𝑩𝑳𝑶𝑶𝑫 // 𝑾𝑨𝑻𝑬𝑹 • 𝐈.𝐋

𝒄𝒉𝒓𝒊𝒔𝒕𝒎𝒂𝒔 𝒔𝒑𝒆𝒄𝒊𝒂𝒍

au
alternative universe

El timbre de la casa sonaba constantemente cada dos segundos. Con un gruñido de enojo digno de Derek, bajó las escaleras a zancadas. En cuanto abrió, una alegre rubia estaba frente a ella.

—¿Qué? —preguntó de mala gana. Utilizaba una camiseta grande, pantalones navideños y su cabello cubría la mayor parte de su cara.

—¡¿Cómo que "qué"?! —preguntó emocionada— ¡Hoy iremos a decorar la escuela!

—Cassie, son... —revisó su celular— Son las ocho de la mañana. En serio odio que tengas la emoción de tu hermana.

—Caroline se levantó a las seis, tienes suerte de que no llegué antes —contestó—. Te quiero al menos a las diez de la mañana en la escuela, ¿entendiste? Iré a buscar a las chicas.

Ni siquiera le dejó pelear cuando ya había corrido a su auto para escapar de ahí.

Cerró la puerta de un portazo, volviendo a subir a las escaleras y lanzándose a su cama, donde esperaba dormir un poco más. En el proceso, un cuerpo a su lado se removió en lo que ella se quitaba los molestos pantalones de pijama casi con los ojos cerrados.

—¿Cassie y Caroline? —preguntó la otra persona luego de un bostezo. Llevaba despierto incluso antes de que ella despertara, observándola dormir, y había fingido estar dormido en cuanto ella se levantó.

—Sólo Cassie, por suerte —murmuró, cubriéndose entera con el edredón, soltando un quejido—. Quedémonos aquí para siempre.

Se rió, por el simple hecho de que encontraba muy tierno de su parte sus actitudes, además de que habían interrumpido su sueño. Con cuidado, dejó que ella se acomodara en su pecho mientras le abrazaba y peinaba su cabello, para que al menos pudiera conciliar el sueño de nuevo, cosa que no hizo.

—¿No puedes noquearme para quedar inconsciente y así dormir un poco más? Lo necesito —la sola propuesta lo hizo volver a reír, mientras besaba su frente.

—No suena a una buena idea, Beth.

Sonrió al escuchar su apodo. Cuando alguien más se lo decía lo odiaba y repudiaba, pero no era el mismo caso cuando él lo hacía, sino todo lo contrario.

Un teléfono comenzó a sonar en la habitación. En cuanto ella lo revisó, suspiró.

—Es ella.

Con enojo, dejó el celular en la mesa de noche, alejándose de él lo más posible, quedando a la orilla de la cama. Eso no le gustó para nada, por lo que con su fuerza la volvió a atraer por la cintura.

—Sé lo que estás pensando —murmuró, para darla vuelta como si se tratara de una pluma—. No quiero que creas por un segundo que me sigue gustando, Beth, ¿entendiste? Me gustas tú, sólo tú.

—Pero... —comenzó.

—"Pero" nada —le cortó, llevando una de sus manos a sus mejillas—. No la amo a ella, te amo a ti.

Aún así, Elizabeth se sentía insegura. ¿Cómo no iba a hacerlo? Tan sólo llevaban unos meses de relación que ella sentía irreales y que no quería que se arruinaran por ex parejas.

La morena juntó sus frentes, cerrando sus ojos por tan sólo un momento, respirando con profundidad, intentando aunque sea un poco disminuir esos pensamientos que le consumen cada día al tener que llevar una relación secreta.

Estaba a punto de volver a quedarse dormida, cuando un celular los hizo brincar a los dos del susto. Con enojo, contestó.

—¡¿Qué?!