Exquisitas tentaciones [Hazbin Hotel y tú]

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Doblaba sus prendas con cuidado y las colocaba en la maleta, solo escuchaba al demonio delfín quien daba vueltas y vueltas en la habitación sin parar de hablar.

—¿¡Pero cómo mierda es que el demonio de la radio estaba ahí!? —Gritó sin tapujos, al parecer se arrepentía de haberla enviado— ¡Ese cabrón tiene algún plan y esa princesita no puede ser tan ingenua!, mejor quédate _____, estar cerca de un Overlord solo puede simbolizar problemas.

—Firmé el contrato, y lo consideré mucho antes de hacerlo —Alzó su vista solo algunos segundos.

—No me jodas, ¿viste a ese Overlord y aún así firmaste? —Se notaba exasperado— ¡Dime qué te drogaron de camino hacia allá al menos!.

—Nop, no tomé ni comí nada de camino allá —Deslizó el cierre de la última maleta— Solo pensé que si el demonio de la radio quisiera hacer algo contra el hotel ya lo habría echo —Tomó con dificultad las maletas y se acercó Aukai tomando unas cuantas— Confía en mí.

—Tch —Masculló el demonio— No bajes la guardia.

—¿Cuándo he hecho eso? —Cerró los ojos a sabiendas de la respuesta.

—¡Todo el tiempo! —Rodó los ojos.

Ambos rieron y salieron del cuarto, bajaron las escaleras y pasaron por la cafetería, aún no abrían, no estaban seguros de como reaccionarían los clientes si veían que ella se iba de ahí por lo que habían decidido que se iría temprano. Saliendo de la cafetería encontraron una limosina justo en frente.

Unas sombras salieron de esta yendo hacia ellos asustando al demonio azúl en el proceso, sin embargo lo único que ocurrió fue que les quitaron las maletas y las llevaron al maletero de la limosina.

—Gracias —Dijo la rubia.

—¿Nos acaban de asaltar? —Se quedó quieto Aukai.

—¿¡Qué lo ha llevado a esa conclusión, caballero!? —La voz inconfundible del demonio de la radio se escuchó detrás de ellos, provocando un grito en el demonio azúl— ¡Mis amigas solo ayudan con la pesada carga, no se preocupen por ellas! —Sonrió y entrecerró los ojos.

—Demonio de la radio —Saludó _____ viéndole con sorpresa.

—¡Hola de nuevo! —Alzó su mano para concretar un saludo hacia ella, no obstante antes de que pudieran darse el apretón, el demonio delfín tomó los hombros de la chica haciéndola hacia atrás. Al ver esto, aquel Overlord cerró su mano y agrandó su sonrisa— ¡Todos en el hotel estaban ocupados, así que me han encomendado la tarea de venir a su encuentro! —Inclinó la cabeza un costado.

—¡Es muy amable de su parte! —La chica se giró al pecador que la tenía de los hombros y le hizo una seña de que se relajara— Pero... ¿podría darnos unos minutos? —Preguntó.