32- "Consecuencias Consecuencias..."

887 67 36
                                    

Alice se mantenía recostada sobre el pecho de George, mientras este dormía plácidamente mientras sus brazos apretaban el cuerpo de la Pelinegra.
Alice podía escuchar cada uno de sus latidos y suspiros, estos eran lentos y reflejaban tranquilidad absoluta en el, tranquilizando y dándole una sensación de paz a la pelinegra sobre el.
Comenzó a perderse en sus pensamientos, el pelirrojo protagonizaba cada uno de ellos, mientras una sonrisa tonta se formaba a su rostro.

De repente la nube de pensamientos que nublaba sus ojos se perdió por el aire al escuchar el ruido de alguien llamando a la puerta, aflojó los brazos del pelirrojo que estaban al rededor de ella para levantarse y dirigirse hacia la puerta.
La pelinegra abrió la puerta encontrándose con cierta rubia irritante detrás de ella, que al verla solo le hizo una mirada de desprecio.

-Ah, tu. -escupio rebajandola con la mirada.

-Hola Aideen, también me alegro de verte. -Alice miro dirigiendolo una sonrisa débil.

-Necesito ver a George.

-Esta durmiendo.

La rubia chasqueo la lengua.

-¿Y? despiertalo. -Ordeno Aideen, recibiendo una mirada fulminante de la pelinegra.

-No, llegó cansado de sortilegios, repito: está durmiendo. -Alice atino a cerrarle la puerta, pero sin hacerlo.

-No me interesa.

-Vuelve mañana.

La rubia empujó a Alice, haciéndola trastabillar y perder el equilibrio, por suerte pudo estabilizarse antes de que cayera.

-¡Aideen!. -llamo la pelinegra mientras veía como está se dirigía hasta la habitación donde George seguía durmiendo.

-¡Despierta idiota!. -Aideen zarandeo al pelirrojo, haciendo que este se sobresaltara.

-Aideen ¡¿que mierda?! -George se levantó rápidamente de la cama, mientras caminaba en dirección a Alice poniéndose a su lado.

-Necesito hablar contigo.

-No puedes venir a mi departamento, empujar a Alice y menos despertarme de esa forma.

-Alice, ¿Puedes irte?. -Aideen miro fulminante a Alice, haciendo que está saliera de la habitación sin problema alguno.
Una vez que cerró la puerta, George volvió a girarse hacia la rubia.

-¿Que?. -pregunto mientras acomodaba su camisa.

-¡Me dijeron que quieres casarte con Alice! ¡¿Cómo mierda te atreves?! ¡George no puedes hacerme esto!. -la rubia parecía apunto de quebrar en llanto.

-Aideen, la amo, no tienes nada aue ver en esto aparte. -el pelirrojo se acercó y tomo una camisa nueva.

-¡Tu no sabes cuánto te sigo amando, necesito que estemos juntos! ¡Nosotros somos el uno para el otro, no puedes hacerme esto! ¡No puedes casarte con ella!.

-Lo haré.

-¡Eres un idiota! ¡No sabes lo que haces George!.

-No te cuesta nada, absolutamente nada aceptar que la amo a ella.

La rubia parecía apunto de estallar en lágrimas.

-¡No lo permitiré! ¡No dejaré que te cases con ella!.

George bufo.

-Aideen, ya hablamos de esto hace tiempo, quedamos en que...

-¡Mierda George, todo fue mentira! ¡Yo no permitiré que te cases con ella, antes estará muerta!.

Alice Gales Y El Traidor de la Sangre | George W | +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora