Despertó primero para asearse y preparar el desayuno para su hija que anoche se había cambiado para dormir entremedio de ella y Chaeyoung.
Al estar listo y decorado el desayuno de una forma tierna regreso arriba para levantar a sus dos amores, entonces una sonrisa tierna apareció cuando vio a ambas híbridas sentarse al mismo tiempo sobre la cama.
Con sus playera grande que les quedaba holgadas, se restregaron los ojos con el puño, después se estiraron alzando ambos manos y cayeron hacia atrás quedando acostadas una vez más.
- Hey hora de ir a clase y trabajo.— las dos negaron al mismo tiempo con la cabeza.— sus orejitas hacia abajo y su cola estaba quieta hecha una dos curvas como la S.— Vamos cariños tienen que despertar.
- ¿Qué nos darás a cambio? — hablo su esposa, ambas híbridas sonrieron y soltó un suspiro.
- ¿Qué quieren?
- Danos tu mejor oferta.— dijo su hija sentándose.
- Así que se pusieron de acuerdo.
- Tal vez...- Chaeyoung también se volvió a sentar.
- Un poco más de jarabe en el waffle, saben que si comen mucho les dolerá el estómago así que por favor acepten esa oferta.
Ambas asintieron, se inclino para depositar un beso en sus frentes antes de volver a bajar, espero que su dos amores bajaran para desayunar y cuando lo hicieron cumplió su palabra.
Era como cuidar a dos pequeñas porque Chaeyoung también terminaba igual que su hija, con la boca y mano sucia así que agarraba un pañito para limpiar.
Se dirigió primero a la escuela de su hija para dejarla, le dieron un fuerte abrazo y beso en la mejilla.
La hora de receso llegó y todos los niños salieron del salón de clase, ella también pero a diferencia de los demás estaba sola.
Se sentó en una pequeña banca para comer su sándwich y sintió un leve golpe en su mano que lo hizo tirar al suelo.
- Este es nuestro lugar. — dijo una niña que era de otro curso.
- Pero yo llegué primero.
- No me importa vete o te la veras con nosotras.— dijo señalando a sus dos amigas atrás suyo una de ellas también híbrida pero la diferencia es que si podía esconder su cola y oreja mientras ella a veces no podía.
Se levantó y se fue del lugar agarrando su lonchera, camino al pequeño parque que tenían para poder subirse al columpio y jugar un ratito pero antes de llegar fue empujada haciendo que cayera a la arena y otros niños se rieran.
Los que eran como ella solo miraban hacia otro lado con tristeza pues como se había dicho antes ellos no habían sido descubiertos, sabían controlar su forma a diferencia de ella, lo sabia también porque el olor era más fuerte entre ellos y solo podían identificarse así.
- Mira por donde caminas fea.
- Cuidado te pasa la rabia.
- Si dejala, después nos ataca.
- No quiero que un perro sucio se acerque mucho.
Su ojos se llenaron de lágrimas que ardían, los miro con odió pero no podía hacer nada.
- Ustedes miren por donde van.— apareció una chica de cabello negro hasta los hombros empujando al niño que le había hecho lo mismo a ella.
- Oye que te pase Zhou.
