Capítulo 58: Fríos psicopatas

1K 69 6
                                    

Narra Alexandra

Salimos de nuestra última clase del día, Fred, George, Mattew y yo habíamos acordado vernos ésta tarde luego de las clases, pero lamentablemente eso no sería posible debido a que la fuente rosa de Umbridge, nos había castigado a Harry y a mi, así que ahora nos encontrábamos en dirección a su oficina.

- ¿Ya te habían castigado antes Alexandra? - me preguntó mientras caminábamos y negué con la cabeza - ¿ni siquiera con los gemelos?

- Bueno en una ocasión si, nos hicieron acomodar libros en la biblioteca pero después de eso, cuando nos llegan a descubrir en alguna broma ellos se echan la culpa y no me dejan meterme, dicen que es porque no quieren que yo tenga más problemas, y que ellos ya están acostumbrados a los castigos - dije encogiéndome de hombros, giramos en una esquina y continuamos caminando.

- Alexandra...

-¿Si?

- ¿Tú si me crees cierto? - me preguntó viéndome y lo miré confundida.

- ¿Creerte que cosa?

- Que Lord Voldemort ha regresado - exclamó serio.

Suspire y lo miré a los ojos.

- Harry, el fue quien asesinó a mi madre, Willow, él asesinó a Cedric, y en el verano envió a mortifagos a mi casa para asesinar a mis padres Christopher y Elizabeth, además estoy aquí por pelearme con esa señora, así que si Harry, si te creo - respondí lo más calmada que pude.

Harry se puso un poco nervioso y jugaba con el tirante de su mochila.

- Tienes razón, perdón. - murmuró bajando su mirada.

- No tienes porque pedir perdón, creo que en estos tiempos, ya no se sabe quien está de nuestro lado.

Harry asintió apenado viéndome, pero ya habíamos llegado a nuestro destino, ambos nos dimos una mirada dudando en quien debería de tocar la puerta primero, así que lo hice yo.

-Adelante- se escuchó su voz desde adentro en un intento de sonar dulce, y claramente el intento había sido fallido.

Al entrar a la oficina tragué en seco, esta mujer de verdad amaba el rosa, y los gatos, ella se puso de pie al vernos con su sonrisa forzada de siempre, Harry y yo nos vimos fugazmente y regresamos nuestra mirada al frente mirando a la profesora

- Siéntense por favor - exclamó haciendo referencia a dos pequeños pupitres que había para nosotros frente al escritorio de ella, así que nos sentamos - todas las tardes durante una semana estarán viniendo a mi oficina a cumplir con su castigo, sin excepción alguna.

- Pero profesora, las prácticas de Quidditch comen...

Trató de hablar Harry, sin embargo fue interrumpido por la profesora.

- No irá a las prácticas de Quidditch hasta que cumpla con su castigo - vió los pupitres y luego a nosotros, sonriendo - en sus mesas encontrarán una hoja, deberán de escribir "no debo decir mentiras".

La profesora se sentó en su asiento viéndonos, así que Harry y yo nos dispusimos a sacar nuestra tinta y plumas.

- Oh no, no, no saquen su tinta y plumas, yo ya tengo unas listas para ustedes - sonrío con cierta malicia entregándonos a cada uno una pluma negra.

- ¿Y la tinta? - pregunté confundida.

- No la necesitarán, ahora comiencen a escribir la frase.

Harry la miró preguntando.

- ¿Cuantas veces? - al hacer esa pregunta la sonrisa de Umbridge creció.

- Hasta que quede les quede claro.

Ambos asentimos y comenzamos a escribir, al principio parecía que la pluma no tenía tinta pero después de escribir un poco más, mi mano comenzó a doler, vi a Harry y se veía igual o peor que yo, conforme escribía veía como la frase se estaba marcando no solo en papel, si no también en mi piel y en la de Harry. Apreté mis labios mientras aguantaba el dolor y continuaba escribiendo sin parar, solo quería que esto terminara rápido.

