Capítulo 30

471 53 173
                                    


Kong se removió en la cama, notando un vacío. Abrió los ojos y empezó a mirar alrededor, se sentó en la cama y vio como en su mesita, había un trozo de papel escrito.

"Tengo algo importante que decirte. Dúchate y ven al muelle, por favor.

En el baño tienes la ropa limpia."

Kong se dirigió hacia el baño, rápidamente se duchó y sin protestar se vistió. Sin saber muy bien a donde ir, se puso en marcha para llegar al muelle.

Le costó más de diez minutos averiguar por donde se salía, ya que la casa contaba con dos salidas y no había nadie a quien preguntar. Cuando por fin encontró el camino, justo se hacía de noche.

Cuando llegó al muelle, comprobó que este estaba iluminado por pequeños faroles. Un pequeño toldo daba cobijo a una mesa para dos con una botella de champán y un par de rosas en uno de los platos.

 Un pequeño toldo daba cobijo a una mesa para dos con una botella de champán y un par de rosas en uno de los platos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Cuando Kong llegó a la mesa, vio que en el plato donde había dos rosas, había otra nota.

"Si estás leyendo esto es porque has empezado a perdonarme. Estoy realmente feliz por ello. ¿Puedes esperar a este idiota un par de minutos más? (Realmente estoy nervioso)"

Kong sonrió ante la nota y se sentó. Mientras esperaba a Arthit, empezó a jugar con las flores. Eran realmente hermosas. 

Desde lo alto del jardín, un Arthit realmente nervioso, miraba a su menor contemplar las flores

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Desde lo alto del jardín, un Arthit realmente nervioso, miraba a su menor contemplar las flores.

- ¿Quién cojones hizo esto tan complicado? Es más difícil que robar el cuadro del MOCA – de repente se pegó en las mejillas con ambas manos. - ¿Estás tan nervioso que hablas solo? ¡Vamos Arthit! Sabes que te acepta... sino no estaría aquí ¿no? Pero... ¿y si me dice que no?

Como si alguien le leyera la mente, el teléfono sonó.

- Arthit, ¿ya le preguntaste? ¿Qué te dijo? ¿Ya es oficial? ¿Te ha rechazado? No me jodas... ¡Arthit! ¿Arthit? ¿Estás ahí? Responde...

El ladrón de arteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora