Capítulo 13

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Severus despertó con un poco de dolor de cabeza, ¿Si estaba muerto, no se supone que no debe doler?, cerró sus ojos y los volvió a abrir, los recuerdos llegaron rápidamente a su memoria.
Se había hundido en la bañera, quería ahogarse, y junto a él su dolor, pero en el ultimo momento no había podido, se había acobardado, salió de la bañera, quería vomitar, pero se terminó cayendo estúpidamente, ya se imaginaba su acta de defunción, caída en el baño por idiota, como siempre la vida y sus ironías, no se murió cuando quería, sino cuando ella quiso.
Quería seguir en el mundo del sueño y la inconsciencia, pero una persona lo sacó de ahí.
—¡Qué bueno que hayas despertado, cariño!, estábamos preocupados por ti.
—¿No estoy muerto?
—No para nada—, soltó una risita la enfermera—, ¿Cómo te sientes cielo?.
—Tengo un poco de dolor de cabeza.
—Oh, tómate esto, y de inmediato se te va a pasar.
—Tus amigos están aquí, ya los hago pasar .
Y antes de dar una respuesta Poppy ya se había ido, no quería ver la cara de sus amigos, seguro estarían molestos por haberlos echo preocupar, o le preguntarían el motivo de no ir a clases, no quería decirles la verdad, no estaba preparado, no todavía.
Sus amigos entraron y le brindaron una sonrisa, menos Gigi, ella estaba mortalmente seria, y eso era peligroso.
—¿Cómo estás Sev?—, preguntó Regulus.
—Un poco cansado, pero no es nada que no pueda soportar.
—Estábamos preocupados por ti, ¿Dónde estabas?—, le interrogó Lucius.
—Yo estaba por ahí Lucius, no recuerdo casi nada—, le dio una sonrisa que esperaba dejara al rubio tranquilo.
—Bueno Gigi dice que te encontraron tirado en un pasillo—, explicó Barty.
—¿Encontraron?
—Sip ella y Potter te encontraron.
Él prefirió no contestar nada, no sabía que decir ante eso.
—¿Severus, no será que los merodeadores te hicieron una broma y tu no nos quieres decir?
—No lo sé, quizás, ya les dije que no recuerdo nada quiero descansar, podemos hablar mañana—, les dijo el pelinegro para evitar más preguntas.
—Creo que deberíamos bajar al gran comedor a cenar, mañana venimos para saber como sigues Sev—, dijo Regulus.
Los demás asintieron y empezaron a salir menos Gigi.
—¿No deberías ir a comer Giselle?
—¿No deberías ser sincero con tus amigos?
—No sé de que hablas.
—Haznos un favor a ti y a mi, no me trates como una maldita idiota, ambos sabemos que no lo soy, Potter y yo te encontramos tirado en ese baño, di la verdad ¿Te ibas a suicidar, verdad?—, dijo con expresión herida.
—Si.
—¿Por qué?
—Mi único motivo para vivir está muerto.
—¿Tú mamá está?
—Muerta, ese infeliz la mató.
Su amiga se acercó rápidamente para abrazarlo.
—Lo lamento.
—Yo también.
—Te acompañaré al funeral y a tu casa, recogerás tus cosas y la llevarás a mi mansión, no aceptaré ningún pero, te dejaré descansar, yo le diré a los chicos no te preocupes.
—Está bien.
Llegó a la puerta para irse, pero se dio la vuelta.
—Sé que es difícil, pero hay gente que te quiere y siempre te vamos a apoyar.
—Gracias.
Y se fue del lugar dejándolo solo con sus pensamientos.
Su corazón se entristeció al recordar las caras preocupadas de sus amigos, a pesar de que a todos les hace falta un tornillo, lo querían.
De repente su corazón cambió de la tristeza a la alegría, al recordar lo que Barty le había dicho, que Potter lo había encontrado, o sea que lo había estado buscando.
—¿Será que le importó a Potter?—, y con esa pregunta cayó en el mundo de los sueños.

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