare al otro Jairo. ¿Qué queda mas cerca?- sonreí divertida y él también.- vamos a la piscina.

-Es lo suficientemente peligroso ir a la piscina ahora, mañana cuando se te haya pasado todo puedes ir.- puse mala cara, cuando se planteaba ser borde, lo era. 

-Eres malo.- dije en su oído.

-Tienes la regla.- me hizo recordar y me quede en silencio, era verdad. 

-Eso no cambia tu maldad.- sonrió y caminamos creo que cuatro pasos mas hacia adelante.- Podemos...tengo otra idea.- lo vi rodar los ojos y le pegué levemente en el pecho.- nos sentaremos en las tumbonas, tranquilos, viendo a la piscina desde lejos.- plantee y se lo pensó, lo había conseguido. 

-¿Dormiremos ahí?- pregunto, creo que le gustaba la idea. Asentí enérgicamente.- Esta bien, acepto.- una sonrisa se desplego entre mis labios. Caminamos hacia allí con algo de dificultad. Había una hermosa noche, cálida y llena de estrellas. Me senté en una tumbona y disfrute de la vista, la piscina tenía luces debajo del agua y se veía preciosa. Jairo se sentó en una tumbona a mi lado.- ha sido una buena idea.

-Lo se.- estaba conforme con mi cerebro, a pesar de todo, lograba pensar un poco. Estuvimos en silencio lo suficiente como para que cerrara los ojos, ver a Jairo antes de dormir era una de las cosas mas maravillosas que me había pasado. 

Un extraño ruido me hizo despertar sobresaltada, busque a Torres a mi lado pero no estaba así que me asuste. No sabía cuanto tiempo había estado durmiendo, pero creo que era el suficiente como para que me haya comenzado a doler la cabeza. 

Mire hacia todos lados, aún era de noche y estaba todo tranquilo. Vi movimientos en el agua y enfoqué mejor mi vista. De repente pude ver como Jairo salía de ella totalmente empapado y con nada de ropa excepto un bóxer. 

-No puede ser verdad.- dije al ver su hermoso cuerpo.- Dios bendiga a esa piscina y a todos los que entran en ella.- hable sorprendida. Restregué mis ojos, podía estar alucinando. 

-El agua esta tan preciosa como tu.- dijo acercándose. No quería y lo juro, pero me llamo la atención su entrepierna así que fije mis ojos allí.- Stella...- sentí como llamaba mi atención. 

-Lo siento.- dije tratando de poner mis ojos en otro lado. Por un momento maldije tener la regla. Me moví incomoda en la tumbona, ese movimiento me costo un mareo insoportable. 

-Aproveche que dormías para darme un chapuzón. 

-¿Estuviste despierto todo este tiempo?- pregunté tratando de centrarme en él. Asintió. 

-No he podido dormir, roncas.- informó divertido y me dio vergüenza, no tenía idea de eso. 

-Lo siento.- repetí.

-No te preocupes, puedo acostumbrarme.- se sentó a mi lado, ver las gotas de agua pegadas a su piel algo bronceada era una maravilla. Si me hubiesen contado antes del robo que tendría que convivir con dos hombres guapos en una mansión lejos de la cuidad probablemente me hubiese reído hasta el cansancio.- ¿Estas mejor?- preguntó observándome.- tu ojo esta cada vez mas hinchado.- ni siquiera me había acordado de eso. 

-Curará solo.- hablé convencida. No me dolía, tal vez por eso no sufrí cuando pase mis manos por mis ojos.

-¿Hay una pool party o que?- Gonzales se acerco a nosotros aún adormilado.- son las cinco de la mañana ¿Qué hacen despiertos?

-Estoy ebria.- respondí. Luca miro a Jairo tratando de verificar lo que dije y éste asintio. 

-¿Que ha pasado con tu ojo?- pregunto sentándose en otra tumbona. 

-Una pelea feroz entre un destapador y yo.- me observo divertido, sabía que era capaz de eso y mucho mas. 

-¿Le has curado?- le preguntó a Torres y éste volvió a asentir. Por ahora estaban tranquilos y lo agradecía, si se ponían a discutir ahora se me reventaría el cerebro.- ¿Cómo esta el agua?

-Bien, cálida.- respondió Jairo. Gonzales comenzó a quitarse la ropa y yo ya no sabía donde meterme. Verlos a ambos sin ropa, con esos bóxer que dejaban mucho a la imaginación no me haría bien. Así que en cuanto Luca se tiro a la piscina me levante de mi lugar. 

-¿A donde vas?- pregunto Jairo.

-A dormir, tengo sueño.- mentí, estaba totalmente despabilada y como para no. La escena que había montada frente a mi era mucho. 

-Te acompaño.- se levanto junto a mi. 

-¿Me dejaran solo aquí? malas personas.- dijo Gonzales y volvió a hundirse en el agua.

-Quédate con el.- ordené. Torres me observo extrañado, aun no descubría que estaba tratando de evitar verlos casi desnudos. 

-¿Estas segura? ¿No quieres que te ayude?- insistió y negué. Camine con un poco mas de control, al menos podía hacerlo sola. Cuando ingrese al living sentí como Torres me volteaba bruscamente.

-No vuelvas a hacer eso o vomitaré aquí mismo.- dije tratando de calmar mi mareo. 

-Lo siento, solo quería darte un ultimo beso antes de que te vayas a dormir.- sonreí enternecida y le besé. Aun estaba mojado y si seguía besándolo no podría controlar mis impulsos.- Te quiero.- dijo en un susurro. Le di un corto beso en los labios y me voltee para irme a la habitación. Me sentía bien, a pesar de todo. 

La chica del expediente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora