Exquisitas tentaciones [Hazbin Hotel y tú]

━━━━━━━ ⸙ 𝟐𝟓 ⸙ ━━━━━━━

El ser celestial levantó una de sus manos indicándoles al grupo de patinadores que podían retirarse, solamente uno de ellos se quedó ahí pues parecía dubitativo en querer irse.

—¿Sí? —Preguntó Dios.

—Solo... quería decirle algo a ella, ¿puedo?.

Primeramente miró la reacción de la chica quien asintió levemente, no podía siquiera mirarlo a los ojos, pero lo consideraba necesario. Escuchó sus pasos acercarse y cuando estuvo frente a ella por fin habló.

—_____, yo... fue, bueno, fue una etapa en mi vida verdaderamente difícil de sobrellevar. Pero no por que en ese momento tu tapadera hubiera sido descubierta —Su antíguo novio estaba nervioso por encontrar las palabras— Sino por tu muerte tan repentina, a pesar de todo eso aún te tenía mucho amor, fue un caos todo luego de eso.

—Lo siento.

—No hay necesidad, como dijo Carol antes, yo ya te perdoné hace mucho —Colocó una mano en su hombro y con la otra levantó su vista— De echo, no sabes cuánto me alegra tener la oportunidad de verte una vez más, seguro pasaste por mucho para llegar hasta acá. Cuídate, _____.

Le sonrió y haciendo una pequeña seña de despedida se alejó. El peso de encima había desaparecido por completo, puede que no todos aceptaran sus disculpas, pero al menos ya sabían de su arrepentimiento y por dentro estaba segura de que lo aceptaban.

Ella se giró a ver a Dios y esbozó una sonrisa.

—¿Te apetece tomar un té? —Ofreció amistoso.

[...]

Estaban en un balcón sentados junto a una pequeña mesa, la vista de la plenitud del cielo era aún más maravillosa desde la altura.

—Lamento mucho que decidas volver al infierno —Comentó él, para luego tomar un sorbo de la taza de porcelana en sus manos.

—Me parece lo más correcto —Dijo sin apartar su mirada de los verdes campos y animales pacíficos— Aunque yo también lo lamento, este lugar es sublime.

—... —Ante el silencio, la chica sintió su mirada y se giró hacia él— ...si bien estoy sorprendido de todo tu proceso de redención, estoy más interesado en otra cosa en este mismo instante.

—¿Y eso sería? —Se mostró curiosa alzando una ceja.

El más alto dejó la taza en la circular mesa de cristal, luego se colocó de pié y caminó con calma hasta la orilla del balcón. Las suaves corrientes de aire movían su capa con ligereza.