7

4.9K 557 90
                                    

SIETEGET OUT OF DOWN THERE, DUMMY

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

SIETE
GET OUT OF DOWN THERE, DUMMY

ERICA REYES
Tenías razón, el kanima es Jackson.

LIZ BENNETT
¿Cuándo no tengo razón?

ERICA REYES
Cuando dijiste que tus zapatillas se me veían bien. Me quedan horribles.

LIZ BENNETT
De acuerdo, lo admito. ¿Dónde estás?

ERICA REYES
En detención.

LIZ BENNETT
¿Bromeas? Agh. No pienso esperarte.

ERICA REYES
Eres una pésima amiga.

LIZ BENNETT
Y esta pésima amiga se va en su camioneta. Adiosito.

Bloqueó su celular, para caminar hasta su camioneta, en cuanto subió, sintió la presencia de alguien más. Suspiró.

—¿Sabes que puedo sentir los susurros de cientos de personas en el Otro Lado que me dicen que estás en mi camioneta? Sal de ahí abajo, tonto —contestó.

—Esto hubiese sido más gracioso si hubieses sido una simple mortal. Pero no, tenías que ser una Bennett.

—Tengo un par de preguntas —contestó, encendiendo la camioneta, pero aún sin salir del estacionamiento—. Uno, ¿cómo demonios me encontraste si todo el mundo te odia y además de que nadie sabía? Dos, ¿qué haces aquí? Tres, ¿nueva camiseta? Me gusta.

—Uno, hice que una bruja te rastreara a la fuerza o sino cortaría su cabeza; dos, estaba de pasada y decidí darte una visita en cuanto descubrí que saliste de Mystic Falls; y tres, sí, es nueva, de hecho también me gusta.

Se rió, para abrazarlo con fuerza. Estaba segura de que su abuela no aparecería porque o sino estaría gritándole en distintos idiomas, o cualquier otra ancestra de ella, pero, no le importaba realmente.

—Hace meses que no te veía —sonrió, para comenzar a andar.

—Hace meses pensé que esta chatarra moriría —se burló, ganándose un golpe en el hombro.

—Esta basura está llevando tu trasero a mi hogar, Mikaelson. Sé algo más agradecido y cómprame una camioneta nueva.

Se detuvieron por un helado. Gracias a la hipnotización, cosa a la que Elizabeth quiso negarse pero perdió, no pagaron nada. Se sentaron alejados de la multitud, para que nadie escuchara las locuras –no para ellos, claro– que saldrían de sus bocas.

—Sabes que somos amigos, y que me adoras porque o sino me hubieses matado hace mucho tiempo, o bueno, intentado, porque soy más fuerte que tú —comenzó Elizabeth, hablando rápidamente—, pero no creo que llegues a romper una maldición de más de mil años, Klaus.

𝑩𝑳𝑶𝑶𝑫 // 𝑾𝑨𝑻𝑬𝑹 • 𝐈.𝐋Donde viven las historias. Descúbrelo ahora