- Pueden parar, creo que por hoy, quedó bastante claro, ¿no es así señor Potter y señorita Riddle? - dijo Umbridge sonriendo cínicamente y ambos asentimos - pueden retirarse y recuerden que nada sale de aquí, no querrán mentirles a sus compañeros.

Harry y yo solo la escuchamos, saliendo de la oficina, nuestras manos sangraban, vi a Harry y el se acercó más a mi.

- ¿Te duele? - preguntó sosteniendo mi mano con las marcas, observando la herida, negué.

- Solo me arde, pero sé que más tarde empeorará, usaré una de las pociones que tengo en mi cuarto, tal vez ayuden y así los chicos no se preocuparan, ven te pondré a ti también - exclamé y el asintió siguiéndome hasta mi dormitorio sin que nadie nos viera, debido a la regla que existía sobre las habitaciones de chicas a donde los chicos no pueden entrar.


Me encontraba con Draco, las pociones habían funcionado para ocultar la herida, sin embargo cuando él tomó mi mano para entrelazarla con la suya solté un quejido, obligándome a contarle lo que había ocurrido, y bueno ahora estoy con un Draco dramático y malhumorado.

- No cariño, espera a que mi padre se entere de esto, esa señora está loca no entiendo como es que mi padre se lleva con ella o bueno si, los dos son igual de fríos y psicopatas - decía de manera rápida mientras que Blaise, Theo y yo lo observábamos en silencio escuchándolo - Dumbledore si esta loco entonces, ¿como no se da cuenta de lo que esa señora está haciendo?, mira lo que te hizo - tomo mi mano con delicadeza - No volverás a esa oficina Alexandra.

- Draco debo hacerlo o será peor, es capaz de suspenderme.

- ¿Y porqué no hablas con tu Snape?, digo, ¿es tu padrino a fin de cuentas no? - preguntó alzando ambas cejas.

- Si Draco, pero no lo molestaré solo por estas cosas, ademas no depende de él que Umbridge esté aquí, la culpa es del ministerio.

Draco parecía estar a punto de decir algo, pero de manera inesperada llegó Snape.

- Señorita Riddle, venga conmigo - exclamó serio, vi a los chicos un poco confundida y tome mi mochila.

- Ya vuelvo - Les dije y seguí a Snape - ¿ocurrió algo?

- No, aún no, pero el profesor Dumbledore quiere verte.

- ¿Verme?, ¿puedo saber porque?, Harry tiene días intentando hablar con él y no hay una señal de vida de él y de pronto aparece.

Snape me miró a los ojos serio, así que guarde silencio y entramos q la oficina del profesor, se puso de pie y se acercó a mi.

- Alexandra, es bueno que estes aquí, escucha Snape y yo necesitamos hablar contigo - los miré a ambos, así que Dumbledore continuo hablando - dadas las circunstancias, y la situación actual por la que estamos pasando, temo decirte que posiblemente Tom venga por ti más pronto de lo esperado, eres una bruja muy poderosa Alexandra, aún no estás en todo tu exponencial, y es por eso - miró a Snape y luego a mi - que Snape y yo seremos tus tutores, ambos te mostraremos cada hechizo que conocemos, sea verbal o no verbal, aprenderás a manejar tus habilidades, para que estes lista, cuando el gran día llegue. Te entrenaremos, serán días duros, pero no tan oscuros como los que están por venir.




¡Hola!

Prepárense para los entrenamientos de Alexandra, más cosas están por venir.

Una disculpa por no haber publicado en estos días, han sido días bastante ajetreados, pero quiero agradecerles por las 15k lecturas y 1k votos, sin ustedes nada de esto sería posible, son ustedes quien me impulsan a seguir escribiendo, cada comentario, cada mensaje que me envían al privado me motivan, de verdad muchas gracias chicos.

Los ama,

-Thirteen_SC

Alexandra Riddle (En pausa)Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin