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“La vida no es un problema para ser resuelto, es un misterio para ser vívido” —Autor Anónimo.

Sam Ackerman

Era una noche oscura de noviembre; el viento azotaba de manera brusca la ventana de mi habitación. Ahí estaba yo, sentado al lado de mi escritorio tomando chocolate…
 
Okey, no, no seamos tan dramáticos.
 
Si, era una noche de noviembre, pero el viento no azotaba mi ventana y mucho menos estaba tomando chocolate en mi escritorio, solo estaba aquí en mi cama pensado estupideces.
 
En fin, como les decía… ¿Es muy normal estar a las 12:00 AM sin poder dormir por pensar en lo estúpida que es mi existencia?, yo lo encuentro muy casual, ¿no…?
 
Ustedes me conocen mejor que yo en verdad, saben mis problemas familiares y todo eso.
 
Por ejemplo: Que tengo padres muy estrictos. Son el tipo de padres que no pudieron cumplir sus sueños y metas en la vida y quieren que sus hijos lo cumplan por ellos, aunque esa no sean lo que sus hijos quieren en verdad… Sí, ese tipo de padres.
 
También que estoy severamente confundido con mi orientación sexual, en una familia muy, pero muy, pero demasiado católica. No sí, la oveja negra de la familia.
 
Sí, muy buena mi suerte también.
 
Volviendo la realidad, observo mi panorama, estaba recostado en mi cama con la mirada fijada en un punto inespecífico del techo.
 
La tristeza recae en mí de repente. Estos “Bajones” como le digo yo, me pasan muy seguido. Son momentos en los que me puedo sentir lo más feliz del mundo y de repente todo mi ánimo y buen humor recae y me sume en una tristeza densa llena de lamentos, y mi mente, para colmo ayuda a dicha tristeza a volverme más loco de lo que estoy.
 
Llegan momentos en que me siento tan mal que solo queda una sola opción en mi cabeza, y esa es acabar con todo este sufrimiento de una puta vez.
 
Acabando con mi vida. No me considero una persona que sufra con depresión, porque ajá, vivo triste siempre y tengo estos pensamientos suicidas, pero no me considero un chico depresivo, sino un chico con severos problemas de personalidad que quiere acabar con todos sus problemas.
 
Los he confundido se sobre manera, así soy.
 
No me entiendo ni yo mismo, ¿Tal vez sea por qué toda mi vida la he pasado esclavizado del pensar de mis padres y de la sociedad?; soy un cero a la izquierda.

De repente me levanto de mi cama y me dirigí hacia la cocina por unas ganas repentinas de beber agua.
 
Normal, en un momento de tristeza absoluta el mejor antojo que te puede surgir es beber agua.
 
La cocina está completamente apagada, todo está sumergido en una negrura absoluta en la que con mucho esfuerzo solo puedes ver un poco. Ya en la cocina, no quise encender la luz ya que no me apetecía en ese momento.
 
Caminé hacia la nevera, la abro y de él me sirvo mi vaso de agua fría. Rico antojo para ser la 12:15 AM, eh.
 
Un sonido fuerte me espanta en ese momento, hace que todos los pelos de mi piel se ericen rápidamente.
 
Viene de la puerta.
 
¡¿Quién diablos se le ocurre tocar la puerta de alguien a las 12:15 AM?!
 
Me dirigí sigilosamente hacia la puerta, muy confundido aún. Es que, en serio, no me entra a la cabeza que alguien pueda estar tocando a esta hora de la madrugada a la puerta de alguien así por así.
 
Ya estando en la puerta, me lo pienso mucho para abrirla, es que no sé, puede ser un violador de niños guapos el que esté ahí afuera y venga a dañar mi perfecto cuerpo.
 
Puedo ser una basura, pero mejor que todos, querido.
 
Me decido a abrir la puerta y me encuentro con nada más y nada menos que… ¿Un paquete?
 
 
 

Entre confusionismos y trastornos no deseados.Where stories live. Discover now