imagina: reiner pierde una apuesta y terminas por teñirle el cabello azul
nota: ambientado en el universo moderno.
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La (c/c) llevaba en una de sus manos la caja en donde estaba el tinte con el que le pintaría el cabello a su novio. Hace una semana habían apostado sobre un juego de fútbol americano, claramente el equipo al que le iba (n) ganó, lo que provocó un leve berrinche en Reiner porque sabía que perdió y que debía teñir su hermoso cabello rubio a uno azul que seguramente no le quedaría bien.
—Vamos Reiner, has perdido la apuesta, te toca pagar con tu cabello. —Agitó de un lado a otro la caja en sus manos y caminó hacia el rubio de brazos cruzados.
—Era solo un juego, una tontería, no pienso teñirme el cabello de azul.
—¡No, ahora no me vengas con eso! —Frunció el ceño enojada. —¡Tienes que cumplir, has perdido, Reiner! —Bufó, llevando su mano izquierda a su cintura, esperando a que Reiner se pusiera de pie.
—Mi madre me matará si me ve con el cabello azul.
—Puras excusas. —Puso los ojos en blanco y suspiró. —Tu madre ya lo sabe, yo le dije y sí, casi le da algo. —Rió bajo, recordando la cara que puso la señora Braun. —Pero dijo que no habría ningún problema, que cumplieras con nuestra estupidez y sí no me crees, llámale y pregúntale.
Reiner la miró, creyendo lo que dijo. Se puso de pie, nervioso por como se vería con el cabello azul y caminó con ella al baño de su casa. Tomó asiento en la tapa del inodoro y suspiró.
—¿Estás nervioso? —Cerró la puerta tras de si.
—Sí.
—Esta fue tu idea, solo la seguí porque me pareció divertida, creí que perdería, en serio. —Dijo mientras preparaba el tinte. —Pero no puedo creer que seas tu quien tendrá el cabello de azul... Aunque no importa, todo te queda bien, cariño. —Le sonrió y él se sonrojó de golpe. —¿Estás listo?
Reiner tragó saliva y asintió, dejando que ella hiciera su trabajo.
..
Luego de cierto tiempo, era momento de ver como Reiner había quedado. (n) no se veía muy convencida, intentó sonreír, pero solo hizo una mueca extraña que asustó a Reiner, en sus pensamientos reinaba un "maldición, ¿por qué he apostado con esta mierda?"
—Bien, antes de verte en el espejo, quiero que sepas que sigues siendo el mismo chico guapísimo al que amo. —mintió, acariciando levemente la cabellera de él y besó su frente.
Reiner se puso de pie y caminó con dirección al espejo del baño. Se espantó al verse así.
—¡(n), me veo horrible con azul! —Exclamó, volteando a mirar a su novia, quien apretaba sus labios y tenía el ceño fruncido. —¡Quiero volver a ser rubio! —Tomó un puñado de su cabello y le dio un jalón suave, se desesperó.
